Un viaje a la nostalgia sobre raíles
Más de dos décadas después de su retirada de la circulación, el tren que durante años unió Galicia con Madrid ha regresado por un día a las vías gallegas. El expreso Rías Baixas llegó ayer a Vigo reviviendo un viaje único y conmemorativo.

Llegada del convoy a la estación de Guixar. / Jose Lores
Para muchos fue un San Valentín cualquiera, pero el 14 de febrero de 1999, el expreso Rías Baixas partía por última vez de la estación de Urzáiz. Durante décadas, este tren conectó Vigo con Madrid en un trayecto de casi doce horas que, para muchos gallegos, significaba más que un simple desplazamiento: era el lazo directo con la capital, un símbolo de modernidad y conexión con el mundo. Aquel día, sin embargo, el silbato sonó por última vez y el tren no volvió a recorrer las vías. La línea fue clausurada, y con ella se apagó una forma de viajar que marcó generaciones.
Veintiséis años después, el rugido del tren volvió a escucharse en la estación viguesa. Ayer, 5 de julio, el expreso Rías Baixas regresó a Vigo en un viaje conmemorativo impulsado por la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid en colaboración con Alsa. Un convoy de época, restaurado con mimo, cubrió de nuevo la ruta histórica entre Madrid y Vigo. No se trataba de velocidad ni de eficiencia, sino de nostalgia. De rendir homenaje a quienes alguna vez subieron a sus vagones con maletas, ilusiones o despedidas.
El convoy, que partió de Madrid el viernes a las 16.00 horas, llegó a la ciudad olívica ayer en torno a las 19.15 horas bajo la atenta mirada de decenas de personas que ansiaban el retorno del ferrocarril.
El ferrocarril fue fiel a su recorrido tradicional, atravesando Castilla hasta detenerse en León, donde pernoctaron la noche del viernes. Ayer pusieron rumbo a Vigo a las 8.15 de la mañana, realizando paradas en Monforte de Lemos, donde visitaron el Museo del Ferrocarril de Galicia, para finalmente enfilar hacia la estación final: Vigo.

El tren, ya parado en la estación. / Jose Lores
Desde la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid resaltan que lo que pretenden es «poner en valor el patrimonio histórico, ese es el objetivo», en palabras de Félix Méndez, vocal de Actividades Externas de la Asociación.
«¿Si volvería a repetirlo? Sí, sin pensarlo. Es una experiencia increíble»
«Somos unos locos y enamorados de los trenes», apunta Carmen Sáez, una de las viajeras del expreso Rías Baixas. Miembro de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid. «Es una iniciativa muy bonita. La gente que participa es increíble, somos todos como una familia porque la mayoría de los que participamos somos miembros de la Asociación», destaca.
Aunque puedan parecer muchas horas de trayecto, ya que el convoy ha estado casi doce horas de viaje, todos coinciden en que «ha sido un viaje fantástico, espectacular. Todo el recorrido es una maravilla de paisaje, se nos ha pasado volando», aseguraba Carmen.
Esta no es la primera vez que se hacen estos trayectos conmemorativos. «Son coches que nos cede la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, los restauramos y los echamos a andar. El año pasado ya vinimos a Ourense. Igual el año que viene decidimos ir a otro sitio», apuntaba Méndez.
El tren llegó a Vigo con un ligero retraso a la estación de Guixar, pero eso no empañó el ánimo de todos los amantes del ferrocarril que viajaban en él. Después de más de dos décadas, el expreso Rías Baixas volvió a recorrer las vías de la ciudad. Lejos de la incomodidad, el pasaje se mostraba feliz tras coger sus pertenencias y bajar del tren: «¿Si volvería a repetirlo? Sí, sin pensarlo. Es una experiencia increíble», zanjaba Carmen.
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