El primer cierre de un polígono bateeiro después de mucho tiempo tuvo lugar el sábado. Era el Portonovo C, en la ría de Pontevedra. Ayer se cerraron otros tres polígonos en las mismas aguas, como son los Bueu B, Bueu A2 y Bueu A1.

Así pues, cada vez parece haber menos dudas. Todo indica que se trata del habitual episodio tóxico de primavera, relacionado con los afloramientos o procesos de renovación de las corrientes. Con ellas llegan nutrientes al interior de la rías, y el problema es que también llega el fitoplancton portador de biotoxinas, es decir, unas células que no causan daños a la salud pública si se consume producto adquirido por los cauces reglamentarios, pero que al fin y al cabo lo que provocan son enormes perjuicios a un sector que tuvo sus bateas cerradas durante la recta final de 2013 y después sufrió los daños propios del duro invierno.