La alerta sanitaria emitida por Italia el 17 de febrero tras detectar mejillón gallego contaminado con coliformes afectó a más de 26.000 kilos de mejillón de batea, enviado al país transalpino en trece partidas desde polígonos de O Grove -la mayoría- y Cambados. Las autoridades italianas, además, volvieron a activar el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rasff) de la UE el pasado lunes, lo que supone la segunda alarma sanitaria de este país en menos de un mes.

El descubrimiento provocó desconfianza en el sector, que admite ciertas prácticas irregulares por parte de algunos bateeiros. "Cuando hay toxina, algunos mueven cuerdas de zonas cerradas a otras abiertas para así tratar de vender ilegalmente el producto, y otras veces hay quien vende como mejillón de zona "A" un producto que no reúne las condiciones", indica una fuente del sector.

Las autoridades sanitarias españolas afirman al respecto que cumplieron los protocolos sanitarios establecidos, por lo que todo apunta a que se trata de producto comercializado mediante una etiqueta falsa.

Así pues, la bacteria E. coli sigue causando estragos a la imagen del molusco de Galicia remitido al extranjero, ya que cada vez parece cobrar más peso la teoría de que se trata de producto obtenido en una zona microbiológicamente clasificada como "B".

Ayudas

Por otro lado, la Xunta aprobó alrededor de 550 solicitudes de ayudas por ocho millones de euros para el sector del mejillón afectado por episodios de biotoxinas de 2013, según publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia. Estas subvenciones tienen como objetivo compensar a los productores que suspendieron la actividad durante más de cuatro meses consecutivos o que sufrieron pérdidas de más del 35% del volumen anual de negocio.