Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Caballero pide una «reflexión colectiva» ante el aumento de las sequías e insiste en la segunda presa en el Oitavén

Vigo garantiza que colaborará con Baiona: «Siempre le vamos a dar agua»

Reunión entre Jesús Vázquez Almuiña, Abel Caballero y Javier Pardo en la Alcaldía de Vigo.

Reunión entre Jesús Vázquez Almuiña, Abel Caballero y Javier Pardo en la Alcaldía de Vigo.

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Vigo

Vigo volverá a salir «al rescate» de los municipios del área metropolitana que, pese a no depender directamente del embalse de Eiras, afrontan una grave situación de sequía. Así lo ha confirmado el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, después de reunirse con su homólogo de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña. «Siempre les vamos a dar agua», explicó el regidor olívico, quien volvió a incidir en la «situación compleja» que se vive en el sur de Galicia. La principal presa, la de Eiras, está ya al 47,7% de su capacidad, lo que permite suministro para 90 días. Peor es la situación en la de Baíña, que se encuentra al 25,84%, dejando en una situación límite el abastecimiento en el municipio durante las próximas semanas.

Las escasas lluvias de septiembre y principios de octubre no han permitido revertir la situación vigente desde hace más de dos meses y medios. Desde Praza do Rei han pedido que se reduzca el caudal ecológico del río Oitavén, lo que ha provocado un cruce de acusaciones este jueves con la Xunta de Galicia tras varias semanas reclamándola. Desde el organismo autonómico apuntan a que se mantiene en los 0,5 metros cúbicos por segundo que marca la ley como mínimo, mientras que en el Concello señalan que éste no se produjo hasta ahora, ya que lo mantenían en 0,7.

Así, el regidor reclamó una «reflexión colectiva ya que las posibilidades de que haya una sequía que nos deje sin agua son verosímiles y puede pasar». Prueba de ello es que desde la grave situación de 2017 ya hubo que aplicar estas medidas en 2022 y este año. En ese sentido volvió a recordar el acuerdo entre Gobierno de España, Xunta de Galicia y Concello de Vigo para construir una segunda presa «de respaldo» aguas arriba. Este segundo embalse de 7,4 hectómetros cúbicos daría capacidad para unos «3 o 4 meses de consumo», lo que complementaría la nueva potabilizadora de O Casal en la que el gobierno local vigués invirtió 23 millones de euros.

Sobre las consecuencias de esa construcción en la parroquia de Forzáns, el regidor aseguró que «no tiene el más mínimo efecto medioambiental» y que en ese tramo del curso fluvial «está deshabitado» al ser una «zona de monte». Su localización sería un páramo que limita al norte con la PO-255 y al oeste con la PO-250. En él confluyen también el Rego de San Fiz y el do Porto. Se proyecta una estructura del tipo gravedad, con una longitud de 333,55 metros y una altura máxima sobre cimientos de 50,66m. La cota de coronación estará a 320m y contará con una anchura de nueve metros (6,5 m + dos aceras de 1,25 m); permitiendo un abastecimiento anual de 55,59 hectómetros cúbicos. 

«Es un proyecto que requiere tiempo, y cuanto antes se empiece, mejor», explicaba añadiendo que tiene prisa para ejecutarlo puesto que «la solución estructural pasa por ese nuevo embalse». En ese sentido comparó la capacidad de almacenamiento de los embalses de Vigo, con apenas 22 hectómetros cúbicos en Eiras, con los más de 3.000 que hay en los de Extremadura. Así, el verdadero cuello de botella en el caso gallego es el almacenamiento y no las precipitaciones o el consumo.

Alternativa desde el Miño

Caballero se refirió también a la posibilidad de que el abastecimiento para Nigrán y Baiona llegue con agua bombeada desde el río Miño. «No es recomendable», explicó, asegurando que la de Eiras «es excepcional mientras que la del Miño tiene menor calidad y el bombeo es caro». Estas circunstancias, además, obligarían a construir una nueva potabilizadora.

Tracking Pixel Contents