Madrid: la gran ciudad. 3,3 millones de habitantes censados más otro millón y medio estimado de población flotante. Por sus más de 9.000 calles circulan dos millones de vehículos, pero ya se proyectan nuevos parques y zonas verdes y de todos esos coches, cerca del 7% ya son eléctricos. Algo está cambiando en las ciudades.
Es el ejemplo de la mayor ciudad de España, que se queda muy pequeña si la comparamos con el núcleo urbano de Tokio (13,5 millones) o su inmensa área metropolitana que constituye la gran megalópolis del mundo donde conviven 37 millones de almas.
Según los datos de la ONU, hoy más de la mitad de la población del mundo (54%) vive en las ciudades y se prevé que en el año 2050 siete de cada 10 habitantes del mundo resida en zonas urbanas. En ese contexto, España, Europa y el resto del planeta afrontan algunos de los grandes desafíos de este tiempo: resolver el atolladero de la vivienda asequible, proteger el entorno y frenar las emisiones contaminantes, fortalecer el vínculo comunitario frente a la soledad… Y para ello dirigen la mirada hacia los arquitectos y urbanistas en busca de respuestas y ellos, a su vez, miran hacia Japón.
No en vano, el país del sol naciente afronta hace décadas los desafíos derivados de la alta densidad demográfica de sus ciudades (345 hab/km² frente a los 95 hab/km² de España).
Los arquitectos japoneses sirven de inspiración por sus propuestas rompedoras para dar respuesta a los requerimientos de cada momento histórico. De ellos extraemos las lecciones que marcan el rumbo de las ciudades del futuro