La Guardia Civil de Moaña está tramitando hasta 20 denuncias al mes contra conductores que se marchan de la gasolinera sin pagar después de repostar combustible en sus vehículos. El problema, según las fuentes consultadas, está centrado en el área de servicio San Simón, en la autopista AP-9 entre Vigo y Pontevedra, dentro del término municipal de Vilaboa.

Las labores de identificación de los vehículos son muy complicadas porque la gran mayoría accede al área de servicio con las placas de matrícula del vehículo camufladas o falsas.

Ese aspecto lo confirman las propias denuncias que presenta el responsable de la gasolinera con las que adjunta fotografías de los turismos infractores. En muchos casos, las matrículas no corresponden a ninguna provincia y en otros los números o letras aparecen modificados con cinta aislante negra. Buena parte de ellos, son vehículos de gama media-alta, según las denuncias que obran en poder de la Benemérita.

La situación se ve favorecida por el sistema de autoservicio que está en vigor en la gasolinera de la citada estación de servicio. En otras, existe el sistema prepago o son los propios empleados los que sirven el carburante, por lo que el control sobre los vehículos es mayor. En la de la autopista, el conductor llega, se sirve él mismo y para pagar tiene que desplazarse hasta el mostrador de la tienda situada allí. La alternativa que utilizan los infractores es arrancar el vehículo e incorporarse de nuevo a la autopista, sin pasa por caja.

Esta situación se prolonga desde hace unos nueve años y no parece que vaya a cambiar porque no se quiere modificar la filosofía con la que fue diseñado este establecimiento, obra del arquitecto Norman Foster. Las nuevas instalaciones, tras la remodelación, se abrieron a finales de 1999 y siempre gozaron de prestigio por el gran área de descanso para los conductores que incluye el complejo, en el que además de la gasolinera y la tienda hay un restaurante y una cafetería.

Hasta entonces, el sistema de pago por el combustible era similar al del peaje de la autopista. Había una cabina en la que se abonaba el importe sin bajar del automóvil y, desde allí, el operario levantaba una barrera que permitía al turismo salir del área.

La Guardia Civil considera que la única posibilidad de acabar con los impagos es modificar el actual sistema de autoservicio de este establecimiento y convertir el área en gasolinera prepago que no plantea tantos problemas; o buscar otra salida diferente para los automóviles.

Tal y como se realiza ahora el sistema de pago por caja en el interior de la tienda de Repsol, los problemas se mantendrán por la imposibilidad de controlar a los infractores.