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La Lei de Acuicultura de Galicia, a debate

Rosa Quintana: "Cometimos un error y pido disculpas, pero esta ley es la mejor para Galicia"

"Si no da tiempo a presentarla, el próximo Gobierno tendrá ya un borrador consensuado"

Rosa Quintana, en su despacho de San Caetano. // Xoán Álvarez

Rosa Quintana está en el ojo del huracán. Como conselleira de Mar fue la encargada de presentar al Consello da Xunta y a la sociedad el anteproyecto de la Lei de Acuicultura de Galicia. Lo dio a conocer como un borrador mediante el que diseñar una ley que sirva de herramienta de futuro, capaz de mejorar la productividad de las rías y aumentar los ingresos entre los pescadores, mariscadores y bateeiros. Pero lo que se ha encontrado fue una importante contestación social que ha derivado en una marejada de medidas de presión. Y todo indica que este temporal no ha hecho más que empezar.

-Su anteproyecto ha suscitado un rechazo mayoritario que ha obligado a la Xunta a anunciar que se paraliza el proceso y que no habrá ley hasta que sea consensuada con el sector. Pero éste no lo admite y exige la retirada absoluta del borrador. ¿Y ahora qué?

-Se ha dicho que se paralizaba, creo que es bien fácil de entender. ¿Retirarla de dónde? No puedo retirar algo que no está puesto en ningún sitio. Lo único que puedo hacer es reunirme con el sector con un papel en blanco, cosa que nunca hice, o poniendo sobre la mesa un texto elaborado para trabajar a sobre él, discutirlo y mejorarlo. Eso es lo que pretendemos. ¿Cómo voy a hacer una ley partiendo de un papel en blanco? No nos sacamos esta propuesta de la chistera, sino que cuando llegamos en 2009 ya dijimos qué queríamos hacer. Llevamos seis años trabajando para desplegar todas las medidas que puedan conducir a lo que consideramos que debe ser la acuicultura: una actividad económica sostenible en el tiempo, rentable y respetuosa con el medio ambiente.

-¿Por qué dice que no se sacan esto de la chistera? Uno de los argumentos de sus detractores es que no tenían información previa.

-Lo primero que hicimos fue esperar a que estuviera redactado el Plan de Ordenación del Litoral para adaptar a esa normativa el espacio de desarrollo de la acuicultura, y lo segundo fue tomar en consideración las directivas europeas sobre acuicultura en zonas de especial protección. El tercer gran paso fue presentar nuestras intenciones y dejar claro qué queríamos, por eso sometimos a exposición pública durante ocho meses la Estrategia Gallega de Acuicultura, a la que no se presentó ni una alegación. A continuación presentamos el Plan Director de Acuicultura, que también estuvo expuesto al público, éste con 31 alegaciones. Y ahora presentamos este borrador. Es evidente que no estamos improvisando ni ocultamos nada.

-¿Entonces por qué tantas alusiones a la falta de transparencia?

-El que me conoce sabe que siempre apuesto por el diálogo. Otra cosa es lo que cuentan algunos de los dirigentes del sector a sus asociados. Nosotros nos reunimos con las cofradías y bateeiros a través de sus dirigentes y ellos deben transmitir el mensaje a sus asociados. El problema es cuando algunos no hacen llegar ese mensaje a las bases o lo transmiten de forma diferente. Por eso queremos abrir esta nueva fase de diálogo y consenso, organizando nuevas reuniones y tratando de que se entienda que estamos elaborando una ley por y para el sector.

-Lo que está diciendo es que su mensaje no llegó a la gente "de la ropa de aguas"... Parece evidente que han fallado en la comunicación de su propuesta.

-Es cierto. Cometimos un error a la hora de comunicarla, y pido disculpas por ello, pero esta ley es la mejor para Galicia. Personalmente al principio entendí que esa deficiente comunicación sería fácilmente subsanable ampliando el plazo de exposición pública y alegaciones de 30 a 45 días y creando los grupos de trabajo en los que hemos participado. Pero no fue suficiente porque se ha generado una visión totalmente distinta de la realidad. Además, en buena parte de las alegaciones que nos entregaron se aprecia claramente que existe un desconocimiento absoluto de la ley, y eso es lo que queremos corregir con este nuevo proceso informativo. Queremos demostrar al sector que lo que pretendemos es darle seguridad jurídica, garantizar la igualdad de oportunidades a todos y aplicar ese cambio de nombre (acuicultura por marisqueo) que es lo único que falta a algunas agrupaciones de mariscadoras que ya están haciendo labores acuícolas. No es más que abundar en la consolidación del marisqueo como actividad profesional.

-¿Por qué no se hizo así desde el principio?.

-Se hizo, pero repito que fallamos en la comunicación. Es una ley enormemente técnica porque la acuicultura es una actividad compleja que se desarrolla en dominio público y cualquier proyecto o decisión está supeditado a un montón de informes. Por eso hemos estudiado toda la parte administrativa pormenorizadamente, para intentar tener resuelto todo lo relativo a la Administración antes de presentar el anteproyecto al sector para que todo el mundo opinara y aportara sugerencias.

-¿Y dónde estuvo el fallo?

-Presenté el borrador al Consello da Xunta, no para iniciar ya ningún procedimiento, sino para que mis compañeros de Gobierno tuvieran conocimiento directo de lo que estamos preparando. En ese momento se colgó el borrador en la web y tardamos dos o tres días en remitirlo por correo certificado a más de 300 personas representantes de la sociedad a la que va a impactar esta ley, pero alguien se nos había adelantado y contactó con determinados colectivos buscando el enfrentamiento con la Xunta. Es normal que algunos se sintieran dolidos, porque saben que siempre dialogamos con ellos y les sorprendió enterarse de esto por terceros. Pido disculpas y entiendo el malestar e incluso la desconfianza que se pudo haber generado. Pero aquí estamos, con todo parado y ofreciéndonos al sector para demostrarle que esta ley no tiene trampa ni cartón. La gente del mar me conoce desde 1987 y sabe que nunca oculto cartas bajo la manga y que soy siempre franca. Volviendo al principio debo decir que aquello que en la ley no pueda recoger, porque sean cuestiones de reglamento o similares, estoy dispuesta a sentarme con el sector para discutir artículo por artículo, como hacemos al revisar las alegaciones una a una, y firmar un documento específico. Pero me dicen que no, que quieren que retire el anteproyecto, y vuelvo a preguntarme de dónde, pues el único sitio en el que está este borrador es donde tiene que estar, en la calle y sometido a debate con el sector.

-Si todo es así de sencillo y no se va a dar un paso más sin el consentimiento del sector, ¿cómo explica semejante rechazo social?

-Alguien está mal metiendo en el sector, y no es la primera vez que tratan de engañarlo. Por poner un ejemplo puedo decir que algunas entidades han presentado alegaciones pidiendo expresamente que se paralice el anteproyecto 'para abrir vías de diálogo', y eso es lo que estamos haciendo, pero resulta que ahora que se exploran nuevas vías de consenso a algunos tampoco les gusta. En esto tienen mucho que ver ciertos partidos de la oposición que ahora dicen estar en contra pero que en su programa electoral de 2005 apostaban por diversificar la acuicultura y decían que había que cultivar más peces en lugar de centrarse tanto en el mejillón. Lo que me pregunto es si algunos no quieren una ley de acuicultura o, simplemente, no quieren acuicultura en Galicia.

-¿Cómo no se va a querer la acuicultura? En Galicia ya hay 3.300 bateas de mejillón y parques de cultivo de bivalvos que forman parte del paisaje y la de economía de las rías. ¡A nadie se le ocurre pedir que se eliminen!

-Por eso insisto en que si queremos apostar por la acuicultura lo lógico es disponer de una ley que la regule y que podamos desarrollar entre todos, marcando unas normas de juego claras para todo el mundo. Y si no queremos la acuicultura en Galicia habrá que decirlo claramente y se tomarán decisiones al respecto. Todo esto son cuestiones a debatir en las reuniones que ya hemos comenzado para mejorar la información sobre la propuesta de ley y que el sector se conciencie de lo positiva que puede resultar para sus intereses.

-El problema es que abrir a estas alturas una nueva etapa de diálogo supone dilatar los plazos, y las elecciones están a la vuelta de la esquina. ¿Habrá que dejar esta ley encerrada en un cajón hasta la legislatura que viene?

-Jamás he trabajado desde la Consellería con ningún miramiento político ni con planificación electoralista; siempre lo he hecho buscando lo mejor para el sector, al que nunca he llevado por un camino que no quisiera recorrer. Me da igual si las elecciones van a ser mañana o dentro de ocho meses. Voy a seguir adelante porque llegué en abril de 2009 para defender al sector pesquero, marisquero y acuícola y todos los días desde entonces no he hecho otra cosa, y seguiré haciéndolo hasta el final. ¿Que da tiempo a presentar la ley?, pues bien, ¿que no da tiempo?, pues el próximo Gobierno de la Xunta tendrá a su disposición un borrador ya estudiado y consensuado que lo único que busca es el avance del sector.

"Lo importante es regular la actividad y determinar qué tipo de acuicultura necesitamos"

  • -¿Por qué tanto interés en implantar una ley de acuicultura? ¿No es suficiente con desarrollar la Lei de Pesca actual?-La ley de acuicultura va mucho más allá que la ordenación de una actividad. Trata de ordenar y desarrollar el espacio en el dominio público y de articular una actividad que está en crecimiento en toda la UE. Nosotros queremos tener las bases bien fundamentadas y para eso consideramos fundamental disponer de una ley de acuicultura. ¡Hay quien quería tener una ley del mejillón! Lo importante es regular la actividad y determinar dónde, cómo y qué tipo de acuicultura necesita Galicia. Para eso se propone en el borrador crear comisiones técnico-científicas y se reduce la arbitrariedad tanto de la Administración como de los órganos directivos de los distintos colectivos. En definitiva, que se busca el bienestar del sector, la igualdad y el desarrollo estableciendo unas normas de juego claras.-¿Y qué puede aportar esta propuesta, porque el sector alerta de la llegada de multinacionales y de la privatización de las rías?-¿Sabe usted cuántas bateas se han vendido, sin ir más lejos, entre 2011 y 2015? Nada menos que 500. ¿Por qué no las compró una multinacional? Nada hay en esta ley que proponemos que no esté ya en el ordenamiento jurídico actual, sino que viene a cubrir los huecos existentes en el desarrollo normativo. A día de hoy un mejillonero puede querer vender su batea a otra persona, se ponen de acuerdo en el precio, el titular del parque solicita el cambio de titularidad a la Administración, se lo concedemos y mañana el comprador se encuentra con otra persona que le da un poco más de dinero y la puede vender de nuevo. ¿Eso es estar especulando con el dominio público o es estar generando una actividad económica? Con esta propuesta de ley se establece que si una persona compra una batea va a tener que mantener esa empresa o esa actividad en explotación durante un mínimo de diez años. ¿Si no han venido las multinacionales hasta ahora por qué van a hacerlo si las normas de gestión del dominio público son las mismas?

"Hay zonas improductivas aprovechables"

  • -Un patrón mayor reconocía hace días que no leyó el anteproyecto y que no le parece mala idea, pero sugiere que hay que oponerse porque "Mar quiere quitarse un peso de encima y estamos bien como estamos".-Hay muchos dirigentes del sector que o no leyeron el texto o no lo entienden, pero en lugar de pararse a analizarlo y preguntar para despejar dudas prefieren engañar a sus socios y organizar medidas de presión. ¿Qué es eso de que pretendemos quitarnos un peso de encima? Todo lo contrario. Si usted es titular de una autorización administrativa la responsabilidad es suya. Todos sabemos que hay zonas que se han degradado en nuestro litoral, y no exclusivamente por la acción del sector, sino por la actividad humana en general. Por eso desde 2009 estamos desarrollando planes para recuperar zonas improductivas. ¿Por qué una cofradía que tiene una enorme extensión de terreno en sus autorizaciones con una parte de las mismas sin explotar no puede aprovechar esa zona para desarrollar un proyecto acuícola? ¿A quién le molesta? No me estoy quitando un peso de encima, sino cargándome con otro porque le estamos diciendo al sector que tiene zonas improductivas susceptibles de ser recuperadas y aprovechadas. Eso es lo que tiene que entender y no dejarse engañar.

"Me faltó acercarme al partido"

  • -Sorprende que su propio partido le diera la espalda.-También aquí asumo mi parte de responsabilidad. Me faltó acercarme al partido a explicarle la ley porque lo primero que hice fue pensar en el sector y plantear el borrador a los directamente afectados. Pero los alcaldes y concejales del PP tienen que entender que esta ley está planteada en defensa del sector.-¿Se ha reunido ya con ellos?-La verdad es que aún no. Solo hemos estado con el sector, y le hemos dado prioridad absoluta porque es al que va dirigida.

"No me siento desautorizada"

  • -Hace siete años, cuando se supo que usted iba a ser la responsable de Mar, muchos en el sector la definieron como gran conocedora del mismo y dialogante. Pero algunos están ahora en las "barricadas" y le piden que dimita. ¿Decepcionada?-En absoluto. Hasta ahora no está hablando el sector, sino que hay otros intereses por detrás con los que se propicia este clima de tensión. Estoy convencida de que en cuanto el sector entienda la ley que proponemos le gustará.-¿Y desautorizada?-Para nada. Creo que esta es la forma de trabajar que hemos tenido siempre, ¡dando la cara! Nunca hacemos nada que vaya en contra del sector, por eso no puedo sentirme desautorizada.-¿Presentó su dimisión?-No. El presidente sabe desde el 20 de abril de 2009 que tiene mi puesto a su disposición y que puede cesarme si considera que no se están haciendo las cosas bien, es decir, en defensa del sector. El presidente fue claro al decir que el gobierno de Galicia conoce al sector, lo quiere y lo defenderá siempre porque cree que tiene futuro.-¿Y qué opina Núñez Feijóo de todo esto?-Está tan sorprendido como yo. No esperábamos que de repente se pusiera todo tan en contra con una propuesta sometido a exposición pública desde octubre. También sorprende porque en 2008, cuando se hizo la Lei de Pesca del bipartito, el propio sector pidió que se pusieran los contadores de las bateas a cero, ya que iban a caducar entre 2010 y 2018. Algunos salieron defendiendo que lo más lógico era sacarlas a concurso público, pero nosotros, desde la oposición, anunciamos que si llegábamos a gobernar pondríamos a cero esos contadores. Cuando llegamos estuvimos seis meses prácticamente comiendo y durmiendo en el despacho para modificar aquella ley y conseguir tres objetivos clave: poner los contadores a cero, recuperar el rango legal de las cofradías, porque iban a desaparecer, y recuperar la figura administrativa del Intecmar. Con esas tres medidas debería bastar para tener claros los idearios de nuestro Gobierno, porque si tuviéramos intención de privatizar algo ¿para qué íbamos a poner las concesiones a cero en lugar de sacar las bateas a concurso?, ¿para qué pasar el trabajo y el enfrentamiento con la cofradía de Carril por regular la situación de las 600 familias que están explotando los 1.600 parques que tenemos allí? Si me quisiera cargar la organización del sector, tal y como algunos dicen, ¿para qué iba a recuperar la figura legal de las cofradías?

"Transformar el marisqueo es voluntario; no entiendo por qué tanto miedo"

  • -Se habla mucho de las bateas de mejillón, que ya son acuicultura, y quizás menos del marisqueo, que aspira a serlo. ¿Qué pasa con las cofradías?.-Eso es lo que me pregunto yo. Transformar marisqueo en acuicultura, como he repetido en infinidad de ocasiones, es un trámite voluntario y reversible. Si en los tres años siguientes al cambio éste no interesa, será posible dar marcha atrás. Y siempre, insisto, a instancias de las cofradías o agrupaciones de mariscadoras, nunca de forma individual. No entiendo por qué tanto miedo.-Pues quizás no quieren pagar por los bancos marisqueros o teman perder los que tienen si cae su productividad€.-El canon de ocupación es exactamente igual al que están pagando. En cuanto a la rentabilidad, debo resaltar que una zona en régimen de autorización o concesión ya está obligada hoy en día a estar en producción y a ofrecer viabilidad económica.-¿Entonces qué cambia?-El borrador que planteamos dice textualmente que solo se podrá dar el cambio de marisqueo a acuicultura si voluntariamente las cofradías, agrupaciones u organizaciones que explotan cada zona quieren hacerlo. Y no, no me canso de repetirlo: ¡Es un paso voluntario! Pero como entendemos que puede dar miedo afrontar cambios, hicimos las consultas jurídicas pertinentes y abrimos la puerta a la reversión a la que aludía anteriormente. ¿Qué más podemos hacer? En realidad el gran cambio se dio en el año 1991, cuando estas personas decidieron hacerse profesionales y empezaron a trabajar a través de planes de explotación. Ahora las mariscadoras se sienten orgullosas de serlo, y son ellas las que deciden cómo, cuando y dónde van a trabajar a lo largo del año dentro de sus bancos, las que fijan sus topes de captura o las que hacen limpiezas y resiembras€ La diferencia del régimen de cultivo en acuicultura es que en lugar de tener una autorización que es preciso renovar cada año, a medida que aprobamos los planes de explotación, pasan a disponer de una concesión por un periodo de 50 años, renovable cada 10. Y en esas zonas de acuicultura van a poder trabajar los días que quieran del año, incluidos sábados y domingos, van a poder sembrar, van a trabajar con semilla de una talla definida, si es de captación natural, o incluso sin talla mínima, si no lo es€ En definitiva, lo que cambia es la denominación para poder presentarnos ante la UE como acuicultores y tener derecho a ser beneficiarios de la cosas buenas que tiene la acuicultura sin renunciar a seguir disfrutando de todo lo bueno que tiene el marisqueo. ¡No veo el motivo para hacer una guerra de esto!

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