La historia increíble de Ed Wood

En el centenario de “el peor director de la historia del cine”

Ed Wood, en “Glen o Glenda”.

Ed Wood, en “Glen o Glenda”. / FdV

Cuando era un niño, Ed Wood pasaba tardes enteras en los cines de sesión continua viendo sobre todo westerns y películas de terror. En la oscuridad de aquellas salas de barrio pequeñas e incómodas de Poughkeepsie, un pueblo cerca de Nueva York donde vio la luz el 10 de octubre de hace cien años, nació su vocación de contar historias, primero en novelas infumables de horripilantes crímenes sexuales (escribió más de ochenta) y luego en el cine, donde recorrió todos los peldaños del escalafón, desde acomodador, guionista, actor y, por fin, director. Pero antes de eso la armada se lo llevó a la Segunda Guerra Mundial con los marines, en el Pacífico, donde perdió todos los dientes en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con los japoneses. A continuación fue ametrallado y tuvo que retirarse con una pierna gangrenada. Arrastró esas heridas toda la vida.

Después de la guerra se estableció en Hollywood y consiguió que le confiaran la dirección de una película corta, «Calles de Laredo», que ni siquiera se llegó a estrenar. Se hizo amigo de Tony Curtis y de Danny Kaye, que le presentaron al actor Bela Lugosi, uno de sus ídolos de infancia, protagonista de los primeros Drácula del cine. Lo llevaron a una funeraria en la que Lugosi estaba probándose un ataúd para su próxima película. Desde que lo conoció no paró hasta convencerlo para que participase en uno de sus proyectos.

"Las películas de Ed Wood eran todas muy malas, pero el público se divertía al advertir sus fallos garrafales"

En 1953 el productor George Weiss buscaba un director para una película de bajo presupuesto dedicada al mundo del travestismo. Ed Wood consiguió convencerlo para que le confiase la dirección de aquella película, alegando que conocía muy bien aquel mundo porque él mismo era un travesti. Así fue como dirigió «Glen o Glenda», una especie de autobiografía en la que se hacía pasar por travesti, con su novia Dolores Fuller como primera actriz. Cuando se estrenó la película George Weiss explotó de ira ante aquella desastrosa cinta sin pies ni cabeza. A Wood solo se le ocurrió decirle que la próxima sería mejor. La próxima fue en 1954 «Jail Bait», en la que debutó el actor Steve Reeves, un culturista que después se hizo muy famoso en las películas de romanos. Por fin consiguió que Bela Lugosi participase en la tercera, «La novia del monstruo», claramente de terror. Lugosi impuso como compañera de reparto a Loretta King, y Dolores Fuller rompió su noviazgo con Ed Wood, enfadada porque se lo había prometido a ella. Bela Lugosi, adicto a la morfina, ingresó al año siguiente en un centro de desintoxicación, donde murió. Wood tenía ya listo el guión de otra película con él que ya no pudo hacer, por lo que su muerte fue un duro golpe. Además habían llegado a ser íntimos amigos.

"En 1994 Johnny Deep encarnó a Ed Wood en una película de Tim Burton en blanco y negro, por la que Martin Landau ganó un Oscar por interpretar a Bela Lugosi"

Las películas de Ed Wood eran todas muy malas, pero el público se divertía al advertir sus fallos garrafales: errores técnicos, efectos especiales fallidos, escenarios de cartón piedra, utilización equivocada de materiales de archivo, actores excéntricos, historias inverosímiles, diálogos de besugos… Ed Wood no tenía talento, pero le sobraba pasión. Y además contaba con el dinero de un empresario de industrias cárnicas que financiaba sus proyectos. La siguiente película de Ed Wood, «Plan 9 del espacio exterior», fue la peor de todas. En ella incluyó sin ningún sentido cinco minutos de una grabación que hiciera a Bela Lugosi antes de morir. Tardaron tres años en estrenarla, por fin en 1959, y la retiraron a los pocos días. Aún llegaría a rodar una más, «Nights of the Ghouls», una pretendida secuela de «La novia del monstruo», que ya no se llegó a estrenar. En sus últimos años Ed Wood se dedicó a hacer cine porno, que inició con «The Sinister Urge» y «Death of a travestite». Sus fracasos también en este género lo arrastraron al alcoholismo. Llegó a vender hasta su máquina de escribir para acopiar whisky. Murió en 1978, a los 54 años, enfermo y arruinado.

Ed Wood fue olvidado, con toda justicia, por el mundo del cine, durante muchos años, hasta que en 1980, después de su muerte, los hermanos Michael y Harry Medved lo incluyeron en su libro «Golden Turkey Awards», una especie de lista de lo peor del cine. A Wood lo calificaron como el peor director de todos los tiempos, y a su película «Plan 9 del espacio exterior» como la más mala de la historia. Paradójicamente esta circunstancia avivó el interés por su obra y lo convirtió en eso que se llama un director de culto. En 1984 la edición en video de «Night of the Ghouls» fue todo un éxito de ventas.

En 1994 Johnny Depp encarnó a Ed Wood en una película de Tim Burton en blanco y negro, por la que Martin Landau ganó un Oscar por interpretar a Bela Lugosi. Si quieren saber más, Joaquín Vallet escribió su biografía: «El universo de Ed Wood», publicada en España por la editorial Notorious.

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