La campaña de calamar o pota en Argentina (illex argentinus), que arrancó el 1 de febrero, ha sido hasta ahora la más desastrosa desde el año 2009. Las descargas no llegan a las 4.700 toneladas, un 81,5% menos que hace un año, y los buques están faenando en el mejor de los casos tres toneladas diarias cuando debieran capturar unas treinta. "Y los que llegan, porque algunos traen 500 kilos". El director general de la Cámara de Armadores de Poteros Argentinos (CAPA), Celestino Negueruela, no recuerda un episodio tan agresivo. "La mayoría de los barcos están parando. Seguirá alguno, pero el 80% va a amarrar". Los que pertenecen a pesqueras gallegas, también.
El problema es que el mes de marzo ha sido tan malo o peor que febrero. En 2009 la campaña arrancó con solo 2.122,6 toneladas descargadas, pero en marzo se recuperaron hasta las 11.774,8. Esta vez no hay ningún atisbo de recuperación y los armadores "no amortizan ni siquiera el gasto en combustible". De los 45 buques poteros activos en Argentina -dato que aporta el secretario general del mayor gremio de capitanes de pesca, Jorge Frías-, las armadoras gallegas tienen 11. Pero la gran mayoría de industrias de Vigo -de congelado, elaboración o conserveras- importa esta especie y depende de su stock para mantener la producción. Firmas como Grupo Solimeno, Pesquera Santa Cruz o Conarpesa nutren de pota a empresas gallegas como Galaustral, Cabomar, Pesciro, Goya Fish o Noribérica, que utilizan el illex argentinus aunque no tienen flota propia.
Galicia importa cada año más de 15.000 toneladas de esta especie -en 2013 se alcanzaron las 30.585 toneladas-, que se complementan con otras especies como el calamar de Malvinas (loligo patagonica), con 26.559,69 toneladas importadas en 2015 o el potón del Pacífico, con el que más firmas de transformación de pescado elaboran anillas de calamar. Coper, Pescapuerta, Pereira o Marfrío trabajan con este cefalópodo y en ambos caladeros -Atlántico Sur y Pacífico- existe el mismo problema: no se está pescando. "El loligo está mejor, pero como mucho con diez o doce toneladas diarias" en Malvinas, añade Negueruela.
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Pero son las pesqueras gallegas con filiales en Argentina las que perciben ya en alta mar las consecuencias de esta nefasta campaña. Se trata de Argenova (Pescanova), Iberconsa Argentina, Pesquera Deseado (Grupo Profand), Pesquera Cruz del Sur (participada por Fandicosta) y Vieirasa suman casi esa docena de barcos poteros en el país. Al menos cuatro de ellos ya estaban ayer parados. Una de las armadoras aprovechó la Semana Santa para amarrar y volvió a faenar esta semana, pero sin esperanzas de que la situación mejore. "En el sector sur se descarta ya existencia de calamar", constata el patrón de uno de los barcos. "La temperatura mantiene elevada y esto afecta toda la masa biológica".
En efecto, la temperatura del agua es la más elevada desde mediados de 1997, según los registros de la National Weather Service y el Center for Weather and Climate Prediction de Estados Unidos. El fenómeno de El Niño también golpeó Sudamérica en 2009 -de ahí las bajas capturas de pota entonces-, pero esta vez es más prolongado y acusado. ¿Las alternativas? El sector baraja dos pero con pocas posibilidades de éxito.
En primer lugar, tratar de buscar el calamar subpatagónico, que se encuentra casi en paralelo a las Malvinas. "Yo creo que no va a haber", se lamenta Negueruela, ya que en lo que va de año no ha aparecido. También han planteado al Gobierno la apertura de la zona de pesca al norte del caladero para buscar la especie "aprovechando que acabó el verano" y ante la posibilidad de que baje la temperatura del agua. En esta zona se empieza a pescar el 1 de mayo y el sector reclama poder buscar suerte a partir de este viernes.
