El Velliño, arrastrero de bandera portuguesa y armadores coruñeses retenido el pasado martes en el puerto de Avilés por tener supuestos cajones ilegales para ocultar pescado, ya tiene luz verde para zarpar. Las autoridades comprobaron que el compartimento secreto era en realidad un "túnel de congelado" en desuso, por lo que no impusieron sanción alguna a los propietarios.

"Un error achacable al exceso de celo del inspector que subió a bordo". Esa es la lectura que hizo ayer uno de los dueños de la sociedad armadora del arrastrero, Manuel Santiago Lago Maceiras, que precisó que, tras la detención en alta mar, los inspectores en tierra constataron que el barco es "legal al 100%". "Toda la xarda que había a bordo estaba correctamente anotada y pesada, y como tal fue vendida sin problemas en la lonja de Avilés", explicó Maceiras. El armador recalca que solo "los hechos" deben ser punibles y no se puede detener a alguien por "conjeturas".

El empresario indicó que compró el Velliño en Portugal hace año y medio con el objetivo de acceder a mayores cuotas de pesca. "Lo que nos sobra es cupo, ¿para qué vamos a ocultar el pescado? Es del todo absurdo", manifestó el armador.