La escuela gallega de la caricatura argentina

José María Cao lideró el grupo de emigrantes que, desde el semanario “Caras y Caretas” y otras publicaciones, contribuyeron al nacimiento del moderno humor gráfico en el país austral a comienzos del siglo XX

Página de Alonso Pita.

Página de Alonso Pita. / FDV

Félix Caballero

Se cumplen ahora 125 años de la fundación de Caras y Caretas, el semanario ilustrado argentino que marcó una era del periodismo en toda Sudamérica y también el inicio del moderno humor gráfico en la prensa de su país. De esa fundación participó un gallego que hoy está considerado el padre de la caricatura política argentina, José María Cao Luaces. Cao y Caras y Caretas catalizaron la labor de un grupo de dibujantes gallegos que contribuyeron decisivamente al desarrollo de ese primer humor gráfico y de la ilustración en la prensa argentina, dando lugar a la que puede ser llamada la escuela gallega de la caricatura argentina.

Caras y Caretas se publicó, en su versión original, entre 1898 y 1939. Reapareció después en tres ocasiones: en 1951, en 1982 –sin traspasar en ninguno de los dos casos ese marco anual– y en 2005, año desde la que se sigue editando en la actualidad.

La creación y el primer desarrollo de la caricatura moderna en Argentina fue obra, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, de un talentoso grupo de emigrantes de toda Europa, entre los que destacó un buen número de españoles, y particularmente seis gallegos: José María Cao Luaces (Cervo, 1862-1918), Ramón de Castro Rivera (Ferrol, 1870-1929), Juan Carlos Alonso Pita (Ferrol, 1886-1945), Federico Ribas Montenegro (Bouzas, hoy Vigo, 1890-1952), Ramón Peña Gil (Santiago de Compostela, 1892-1967) y Manuel Fernández Lourido (Vigo, ?-1920).

Los seis emigraron a Argentina entre 1886 –Cao– y 1911 –Peña y Lourido (así firmaba sus dibujos, solo con su segundo apellido)–, a edades muy tempranas: Alonso, a los 13 años; Ribas, a los 17; Peña, a los 19. Lourido tampoco debía de tener muchos más de 20. De los cinco, solo dos –Ribas y Peña– regresaron a España. Ribas, dos veces, porque en 1936, debido a la Guerra Civil, se trasladó de nuevo a Buenos Aires, hasta 1959. Los otros cuatro fallecieron en Argentina sin volver nunca a su país de origen. Lourido, prematuramente.

La escuela gallega de la caricatura argentina

Portada de Cao. / FDV

Cao y Caras y Caretas fueron los catalizadores de este microcosmos gallego dentro del humor gráfico argentino de la época. Cao acogió a Alonso en la revista cuando el ferrolano entró como recadero a los 16 años. Los dos llegarían a ser directores artísticos de la publicación. Cao es considerado hoy el patriarca de la caricatura política argentina. Por su parte, Alonso se convirtió en el dibujante de humor más famoso de toda Sudamérica. En Caras y Caretas colaboraron también Castro, Ribas –desde París–, Peña y Lourido.

La contribución de este sexteto a la formación del humor gráfico argentino continuó en otras publicaciones fundamentales, como las revistas Fray Mocho –de la que Cao fue cofundador, Peña director artístico y Castro colaborador–, Plus Ultra – suplemento mensual de Caras y Caretas, fundado y dirigido por Alonso y en el que colaboró Lourido–, PBT –donde dibujaron Alonso, Castro y Ribas– y Pulgarcito –en la que colaboraron Cao y Alonso–; ¬¬y los diarios La Nación –de cuyo suplemento dominical fueron directores artísticos Cao y Peña–, Crítica –donde colaboraron Cao y Alonso–, o Última Hora –para el que dibujaron Alonso y Ribas–, El Diario –que tuvo como colaboradores a Alonso y Ribas– o La Razón. A ellos hay que sumar algunas revistas ligadas a la colectividad gallega, como Céltiga, de la que Peña fue fundador y director, y Suevia, en la que colaboraron Ribas y Lourido.

La escuela gallega de la caricatura argentina

Viñeta de Ribas. / FDV

Como contrapartida, la emigración a América de todos estos dibujantes –sobre todo de Cao, el mayor de los cinco, quien, por su talento y por el momento histórico que le tocó vivir, estaba llamado a propiciarla– retrasó en una generación la aparición del moderno humor gráfico gallego, que finalmente sería obra de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao (Rianxo, 1886-1950), a partir de 1909, en Vida Gallega y otras revistas, y especialmente en los años 20 con la serie “Cousas da vida” en los diarios vigueses Galicia, FARO DE VIGO y El Pueblo Gallego. Significativamente, Cao emigró a Buenos Aires el mismo año en que nació Castelao. Y si Cao fue maestro directo de Alonso en Caras y Caretas, también lo fue indirecto de Castelao, quien, siendo un niño emigrado con sus padres a Argentina, quedó cautivado con los dibujos de su compatriota en la famosa revista, que se recibía en la pulpería que tenían sus progenitores en La Pampa, y sintió crecer su vocación de dibujante humorista.

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