La futura ley de acuicultura gallega, la primera de la Unión Europea en esta materia, "simplificará y agilizará" todos los trámites administrativos para el desarrollo de su actividad y facilitará que las cofradías que explotan bancos naturales en régimen de marisqueo puedan "dar el paso definitivo" hacia la actividad acuícola, según sostuvo ayer el Gobierno gallego.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la conselleira do Mar, Rosa Quintana, abordaron ayer los detalles de esta nueva norma integrada en 15 títulos, que regularán "todas las casuísticas" para garantizar la explotación y gestión sostenible de esta actividad.

Ambos coincidieron en que la nueva normativa dará mayor seguridad jurídica al sector y apostará por hacerlo compatible con el medio ambiente. Quintana y Feijóo apuntaron que cada empresa deberá cumplir con las exigencias estrictas en función de la zona en la que se encuentre mientras la instalación produzca como a su remate, ya que tendrá la obligación de reponer al estado natural la zona donde estaba ubicada.

La titular de Mar destacó que la ley obliga al titular del proyecto a la suscripción de un seguro de responsabilidad civil, que garantice los daños a terceros, y explicó también que los empresarios deberán depositar un aval medioambiental por posibles daños.

La conselleira indicó que habrá cuatro zonas diferentes -marítima, marítimo-terrestre, terrestre litoral y terrestres-de posible ubicación de las plantas y destacó que no existe ninguna prohibición de establecerlas en ninguna zona de la costa -tampoco en áreas Red Natura-, según la Directiva Hábitat. Quintana subrayó que en la legislación europea no existe "ninguna prohibición" de impulsar este tipo de empresas "en ninguna zona".

"El Ejecutivo gallego apuesta por que la actividad acuícola sea un sector estratégico, prioritario, duradero y viable", sentenció Feijóo.