186 años de trabajo en la conserva

Cada una de las cuatro mujeres que ayer recibieron la medalla de bronce de Anfaco lleva más de 45 años en conserveras de Bueu, A Pobra y Carball

Mª Carmen Vidal, Mª Teresa Cabaleiro, Carmen García y Dolores Fuentes, ayer con sus medallas.  // Marta G. Brea

Mª Carmen Vidal, Mª Teresa Cabaleiro, Carmen García y Dolores Fuentes, ayer con sus medallas. // Marta G. Brea

P.P. | VIGO

Las cuatro están aún en activo aunque superan individualmente los 45 años de trabajo en la conserva, un sector en el que el empleo femenino se acerca al 80% en Galicia. Y, entre las cuatro mujeres suman 186 años de labor en el enlatado de lo mejor del mar de Galicia y de todo el mundo, casi dos siglos de entrega que ayer reconoció la patronal conservera con la entrega de sus medallas de bronce a Mª Carmen Vidal Ozores (48 años en Escurís SL, de A Pobra do Caramiñal), Mª Teresa Cabaleiro Rey, (47 años en Conservas Antonio Alonso, de Bueu), Carmen García Mouzo y Dolores Fuentes Varela, (46 y 45 años, respectivamente, en Calvo, de Carballo).

Ellas no hicieron un largo discurso de agradecimiento y sus palabras al recibir la medallas fueron escuetas y directas, solo un par de frases de recuerdo para sus empresas y familias por lo compartido en tantos años e incluso de "perdón" por las horas que el trabajo les privó de estar con sus hijos y familias. Y aunque nada contaron de su vida, Mª Carmen Vidal sí reconoció que el anecdotario de su larga experiencia en el sector conservero "daría para escribir un libro", en el que incluso figuraría el año y medio pasado en el Sáhara (El Aaiun) enseñando el tradicional arte gallego de enlatar sardina en lo que recuerda como "una buena experiencia".

Ayer, orgullosas las cuatro con sus medallas de bronce en el pecho, en privado echaban la vista atrás para recordar sus inicios en el mundo de la conserva, con solo 14 o 15 años, su persistencia en mantener el empleo, "el único que había" antes en sus comarcas, "como no fueras a servir o para costurera". Porque ellas, en contra de "la costumbre", porfiaron en no abandonar el trabajo para casarse y criar a los hijos.

Las cuatro se reconocieron orgullosas de su dilatada trayectoria profesional, que "tanto cambió" desde sus inicios, tanto en horarios como en esfuerzos, incluso físicos, ahora casi olvidados gracias a la evolución tecnológica del sector.

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