"Un golpe me tiró de la cama y ya estaba con el agua al cuello; salí como pude por una escotilla", relató el gallego Manuel Simal Sande a sus allegados en el Hospital San Agustín. El único superviviente de la tragedia del Santa Ana, de 50 años y residente en Abilleira (Muros, A Coruña), ingresó en el centro sanitario pasadas las ocho de la mañana con hipotermia, un golpe en la cabeza y heridas en las piernas. Aunque no está grave, permanecerá hasta hoy en observación. Su relato refleja la crudeza del accidente que pilló por sorpresa a la tripulación. "Tal vez se marcó mal el rumbo", reconoció en sus primeras declaraciones tras el fatal siniestro.

"Está bien, dentro de lo que cabe", aseguró la esposa del náufrago a FARO. "Es un milagro que esté vivo", añadió la tía del herido, asentada en la comarca de Avilés. Juan Simal, su hermano, detalló que el superviviente, quien también prestó declaración a la Guardia Civil, se encontró inmerso en el naufragio tras haber logrado dormir un rato.

La tragedia ocurrió poco después de que la tripulación se preparase para descansar, después de que el Santa Ana hubiese pasado la bocana del puerto de Avilés. "Iban a poner rumbo al caladero y yo dejé en el puente a los patrones junto al chaval de prácticas", señaló Simal en referencia al joven Marcos del Agua, de Oviedo, desaparecido en el siniestro. Pero a las cinco y media de la mañana saltó la alarma. "Bajé a descansar y desperté cuando el golpe me tiró de la cama; todo se llenó muy pronto de agua y logré salir por una escotilla", añadió. "Ya fuera empecé a gritar y pude subirme a una balsa", declaró. Allí permaneció sin conocer la suerte de sus compañeros hasta que le rescató el pesquero luanquín Maresco.

Los hermanos Vicente y Gustavo González González llegaron a la zona con su barco poco más de cinco minutos después de que escuchasen el aviso de alarma. "Vimos que había un hombre en una balsa, el único que estaba vivo; temblaba de frío y estaba nervioso. Se encontraba muy desorientado, incapaz de mantenerse en pie". Se trataba del gallego Manuel Simal, a quien la fortuna le permitió salir del barco que se sumergía por segundos. Los hermanos González izaron a su barco al náufrago y tomaron rumbo hacia el puerto del Gayo, en Luanco. "Vimos a una persona muerta al este de La Erbosa", relataron. Una ambulancia recogió en Luanco a Manuel Simal y le trasladó con urgencia al Hospital San Agustín. El superviviente es consciente de la triste suerte de sus compañeros. "Tonto no es", dijo lacónicamente su hermano. A sus allegados, Simal confesó que si el resto de la tripulación estaba descansando, pocas opciones de sobrevivir tenía: "El golpe pudo venir de babor", indicó sin explicarse aún lo sucedido, que atribuyó en su hipótesis a un error a la hora de marcar el destino del arrastrero.

El patrón mayor de Muros, David Formoso, afirmó ayer que "previsiblemente" el alta hospitalaria de Simal se producirá hoy mismo y que se espera que viaje a su pueblo de procedencia. "No tiene sentido alguno esperar allí el resultado de la búsqueda de los seis desaparecidos", afirmó el patrón mayor de Muros.