Es, tal vez, la amenaza de la prohibición de los descartes pesqueros -capturas no deseadas que son devueltas al mar- uno de los debates más decisivos de cuantos afronta la flota gallega ante la reforma de la Política Pesquera Común (PPC) de la UE y del resultado de las negociaciones que ayer y todavía al cierre de esta edición mantenían en Bruselas los ministros de Pesca de la UE dependerá "si tendremos mejor o peor futuro". Es lo que aseguraba ayer el secretario general de la patronal pesquera española Cepesca, Javier Garat, recién llegado de Bruselas y en contacto permanente con la delegación española que encabeza el ministro Miguel Arias Cañete. "Están poniendo toda la carne en el asador y en permenente consulta con el sector pornos jugamos mucho y el punto de partida es muy complicado", señalaba Garat después de recordar que "somos los primeros interesados en reducir los descartes, como demuestran los proyectos de investigación que hemos realizado, ahí no nos gana nadie, pero la postura de la Comisión parece inflexible y es necesario conseguir que se valore también el futuro de la flota porque es muy peligroso legislar sobre afirmaciones simplistas".

En lo que a la negociación se refiere y que hayan trascendido muchos datos, se sabe que un grupo de países con grandes flotas, como España y Francia, reclamaron una flexibilidad del 10% en la prohibición de los descartes. Los ministros trataban de acercar posiciones "muy alejadas" a última hora de ayer en cuestiones como suavizar el veto de los descartes o los plazos para aplicarlo, según constató el ministro irlandés del ramo, Simon Coveney, cuyo país preside la UE hasta junio.

Por su parte, el ministro español reclamó una flexibilidad de la prohibición de hasta el 10% tanto entre especies como en la regla de mínimis que permitiría exenciones para todas las especies. Además pidió que la implantación del veto "se inicie en 2016 -no en 2014- para la merluza y culmine en 2018 para las demás especies demersales". La defensa del margen del 10% también fue apoyada por países como Francia, Portugal e Italia.

La comisaria de Pesca, Maria Damanaki, era inicialmente partidaria de la prohibición inmediata de los descartes pero tras debates con los países aceptó relajar el calendario. Damanaki reiteró su disposición a algunas modificaciones para favorecer la adaptación de la flota pero recalcó que las exenciones "generalizadas" que piden España y otros países "no son una opción".

En el lado opuesto a las ideas de España están los países del norte, partidarios de los márgenes más estrictos posibles de descartes.

Mientras, la eurodiputada socialista alemana Ulrike Rodust, que redactó la posición aprobada por el Parlamento Europeo sobre los descartes, aseguró ayer que la Eurocámara no aceptará una reforma pesquera "aguada" por los gobiernos europeos ni suavizaciones en el fin de los descartes.