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Entrevista | Julia Martín-Maestro Rufus T. Firefly

«La esperanza está en esas pequeñas cosas del día a día»

La banda de indie Rufus T. Firefly arranca en la Sala Island la gira «Todas las cosas buenas» dentro de Directos Vibra Mahou

Víctor Cabezudo y Julia Martín-Maestro.

Víctor Cabezudo y Julia Martín-Maestro. / FdV

Lo de Rufus T. Firefly hoy en Vigo es una apertura y un cierre. Lo primero porque la banda madrileña de indie abre la gira de su nuevo disco, «Todas las cosas buenas», y lo segundo, porque pone el broche final al ciclo Directos Vibra Mahou de este año con el concierto que dará en la Sala Island (21.00 horas). Con él, Julia Martín-Maestro y Víctor Cabezudo vuelven al directo convencional tras la experiencia de los conciertos inmersivos en los que el público escuchaba su música a través de auriculares, un formato que esperan retomar también con este disco.

—«Todas las cosas buenas», un título muy optimista para tiempos de incertidumbre.

—Con todas las cosas duras que están pasando, queríamos encontrar ese punto de esperanza, y al final vimos que está en todas las pequeñas cosas que tenemos en el día a día y que nos motivan a ver la luz, desde nuestra familia hasta esos momentos que nos hacen sentirnos cómodos. Creemos que «Todas las cosas buenas» es un disco muy luminoso. Desde hace bastantes años, cambiamos la visión de cómo hacer música. Antes éramos mucho más negativos y protestábamos por todo, y eso lo dejábamos patente en nuestra música, y ahora hay acordes con muchísima luz.

—¿Hubo un desencadenante concreto para este cambio?

—Éramos más jóvenes y pensábamos que protestando podríamos cambiar las cosas. También pensábamos que haciendo esa música descargábamos y nos sentíamos mejor, pero era todo lo contrario. No nos sentíamos mejor y tampoco veíamos que la gente que nos escuchaba lo viera así. Sin embargo, ver las cosas con más esperanza y optimismo no significa que no se diga la realidad y la verdad de las cosas.

—¿Hay esperanza también para los grupos que empiezan?

—Todo ha cambiado mucho, sobre todo la manera de difundir la música. Las redes sociales te ayudan a que difundir tu música sea más fácil, pero al mismo tiempo hay mucha más gente que puede hacerlo, por lo que, de repente, te metes en un saco donde hay cientos de grupos intentando ser escuchados y visualizados. Nosotros intentamos ver el lado positivo y espero –y quiero– ver esa esperanza, que todos tengamos ese espacio para ser escuchados, aunque es muy complicado. Nosotros, por ejemplo, no hemos tenido ayuda para fabricación de disco hasta el anterior, y cuando todo sale de tu bolsillo, cuando tienes dos trabajos, cuando ves que todo cuesta tanto esfuerzo hay días que dices: «Tiro la toalla. Lo dejo». En España hay muy poca ayuda al artista que está empezando, pero hay muchos grupos con muchas ganas de hacer lo que hacen y que por eso resisten.

—Tampoco ayuda el encarecimiento de las entradas, ¿no?

—Nos parece un desfase que la entrada de un concierto cueste 100 euros. Y yo los pagaría por escuchar a un grupo que me gusta porque las infraestructuras de llevar un directo de un grupo son muy caras, pero últimamente no voy a muchos conciertos porque son muy caros y la calidad de sonido es una mierda, lo que me parece una falta de respeto hacia el público. Creemos que no se está cuidando la música. Una de las razones por las que hicimos los conciertos con cascos fue dar la oportunidad al público de escuchar música con toda la calidad y de una forma más íntima.

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