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Los candidatos reponen fuerzas ante la recta final

FARO acompaña a Caballero, Muñoz, Otero y Pérez a hacer la compra; en sus carritos también se aprecian sustanciales diferencias

Los candidatos sacan tiempo para reponer la nevera días antes de entrar en la fase crucial de la contienda por la Alcaldía. Presumen de una dieta más o menos saludable en la que también se permiten algún capricho. Todos coinciden en la compra semanal de fruta, pero una mirada un poco detallada a sus carritos revela notables diferencias.

La primera es que Abel Caballero apenas come en casa y no cocina, por lo que realiza cerca de casa una compra básica sin apenas carne ni pescado pero con muchas manzanas, mandarinas y plátanos para evitar "calambres".

La cesta de Elena Muñoz es más variada. Asidua del mercado para la carne, el pescado y la fruta, recurre al supermercado para su día a día y revela a FARO un secreto: le pierden las cerezas y el chocolate. Se permite algún helado en estos días de calor, pero sobre todo compra mucha agua.

Serafín Otero es el más cocinillas de los cuatro y un hombre de costumbres. Su día para la compra es el sábado a las 09.30 de la mañana. Elige con destreza la mejor carne y reconoce que le apasionan las sopas. Rubén Pérez es cliente habitual del mercado de O Calvario, donde compra rapantes para su hija pequeña y todo lo cocina con verdura, como le enseñó su abuela. Se le da bien guisar y el pollo con arroz.

Abel Caballero | Mucha fruta y un vicio: el chocolate

Caballero y Cristina en la compra. // GRACIELA CARLOS / Foto: JOSÉ LORES

Fiel al mismo supermercado desde hace más de una década y con una cesta base en la que no faltan manzanas ni patés. Abel Caballero acude una vez por semana al Froiz de María Berdiales para mantener su nevera al día. Come habitualmente fuera de casa y solo desayuna y cena, por lo que apenas cocina en su domicilio. "No es por falta de ganas, pero la verdad es que no se me da bien y no tengo tiempo. Tengo la suerte de que Cristina cocina de maravilla. Hace una carne guisada y un curry estupendo", relata el alcalde y candidato socialista mientras recorre los pasillos junto a su mujer.

En plena campaña y casi sin tiempo para descansar, ayer no tocaba compra grande. El primer producto que cae al carro es un queso Xan Busto Cebreiro. "El mejor que hay", explica entre bromas Caballero, que consume mucho producto de marca blanca porque proceden de fábricas gallegas. "Aquí compro como en casa. Siempre me asesoran bien y me sirven puntual el pedido", felicita a la plantilla, que al terminar la compra le pide una foto de familia. Conoce a casi todos por el nombre y ya saben que en su pedido a domicilio no faltan los zumos, una bebida de yogur para regular el colesterol, leche desnatada y café soluble. "Compro el bote pequeño para que no pierda el aroma", explica mientras se pasa a la frutería y se carga con manzanas, mandarinas, plátanos "para evitar calambres" y maíz cocido, un producto al que Caballero y su mujer se aficionaron en Cambridge. Sus dos vicios son las almendras sin tostar y el chocolate, del que procura comprar poco. "Si tengo en casa no me resisto", reconoce sonriendo. También sabe que debe evitar el paté. Aunque por ahora no puede.

Elena Muñoz | Dieta saludable con algún capricho

Elena Muñoz, en la charcutería. // GRACIELA CARLOS / Foto: ADRIÁN IRAGO

Elige en el mercado la fruta, la verdura, la carne y el pescado y acude a los supermercados para hacer la "gran compra del mes" y adquirir los productos "del día a día". Los yogures nunca faltan. A ella le gustan los cremosos de chocolate y a sus hijas les lleva una conocida marca infantil. La candidata opta por una gama con menos grasa para cuidarse "todo lo que se pueda" pero sin renunciar al placer de un buen postre. Y recuerda la importancia de fijarse "en la fecha de caducidad".

Le gustan mucho las ensaladas y las cerezas son su fruta preferida: "Es una época muy buena para disfrutar de fresas, melocotones? prácticamente me gustan todas. Y siempre tengo en casa naranjas para el zumo del desayuno". Lo hace cada mañana para sus hijas, cuya alimentación cuida mucho aunque de vez en cuando las sorprenda con el huevo sorpresa por el que suspiran todos los críos. Ella misma confiesa que "es difícil resistirse" a esta zona del súper y se deja seducir por dos tabletas de chocolate.

Mientras recorre los pasillos del Froiz de Gran Vía, uno de los que le quedan cerca, la alcaldable también se acuerda del alimento para sus mascotas: la perra Canela y Wendy, una gata que vive con ellas desde hace 8 años.

Muñoz tiene más tiempo para cocinar durante el fin de semana, pero confiesa que los fogones no le atraen demasiado. "Mi madre cocina de maravilla y ella realmente disfruta, pero yo no tanto", comenta con una sonrisa.

Al pasar por los congelados, se detiene para elegir unos helados pensando en el tiempo veraniego de estos días aunque lo que más abunda en su dieta para aguantar el tirón de la campaña es "mucha agua".

Serafín Otero | El chef y abastecedor de su hogar

Serafín le pide carne a Alfonso. // GRACIELA CARLOS / Foto: MARTA G. BREA

Con 18 años, Serafín Otero abandonó el confortable hogar familiar y se fue a vivir a Canarias, donde le costó adaptarse a su comida. No le quedó otro remedio que aprender a cocinar y lo hizo con continuas llamadas a su madre. "Empecé friendo un par de huevos y ahora hago de todo, menos postres", cuenta. Le gusta porque le relaja, así que en su casa asumió esa labor todos los días. Incluso cuando no va a estar, deja algo preparado. Así, se ha responsabilizado también de ir a la compra.

La hace los sábados, a las 9.30 de la mañana. ¿Por qué tan temprano? "Porque me gusta vivir y, así, a las 10.15 ya estoy desayunando con mi compañera ese melón que acabo de comprar y, luego, salimos a pasear". Su otra gran afición. Vive en la zona vieja de Navia y antes acudía a una tienda de barrio, que cerró. Optó entonces por el Froiz de Navia y ahora le es leal, salvo visitas "de vez en cuando" al mercado. Los dependientes le reconocen e incluso Alfonso, el carnicero, le llama por el nombre. Le coge un filete y carne para hacer sopa, su "obsesión". Compra la ensalada de bolsa, "que es más cómodo"; agua, "muy necesaria"; un pan "vicioso" que "está bueno al día siguiente si lo metes en el horno"; latas para su gata; fruta para el desayuno y yogur líquido, por si hay prisa. De la pescadería, le gusta el rapante de roca y, a veces, se da un capricho, con "un marisquiño".

Rubén Pérez Correa | Frescos de fin de semana

Pérez, en el mercado de O Calvario. // GRACIELA CARLOS

Suele acudir a una gran superficie para hacer la compra general, pero a Rubén Pérez le gusta ir a las plazas de abastos para comprar los productos frescos. "Son un modelo que defendemos en la Marea porque son parte sustancial de la ciudad", explica y recuerda que, cuando estudiaba Historia en la Universidad de Santiago "iba diariamente al salir de la facultad". Ahora no, porque solo come en casa el fin de semana. Por eso, compra "en pequeñas cantidades" para evitar que se le estropee, que "luego da mucha pena tirarlo".

Vive en Beade y el de O Calvario es su mercado más cercano. Cocina para él y para su hija y aprovecha el sábado para hacer que coma pescado. "Es una batalla campal, pero la tele ayuda mucho", cuenta. Le compra dos piezas pequeñas de rapante, que luego le desmigajará.

Rubén hizo parada en la frutería para comprar piña. // Graciela Carlos

"Educado por mi abuela, todo lo que cocino lleva verduras", explica. Así que compra un pimiento rojo, uno verde, dos puerros y tomates para acompañar el pescado con un pisto. Reconoce que fruta como poca, pero le gustan las manzanas Golden y las peras. Esta vez, se lleva de las primeras, pero también piña y plátanos.

Añade a sus compras una pechuga fileteada, pero de habitual pide "algo de carne para guisar". Se le dan bien, al igual que el pollo con arroz. Su manera de cocinar, cuenta, la aprendió de su abuela y su tía abuela.

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