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Manuel Casal: "La pesca solo es viable con garantías a largo plazo y ahora mismo no las hay"

"Los científicos con los que hablamos denuncian la falta de informes"

Manuel Casal, presidente de Afripex. // J. Roller

La Asociación de Frigoríficos de Pesca Extractiva (Afripex) es un consorcio de trece empresas congeladoras de toda Galicia originado por la crisis que llevó al amarre de la flota de cerco durante el último trimestre de 2015 y que perjudicó seriamente las arcas de estas firmas. Esta organización critica duramente la "inestable" gestión pesquera actual y tiene unos objetivos "ambiciosos" a largo plazo a pesar de su poca experiencia. El presidente y también gerente de Frigorífica Botana, Manuel Casal, afirma que Afripex pretende ser un "nexo de unión" del sector para que este pueda aspirar a objetivos de nivel europeo como la consecución de mayores cuotas de pesca.

-¿Por qué surge Afripex y cuáles son sus objetivos?

-Los frigoríficos nunca fueron parte activa de los procesos de evolución del sector aunque siempre asumieron las consecuencias de los cambios normativos. Ante una situación como una parada hecha de forma autónoma por el sector y que afecta directamente a las cuentas de los resultados de los frigoríficos, determinamos que nosotros deberíamos participar. En los últimos años la comercialización se convirtió en un sustento muy importante para el sector extractivo porque se abrieron muchos mercados internacionales. Aunque Afripex surgió con uno objetivo de largo plazo, que es integrar toda la cadena de valor del sector y anticiparnos a los pasos que se van a dar en la política pesquera. Llevamos 30 años por detrás de los acontecimientos, tenemos que actuar si no queremos que se acabe la pesca. Este sector sólo es viable con unas garantías a largo plazo, y ahora mismo no las hay.

-Las pérdidas económicas para su sector fueron millonarias.

-En la parada del cerco los frigoríficos estuvieron en unas medias de trabajo ligeramente inferiores al 25% de la capacidad de otros años en esa misma época. Las trece empresas que consolidan la asociación facturan en torno a 20 millones de euros al año, por lo que calculamos alrededor de 120 millones en pérdidas. Nosotros dependemos casi en exclusiva del sector extractivo de litoral, trabajamos con especies pelágicas, por lo que nos afectó mucho ese amarre. Por otra parte, esas paradas son consecuencia de dinámicas en el sector, que está reivindicando cambios en la política pesquera. Pero lo peor no son las pérdidas puntuales, es que estamos orientados en más de un 80% a mercados internacionales e hicimos un esfuerzo tremendo por abrirlos. Esos mercados precisan un abastecimiento continuado y volver a recuperarlos es muy difícil, ya que los competidores crean barreras cuando entran.

-¿Cómo está la situación tras la vuelta del cerco al mar? ¿Pudieron recuperar esos mercados de exportación?

-Intentamos buscar producto fuera, exportar pescado de otros países para poder mantener los clientes. Aun no tuvimos oportunidad de sondear si esos mercados nos tendrán las puertas abiertas, pero consideramos que será así. Conseguiremos recuperar siempre que sean situaciones puntuales, pero no podemos seguir teniendo discontinuidad.

-¿Consideráis cambiar o diversificar vuestros proveedores?

-Tenemos que escapar del riesgo. Estamos en un entorno local y nos encantaría tener garantías, pero es complicado tener información de un año para otro de los recursos que vas a poder explotar. En ese sentido nuestras empresas tienen que procurar otras vías, sin perder el foco de Galicia, para completar esos momentos en los que hay déficit de pescado. Estamos buscando alternativas, por ejemplo aquí, en otras especies que no sean tan problemáticas: cabalón, boga, cualquier cosa que no de problemas de cuota. No pensamos en cambiar la flota, pero sí integrarla en la toma de decisiones. Que el sector extractivo comprenda que el comercializador es una extensión de la cadena de valor. Tenemos que programar entre todos la gestión del recurso, las estacionalidades, acelerar la pesca cuando los precios son buenos, poder reducirla cuando los precios bajan y anticiparles a los armadores como se mueve el precio a nivel global, porque nosotros estamos compitiendo con Mauritania o Chile.

-¿Comparten también la reivindicación de Acerga de cambiar el sistema de reparto?

-Como asociación entendemos esa demanda, parece lícita, pero también entendemos que el que tiene un reparto legalmente concedido tiene que defender el suyo. Lo que queremos es ser imparciales, no tomar una posición porque todo el pescado acaba en nosotros. Todos juntos tenemos que defender unos objetivos a largo plazo.

-¿Están trabajando en algún proyecto de investigación?

-Nos queremos centrar en dos caminos. El primero es generar nuevos valores para las especies pelágicas, un producto que hace diez años no se explotaba al nivel que lo hacemos ahora. El segundo son los informes sobre el estado de la biomasa. Los científicos con los que nos sentamos denuncian que no les encargan trabajos, que los muestreos que se hacen son insuficientes. Las tomas de decisiones se amparan en datos administrativos, no del estado real de los stocks. Queremos que los científicos tengan un papel predominante, pero basado en una extensa observación de en medio. Tenemos expertos, universidades y oceanográficos que no estamos explotando como hacen los países nórdicos e incluso otras comunidades como Euskadi.

-¿Ya comenzaron el contacto con la Administración?

-La semana pasada tuvimos un contacto técnico con la Xunta y la conselleira de Mar abrió la posibilidad de crear una mesa de trabajo específica para tratar la comercialización de los productos con la flota.

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