Científicos del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC de Vigo han conseguido mejorar la conservación a bordo de los buques de la langostilla, un crustáceo descartado hasta ahora por la flota pesquera, con el fin de propiciar su comercialización como producto fresco y congelado debido a sus cualidades nutritivas y culinarias.

Según ha informado este martes el CSIC, con esta investigación iniciada en 2012 --financiada por la Xunta, en colaboración con la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI) y la USC-- se busca ofrecer soluciones de mantenimiento de la langostilla en buenas condiciones en el campo de la "valorización" de los descartes pesqueros e iniciar así su explotación.

La langostilla, cuyo nombre científico es 'Munida spp', es un marisco de la familia de los crustáceos, que se pesca fundamentalmente de forma involuntaria por arrastreros que faenan en el Gran Sol, en el litoral español en el Cantábrico Noroeste, así como en la costa de Portugal.

Según explica el profesor de investigación del CSIC Santiago Aubourg Martínez, la langostilla "es un producto habitualmente descartado", pues se devuelve al mar una vez capturado "debido a que su valor comercial se consideraba como despreciable".

Sin embargo, en base a un estudio previo de 2007 del Grupo de Bioquímica de los Alimentos del CSIC, se observó que la langostilla reúnen interesantes propiedades para usos culinarios, además de para la fabricación de harina de pescado.

Por ello, ahora se ha "conseguido prolongar el tiempo de vida útil" de este crustáceo para su aprovechamiento, desde los seis a los diez días en producto fresco, así como desde seis a diez meses en el producto congelado.

Proyecto

La investigación se llevó a cabo de forma multidisciplinar y se dividió en dos objetivos: Un estudio del comportamiento de la especie durante su conservación refrigerada en hielo y mejorar la pérdida de calidad durante su congelación.

De tal forma, Santiago Aubourg Martínez apunta que se ha podido "garantizar la inhibición de las distintas reacciones de alteración" como el desarrollo microbiano, mediante un tratamiento que del producto que "incluye un lavado o inmersión previa en una disolución de metabisulfito sódico y su posterior conservación en hielo en escama o en congelación (-18º)".

Los detalles de la metodología propuesta han sido publicados recientemente en revistas científicas como International Journal of Food Science & Techonology y el European Journal of Lipid Science and Techonology.