Vuelta al punto de partida
Decenas de emigrados se reúnen en el puerto de Vigo desde el que partieron hacia América
Algunos regresan por primera vez

Pedro Fernández
Ramón Fernández apenas tenía 23 años cuando, en 1958, se embarcó rumbo a Brasil. Dejó atrás todo lo que conocía hasta el momento impulsado por el anhelo de una vida mejor. Salió desde el puerto de Vigo y ahora, 67 años después, vuelve por primera vez al lugar donde su vida cambió. «Todo es diferente» , afirma el hombre sin contener su emoción. Lo acompaña su nieta Victoria Seves, quien nunca antes había estado en Galicia. Para ella, este viaje es «un momento de conexión con las raíces». Reencontrarse con su tierra no es la única misión de Ramón en esta travesía, tiene una meta por la que ha esperado más de medio siglo: encontrar a su hermana, Basilia Seves, de quien no sabe nada desde que partió.
Su historia no es excepcional, se repite en la memoria de miles de emigrantes gallegos en Latinoamérica. Este miércoles, un grupo de beneficiarios del programa Reencuentros con Galicia, organizado por la Xunta de Galicia se reunió alrededor del homenaje a la emigración, en Vigo. «Muchos de ustedes fueron ese hombre, cargados con las maletas y con el dolor de despedirse de familiares y amigos sin saber si volverían a verlos», recordaba una de las monitoras al inicio de la visita. Se apreciaba la emoción de quien sentía esas palabras. Una de ellas es María Josefa de Sánchez, aún le cuesta hablar del día que dijo adiós: «Fue muy difícil, muy triste», asegura. Era 1955, tenía 22 años y emprendió viaje sola hacia Venezuela. «Vigo está desconocido, ha progresado mucho», sostiene. Siente «una gran emoción» por volver, y asegura que «Galicia no se olvida jamás».
Amalia Coello viene desde Argentina con su nieto. «Siento una alegría inmensa, no puedo pedir nada más, estoy completa», exclama al preguntarle por su regreso. Se fue a los 15 años, recuerda mirar hacia atrás mientras embarcaba :«Igual era la última vez que estaba aquí», reflexiona. Tiene grabado en su memoria ese momento, «mientras viva, no me voy a olvidar del día de la despedida». Desde entonces, su conexión emocional con Galicia permanece intacta.
Sebastián Sexto lleva tres años trabajando como monitor del programa. A la inversa que las personas a las que acompaña, él es un argentino emigrado a Galicia. Destaca la comunidad que se genera durante esta experiencia porque «todos han vivido situaciones parecidas y tienen ganas de hablar sobre ello». La morriña es la emoción que los une. Durante estos años, muchos han sido los relatos que le han llegado a emocionar, entre ellos resalta el de dos hombres que, siendo de países diferentes, compartían la vivencia de su mejor cumpleaños: reencontrarse con sus padres, a quienes ya no reconocían.
En el plan de viaje está programado visitar la ciudad, hacer actividades y conocer otros lugares. «El objetivo es que disfruten de la Galicia de ahora, que no es la de antes», concreta Sexto. Tendrán, además, tiempo para reunirse con sus familiares. Esperemos que Ramón pueda recuperar lo que la distancia le robó y se reencuentre, al fin, con su hermana.
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