Paisajes benjaminianos actualiza una serie de temas en Walter Benjamin para adaptarlos a la situación presente mediante la articulación de una filosofía que recibe aliento de la fotografía, con la intención de dejar que las cosas escriban por sí mismas. El autor, Antonio Aguilera, reinterpreta la crítica de Benjamin a la noción de progreso, así como sus contribuciones sobre el papel de los nuevos medios de producción y de distribución intelectuales, para elaborar un concepto de experiencia de choque que pueda asumir la modernidad tardía.