La industria conservera recuperó durante el pasado año la senda positiva perdida durante el curso anterior al crecer los beneficios un 0,6%, hasta los 1.503 millones de euros (incluyendo las semiconservas de anchoa). Por su parte, la producción de este sector creció hasta 345.920 toneladas (un 0,7% más), lo que significa el segundo año consecutivo de subidas tras la bajada que se produjo en 2013, con Galicia aglutinando el 77% de la producción. Los buenos datos del cluster mar-alimentario de Galicia, difundidos ayer por la patronal Anfaco-Cecopesca, vienen acompañados también de un avance en las exportaciones de estos productos elaborados, cuyo valor creció un 5,1% y el volumen un 6,9%.

En los últimos cinco años las conserveras han ido aumentando los beneficios obtenidos por la producción, pese a que ésta iba disminuyendo gradualmente. Sin embargo, en 2014 se produjo un cambio de tendencia: paradójicamente al aumentar la producción por primera vez, disminuyó el valor alcanzado. Entonces, las firmas produjeron 343.427 toneladas por 1.494 millones de euros. Por eso, los datos publicados ayer por el secretario general de Anfaco, Juan Vieites, suponen la vuelta a las cifras positivas.

Fueron clave, en cuestión de volumen, las conservas de atún, que representan casi el 68,8% del total con 237.990 toneladas (entre atún con vegetales, claro y blanco), que representaron más de 897 millones (el 63% del total). A estas les siguen el grupo de "otros" (zamburiñas, huevas, jurel, surimi, bacalao...), con 26.662 toneladas con un valor de 86,5 millones; sardinas y sardinilla, de las que se consiguieron 102,1 millones de sus 24.784 toneladas, y caballa, de la que se elaboraron un volumen de 15.264 toneladas que alcanzaron 66,6 millones.

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En cuanto a las exportaciones, desde la patronal explicaron que las conservas, preparados y semiconservas de pescado y marisco aumentaron tanto en producción como en valor, hasta las 168.134 toneladas y los 719,9 millones de euros. Por su parte, las exportaciones españolas de pescados, mariscos y sus transformados alcanzaron un volumen de poco más de un millón de toneladas, lo que supone un descenso de casi un punto respecto al año anterior, a pesar de lo que su valor total experimentó un incremento de un 11,13%.