Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

La parcela de la antigua estación de bus de Vigo será un espacio de encuentro social

El uso está recogido en el PXOM: parques infantiles y zonas de ocio para la ciudadanía | La terminal lleva casi tres años cerrada y solo funciona como aparcamiento de coches

Hace ya casi tres años que la antigua estación de autobuses de la Avenida de Madrid echó el cierre para dejar paso a la intermodal, en Vialia, que centraliza todas las salidas y llegadas de autocares en Vigo. La instalación, que estaba en un estado ya muy precario, había prestado servicio a la ciudad durante más de tres décadas. Desde diciembre de 2022 ya no está operativa y la construcción se encuentra sin uso alguno. Sin embargo, ahí sigue sin que nadie haya dado paso alguno para derribarla pese a que se ha convertido en un símbolo del feísmo. Ahora mismo solo sirve para tres cosas: numerosos sintecho viven en los accesos, el aparcamiento sigue activo y hay vehículos que estacionan allí a diario, y en las últimas semanas acoge las casetas de obra de la empresa encargada de la reforma de la Avenida de Madrid.

El Concello tiene claro a qué quiere destinar ese espacio. Es más, su uso está recogido en el PXOM que está ya en vigor. Según fuentes municipales, el objetivo es que esa parcela sea una gran área de encuentro social y uso para la ciudadanía, con parques infantiles y distintos juegos, con grandes zonas verdes y la necesaria reordenación del tráfico. Es decir, ese enclave estratégico entre la Avenida de Madrid, Martínez Garrido y Gregorio Espino se recuperará para la ciudad.

Ese es el objetivo del Ayuntamiento de Vigo. Desde que cerró la estación, el alcalde insistió en que su futuro uso lo decidiría el propio Concello a través del PXOM. Pero la Xunta tiene otra visión. Un portavoz de la Consellería de Facenda apunta que se están estudiando soluciones para todas las estaciones de buses de Galicia que quedaron vacías por la construcción de las intermodales, «buscando los usos más adecuados para cada una de las ciudades». También para Vigo.

La antigua estación 
de autobuses de Vigo, 
que lleva casi tres años 
cerrada y abandonada. 
 |  Pablo Gamarra

Un bar cerrado ubicado junto a la antigua estación de bus. / Pablo Gamarra

Es decir, estamos una vez más ante una guerra competencial entre el Concello y el gobierno gallego. La Xunta había planteado en un primer momento la opción de crear un gran centro intergeneracional pionero en Galicia pero la idea se fue diluyendo con el tiempo precisamente por esos conflictos de competencias entre la administración autonómica y la local.

Los argumentos del gobierno de Abel Caballero son claros. La parcela era municipal y se cedió a la Xunta hace más de treinta años para que se utilizase como estación de autobuses. El Concello entiende que, una vez que esos terrenos ya no se utilizan con esa finalidad, pasa de nuevo a manos municipales y, por tanto, el uso lo decide la ciudad a través del Plan Xeral. Y ese uso es recuperarlo para crear una gran espacio de encuentro ciudadano en consonancia con la humanización de la Avenida de Madrid que ya está en marcha.

El PP propuso en el pleno del pasado junio construir en esa parcela el centro para asociaciones que inicialmente estaba previsto en los antiguos juzgados con una inversión prevista de 19 millones. En la moción presentada apelaba a que para cambiar la clasificación del suelo bastaba con un acuerdo plenario sin necesidad de tramitar una modificación del PXOM. Pero el PSOE se opuso y la propuesta no prosperó.

Entre medias, se planteó también incluso que esa instalación acogiera el archivo judicial de Vigo, algo que se descartó rápidamente precisamente por ese bloqueo administrativo entre Xunta y Concello. Con el uso recogido en el nuevo PXOM, todo apunta a que el Ayuntamiento tendrá vía libre para llevar a cabo su proyecto de espacio ciudadano siempre que la Xunta le revierta el terreno.

Abandono extremo

Si ya durante sus últimos años de vida la antigua estación de autobuses de Vigo estaba en una situación más que precaria, con los baños totalmente insalubres, pantallas sin funcionar y numerosas goteras que hacían la vida imposible a los viajeros, la instalación, que continúa sin uso, se encuentra ahora en un extremo estado de abandono.

Todas las entradas y ventanas están completamente tapiadas para evitar posibles entradas indeseadas, pero en uno de los accesos, concretamente el de Gregorio Espino, viven ahora mismo una decena de personas sin hogar de Vigo. Han convertido el exterior de la vieja estación en un auténtico poblado: colchones, neveras, pequeñas cocinas donde poder calentar alimentos y todo aquello que puedan encontrar para abrigarse, especialmente durante la noche y ahora que las temperaturas empiezan a bajar. La Xunta había planteado vallar la estación para que estas personas se fuesen de allí, pero finalmente no lo hicieron.

El entorno, un páramo comercial

La situación que vive la antigua estación de autobuses está provocando consecuencias en el entorno más cercano. En los últimos años han cerrado varios pequeños negocios y bares de la zona, en algunos casos hartos de la insalubridad y la inseguridad causada por algunas de las personas que pernoctan en la estación de autobuses. Un simple acercamiento a los accesos de la vieja terminal de autocares ya advierte de la deplorable situación higiénica: olores insoportables, suciedad por todos lados y unas personas que viven en la más absoluta insalubridad.

La presencia policial en la zona es constante, especialmente para solucionar conflictos entre los propios sintecho que allí viven.Mientras tanto, numerosos locales llevan mucho tiempo cerrados sin perspectiva de conseguir un nuevo negocio hasta que se recupere la zona.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents