La felicidad que demostraba Javier Touza a la salida de la asamblea contrastaba con la seriedad de Iván López. El gerente de Pesquera Áncora y presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques de Pesca de Bacalao (Agarba) salió tras el presidente electo y estrechó la mano de todo aquel que se le acercó y habló con calma sobre el proceso electoral que se acababa de celebrar. "Nos hace más fuertes y demuestra la democracia interna y la unidad que hay en esta asociación", remarcó López.

En este sentido, apuntó que este clima de cordialidad contrasta con "otras asociaciones" en las que también se dio un "proceso ajustado" . "Ha sido un acto leal a la institución", añadió.

Preguntado por la escasa diferencia de votos, negó rotundamente que hubiese fractura en el seno de la cooperativa. "La prueba de ello es que yo estoy en el consejo rector y seguiré trabajando como hasta ahora. Javier hubiera hecho lo mismo si hubiera sido al revés", concretó. Según relató, esto demuestra que "es una casa de profesionales comprometidos, tanto con su opinión como con el sector".

López, preguntado por si las votaciones se vieron influenciadas por ser hijo del presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Enrique López Veiga, no quiso entrar a valorar esas posibles interpretaciones, pero sí indicó que siempre ha elogiado la "influencia de mi padre en mi vida personal y laboral", así como "lo mucho que aprendí, aprendo y aprenderé de el".

Sobre el silencio que mantuvieron tanto él como Touza desde hace tres meses (cuando empezó la campaña electoral), el responsable de Pesquera Áncora indicó que "como una buena familia creo que debemos hablar las cosas internamente", motivo por el cual se dio el "secretismo" de las últimas semanas. "Lo importante es que esta disparidad que hubo en el voto no quiere decir que haya división, ni en objetivos ni de ningún tipo", sentenció.