Abel Caballero quiere ser alcalde de Vigo hasta 2023. El candidato socialista pretende completar un nuevo modelo de ciudad "del siglo XXI" y ayer lanzó ante empresarios y entidades sociales un plan "para los próximos 8 años" cuyo objetivo es "ayudar a Vigo a salir de la crisis con un liderazgo fortalecido y más poderío. Las crisis reconfiguran los espacios y a Vigo le espera una posición nueva en Galicia y en España", avanzó durante su intervención en un desayuno de Nueva Economía Fórum al que asistió todo su equipo, el secretario xeral del PSdeG, los presidentes de la CEG, la CEP y la Cámara, diputados, arquitectos, empresarios del naval, la construcción, el ámbito sanitario, transportistas, representantes de los sindicatos y colectivos sociales.

En un tono más formal que el del arranque de campaña apenas unas horas antes, Caballero se comprometió a ser "el alcalde de la economía" y un interlocutor permanente entre el tejido productivo local y las instituciones para darles facilidades y crear empleo. "Esta ciudad ha vivido los mejores ocho años de su historia en el ámbito municipal, está completamente renovada, y ahora necesita un gobierno que sepa acompañar su progreso en esta nueva etapa de recuperación económica", proclamó.

El socialista hizo especial énfasis en la necesidad de que la Xunta se adapte a este "nuevo papel central de la ciudad" y aseguró tajante que "la actual estructura administrativa y territorial de Galicia a Vigo se le queda pequeña. No le deja respirar porque Vigo es una fuerza de la naturaleza y necesita más infraestructuras y dotación judicial", lanzó en un mensaje directo a Santiago y al Gobierno de España.

Caballero defendió las humanizaciones como una herramienta para crear puestos de trabajo y "reforzar la autoestima de Vigo", un elemento "transformador" que asegura ha ayudado a superar a la ciudad "triste y rota" que se encontró en 2007. Defendió la capacidad de intervención desde el ámbito público para intentar forjar una ciudad "más solidaria" que siga apostando por las políticas sociales y de igualdad.

Repasó las 1.003 ayudas al alquiler e hipotecas otorgadas este año, las 800 subvenciones para abonar recibos de luz y gas y las 5.000 becas de comedor. Caballero pretende impulsar una recuperación "que no deje a nadie en la cuneta" y dar mayor protagonismo en el próximo mandato al deporte y la cultura. "El Auditorio tiene que ser nuestra catedral de la cultura", defendió antes de garantizar la firme apuesta de su equipo por el sector turístico y la candidatura de las Islas Cíes como Patrimonio de la Humanidad. "A nadie que sea y esté en Vigo se le ocurriría ponerse en contra de este proyecto", aseguró en alusión a las dudas planteadas por Elena Muñoz sobre las repercusiones.

A Núñez Feijóo también le tocó lo suyo. Y en cantidad. Por sus "recortes en educación y sanidad, diseñar un hospital privado y sin laboratorio, su complacencia cuando el alcalde de Oporto bromeó con que el Sá Carneiro es el aeropuerto de Galicia, por sus intentos de cerrar Peinador,..." y así en una larga lista en la que incluyó a la Diputación por llevar seis semanas sin responder a la carta para adherirse a la reforma de Balaídos. Al que dejó "fuera de la contienda electoral" es al puerto, con el que pidió al PP que no haga campaña.

El alcalde vigués recibió elogios encendidos por parte de Xosé Ramón Gómez Besteiro, que puso su gestión como ejemplo "del gobierno de los socialistas, profundamental sociales sin olvidarse de la gente y priorizando las inversiones". El secretario xeral del PSdeG aseguró del candidato en Vigo que es "un hombre equilibrado y con la ciudad en su cabeza".