Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José María Merino Escritor

“La ficción está en lo más profundo del homo sapiens”

“La novela posible” es el nuevo libro de este autor gallego, considerado uno de los grandes de las letras españolas

José María Merino. FDV

Del escritor José María Merino apenas hace falta esta entradilla porque es un grande de la escritura, principalmente de cuentos, al que la mayoría de la gente conoce y sabe de su obra. Nacido en A Coruña (1941), saltó al círculo sagrado de la literatura en 1976 con Novela de Andrés Choz, Premio Novelas y Cuentos. En 1985 publicó La orilla oscura, que fue galardonada con el Premio de la Crítica. De entre sus numerosos premios, también ha recibido el Premio Nacional de Literatura Juvenil, el NH y el Salambó. Además de los libros citados, en Alfaguara ha publicado, entre otros, la trilogía Las crónicas mestizas, así como las novelas Las visiones de Lucrecia (1996), Premio Miguel Delibes; El heredero (2003), Premio Ramón Gómez de la Serna; El lugar sin culpa (2007), Premio Gonzalo Torrente Ballester; un volumen que recoge sus relatos, Historias del otro lugar (2010); El río del Edén (2012), Premio Nacional de Narrativa... En 2021 fue reconocido con el Premio Nacional de las Letras.

-¿Por qué titula su último libro La novela posible?

-Habitualmente, no comienzo a escribir un libro sin un plan previo. En este caso, las circunstancias de la pandemia, con el inicial confinamiento, fueron determinantes de la “posibilidad” de una novela, fruto de ideas dispersas y combinaciones sucesivas...

-¿Cuál fue el proceso creativo de esta novela?

-Lo primero que hice fue dar forma a la biografía de mi admirada Sofonisba. Me parecía muy atractivo su papel como asesora pictórica de Isabel de Valois, la tercera esposa de Felipe II, un rey especialmente sensible al arte pictórico. Reproducir aquella época desde la mirada de la corte, con ciertos personajes conocidos, me resultó fascinante. Por otro lado, tenía ordenados mis papeles con las notas de la pandemia y ciertas experiencias novedosas, como las reuniones de la RAE para debatir sobre palabras a través de la pantalla del ordenador y otros descubrimientos curiosos de aquellos días. Además, el personaje inesperadamente confinado en uno de los pisos de mi edificio también había reclamado mi atención, y también imaginé una historia sobre su vida... Y un día, de repente, se me ocurrió que acaso la biografía de Sofonisba, mis hábitos en el encierro y la posible vida de la nueva vecina, pudiesen entrelazarse... Que acaso en todo aquello latiese la posibilidad de una novela.

-¿Puede hablarse de esta novela como de una novela histórica, pues es evidente que el tema que sobresale de los tres que trata en la obra es la historia apasionante de Sofonisba?

-Al final me di cuenta, como acabo de señalar y relato en el propio libro, de que podía entrelazar esas tres piezas. Para empezar, opté por utilizar tres puntos de vista: la tercera persona en el caso de la historia de Sofonisba, la primera en el caso de mis “notas de confinamiento”, y la segunda -que a mí me gusta especialmente y he empleado en ciertos libros, como El río del Edén- para la supuesta historia de la persona confinada en el piso cercano, un fracaso amoroso. La novela histórica puede ser la correspondiente a Sofonisba -porque he respetado con toda fidelidad las referencias a los sucesos públicos y personales de su vida-, pero la parte que trata de mis notas de confinamientos tendría que ver con la autobiografía o con la autoficción, y la que alude a la inesperada vecina pertenecería a la ficción psicológica.

-En efecto, en esta novela se entrecruzan de manera magistral dos tiempos, el siglo XVI de Sofonisba y el siglo XXI con las notas del autor sobre su vida familiar en la pandemia y el de esa bibliotecaria, vecina cercana a la que también interesa la pintora Sofonisba. Es de destacar que no hay fisuras en esta mezcla de pasado y presente.

-Para conseguir un entrelazamiento lo menos estridente, decidí que dividiría cada parte en el mismo número de capítulos -me divierte la numerología, sin ninguna tendencia metafísica- y decidí que serían 7 los capítulos de cada una de las tres partes, y que se irían sucediendo alternados e intercalados: a los sucesivos capítulos de la “Vida de Sofonisba”, le irían siguiendo los capítulos de mis “Notas de confinamiento”, y a estas los correspondientes capítulos de la “Terapia de Tere”... Naturalmente, intenté que los sucesos del siglo XVI, precisamente por las conductas y sentimientos de los personajes, se armonizasen con los de nuestros días.

-También se mezclan, de manera magistral, la historia y la ficción.

-Tengo la idea de que la ficción, como forma indispensable del pensamiento simbólico, está en lo más profundo de la naturaleza del homo sapiens, y que desde los inicios de la vida de nuestra especie nos ha servido para intentar descifrar la oscura y tantas veces ominosa “realidad”. La verdadera ficción literaria tiene que ser convincente... Mi respetado profesor Eduardo Souto, personaje de algunas novelas y cuentos de mi cosecha, ya dejó dicho que “la realidad no necesita ser verosímil” -no hay más que ver cómo están ahora las cosas en el mundo-. Que historia -o actualidad- se mezclen con la ficción sin estridencia es uno de los requisitos fundamentales de la literatura.

-La novela con estos mimbres resulta muy amena, pues además está escrita de forma impecable, ¿cómo logra hacerlo para que el lector perciba una sola historia?

-Esa era la apuesta, precisamente, aunque en el título hay un guiño al lector, por si la posibilidad propuesta no resultaba. Yo creo que en esa alternancia sucesiva de los diferentes capítulos -sobre lo que tuve muchas dudas, porque podía propiciar una peligrosa descomposición- está el elemento fundamental de la unificación novelesca, aunque parezca contradictorio. Pero es algo que ya he practicado en numerosas novelas. En materia literaria, soy poco proclive a la linealidad, qué le voy a hacer.

 -¿Más biografía que autobiografía?

-Pues sí. Me seducen las buenas novelas autobiográficas, pero en mi obra todo lo autobiográfico está tan barnizado por la ficción que es difícil desentrañarlo. Escribí un libro que son mis memorias desde la primera niñez hasta los nueve o diez años -Intramuros-, escrito también en segunda persona, pero exento de ficción en su estructura, aunque la ficción no deje de acosar al protagonista.

Compartir el artículo

stats