La Xunta entierra para siempre la Lei de Acuicultura de Galicia que había puesto sobre la mesa en octubre y que, aún en fase de anteproyecto, había provocado una formidable contestación social, hasta el punto de generar unos niveles de unidad entre bateeiros y cofradías quizás nunca antes alcanzados. La conselleira de Mar, Rosa Quintana, fue la encargada de comunicar ayer esta decisión, y lo hizo tanto verbalmente como por escrito, con un documento que no deja lugar a dudas remitido a los dirigentes de las principales cofradías de pescadores y agrupaciones de mariscadores y bateeiros.

Lo hace a las puertas de la manifestación convocada por las gentes del mar para el sábado en Santiago, en la que se espera la participación de más de 30.000 personas y cuya convocatoria se mantiene a pesar de todo.

Los promotores de esta medida de presión reconocen que la retirada de la ley acuícola era su objetivo, pues para eso se plantearon y aprobaron mociones en los plenos de diferentes ayuntamientos, y para ello se recogieron también decenas de miles de firmas en toda Galicia.

Pero a pesar del éxito alcanzado al forzar la marcha atrás de la Xunta, los convocantes del 27-F argumentan que ahora que han conseguido la unidad del sector ya no van a parar. Quieren aprovechar para seguir adelante con su presión y plantear otras muchas reivindicaciones.

Ni que decir tiene que la oposición política de la Xunta del PP va a estar presente en esa movilización y aplaude la retirada de la ley, al tiempo que achaca este logro al sector del mar y reclama la dimisión de la conselleira y de su mano derecha, Juan Carlos Maneiro.

Sector

La noticia de la retirada total de la Lei de Acuicultura gallega dejó al sector satisfecho. Al menos, en parte, porque entienden que la decisión de la Consellería do Mar "llega tarde". "Nos coge por sorpresa porque en teoría ya estaba paralizada. Desde luego no se entiende como no lo hicieron la primera vez", señaló Tomás Fajardo, presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores.

José Antonio Gómez, presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pontevedra, indicó por su parte que "no había que llegar a esto". "Ahora es posible sentarse, porque la actividad necesita ser regulada pero no en los términos que contemplaba el borrador", ahondó.

Mientras, el patrón mayor de Bueu y anterior vicepresidente de la federación -hasta su dimisión el pasado mes-, José Manuel Rosas, hizo una "valoración positiva" de la noticia, pero igualmente piensa que "debía haberse hecho antes para evitar problemas". "No me voy a pronunciar sobre una posible dimisión", sentenció.

Clemente Bastos, patrón mayor del pósito de Redondela, valoró que "la presión mediática fue muy grande" y se mostró "decepcionado" porque, a su juicio, "no se tenía que haber llegado tan lejos". De forma similar piensa Misael García, de la cofradía olívica, aunque matizó que "la evolución no está mal", pero que tiene que esta tiene que contar con la participación del sector.

Oposición

Por su parte, los miembros de la oposición se afanaron en dejar patenten su opinión tras el sorpresivo anuncio. Así, el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, indicó ayer que "el hecho de que el Gobierno de la Xunta se viese forzado a retirar el anteproyecto de ley es una demostración de cómo la presión social y la presión política pueden obligar a los gobiernos a rectificar, a recular".

Mientras, José Ramón Val, portavoz de Pesca del PSOE, informó ayer que "el sector fue capaz de hacer la fuerza suficiente para que la Xunta diese un paso atrás y retirara el anteproyecto". Desde el Partido Socialista apuntaron que están "tremendamente satisfechos" de la decisión del Gobierno gallego, porque entienden que de esta forma entraron "en razón" y "se dieron cuenta de que estamos hablando de un sector tremendamente importante para la economía de la mayor parte de las villas costeras de este país".

El portavoz de Pesca de AGE, Juan Fajardo, convocó una rueda de prensa por la mañana. En ella apreció que el sector "estaba en lo cierto", ya que "no se puede legislar contra una mayoría que quiere seguir viviendo del mar". "Retirar el anteproyecto ahora, cuando está anunciada una multitudinaria manifestación en Santiago, muestra que el Gobierno reacciona solo a base de patadas", comentó. En este sentido, Fajardo volvió a pedir la dimisión de Quintana y Maneiro al entender que "es evidente que quedan deslegitimados y tienen que marcharse con esa ley para donde quieran, pero deben dejar la actividad pública".