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Cada vigués consume 10.000 litros de agua al año menos que hace 19 años

El gasto medio diario por hogar pasó de 149,5 litros en 2006 a 121,95 en 2022, por debajo de los 128 a nivel nacional

La presa de Eiras cae otro 2,1% pese al regreso de las lluvias

Estado del embalse
de Zamáns ayer al 49,9%
de su capacidad.  
|  José Lores

Estado del embalse de Zamáns ayer al 49,9% de su capacidad. | José Lores

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Vigo

Ante el cambio climático y el aumento de las sequías hay dos caminos posibles: maximizar la capacidad de almacenamiento y minimizar el consumo de agua. Y en el segundo de los casos, los vigueses pueden dar buena fe de haber hecho los deberes. Desde 2006 cada uno ha ahorrado más de 10.000 litros anuales gracias a la reducción de fugas y gasto de agua medio por jornada, ya que éste ha pasado de 159,5 a 121,95 litros por vecino censado según los últimos datos auditados por Aqualia en 2022 y que se renovarán este año. Y la previsión es que baje aún más.

Este recorte llega a través de la concienciación ciudadana en cuanto a distintos hábitos cotidianos, pero principalmente gracias a la renovación en los más de 1.000 kilómetros de tuberías de la red. A él se suma el cumplimiento estratégico de reducir un 10,6% el volumen de agua suministrada a la red entre 2015 y 2020, lo que permitió alcanzar otro hito: situarse por debajo de la media nacional.

Si hace dos décadas la media nacional estaba en 133 litros por día, en la actualidad bajó a 128 litros, cifra que Vigo solo superó en 2020 durante la última década y debido al confinamiento y el aumento de tiempo en casa. Si echamos la vista atrás, a mediados de los años noventa se alcanzaban los 160 litros por habitante, lo que constata el esfuerzo realizado en reducir las pérdidas y derroches.

Mientras tanto, las infraestructuras hidráulicas que hacen posible ese consumo han permanecido inalteradas. La presa de Eiras, levantada hace medio siglo con una previsión de medio millón de usuarios se ha quedado pequeña ante los cambios en el clima de la última década. Prueba de ello han sido las restricciones al consumo en los veranos y otoños de 2017, 2022 y 2025. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, reclamó la semana pasada una «reflexión colectiva ya que las posibilidades de que haya una sequía que nos deje sin agua son verosímiles y puede pasar», explicó. Es por ello que insistió en la necesidad de una segunda presa aguas arriba del Oitavén con capacidad para 7,4 hectómetros cúbicos. Esta instalación en Forzáns añadiría otros «3 o 4 meses de consumo» a los 22,17 de Eiras.

La única mejora de relieve al respecto fue la puesta en marcha en 2024 de la nueva Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de O Casal con un coste de 23,4 millones de euros. Financiada en su totalidad por el Concello, permite aprovechar el agua embalsada incluso por debajo del 35% gracias a su microfiltrado.

Estado de los embalses

En cualquier caso, los embalses de los que bebe el área metropolitana siguen vaciándose. El último boletín hidrológico de Augas de Galicia refleja el nulo impacto de las leves lluvias que comenzaron el domingo. Así, este lunes 20 de octubre la presa de Eiras se encontraba al 48,11% de su capacídad (2,11% menos que hace una semana) y la de Zamáns caía por debajo de su ecuador hasta el 49,9%.

Más dramático es el caso de Baíña, que toca fondo con el 23,71% de su aforo total. Sin embargo, desde el Concello de Baiona descartan que se vaya a conectar finalmente a la red de abastecimiento de Vigo que bebe directamente desde Eiras y Zamáns. El motivo es el cambio en los pronósticos metereológicos para las próximas semanas y la llegada de precipitaciones tras cinco meses en los que brillaron por su ausencia. De hecho, este lunes fue el día más lluvioso desde abril.

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