Sesiones grupales con pacientes de EPOC eliminan errores en el uso de los inhaladores

Más de la mitad de los usuarios analizados los utilizaban mal

La intervención mejoró la adherencia a la terapia y la calidad de vida

Desde la izq., Irene Santoro, Silvia Fernández y Eugenia García.

Desde la izq., Irene Santoro, Silvia Fernández y Eugenia García. / Cedida

Vigo

En la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los inhaladores son un tratamiento clave para controlar los síntomas y mejorar la función pulmonar. Pero no todos los pacientes que los tienen prescritos son conscientes de ello. Además, por falta de conocimiento, cometen errores al usarlos. Todo unido, al final, se traduce en que no siguen la terapia tal y como se lo pautaron. Tres enfermeras lo han constatado en la investigación que han realizado como trabajo de fin de su especialización en Familiar y Comunitaria con 89 pacientes de los centros de salud de Redondela y de Val Miñor.

Las autoras son las enfermeras Silvia Fernández Cendón, Eugenia García Seoane e Irene Santoro López, que se propusieron medir el impacto que podría tener una intervención educativa con pacientes que padecen EPOC. Se centraron en el tratamiento con los inhaladores y analizaron su eficacia antes y después de las actividades de formación y asesoramiento. Para ello, registraron los datos sobre la calidad de vida del usuario, sobre su adherencia al tratamiento y también sobre el número de errores que cometían al usar los inhaladores —dispositivos que permiten que los medicamentos lleguen directamente a los pulmones—.

La intervención fue mixta, con consultas individuales con cada paciente y otras grupales. En la primera de las entrevistas, se les pasaba un cuestionario y, en base al tipo de inhalador que usaran y a sus errores, les informaban y formaban para un mejor uso de los inhaladores.

En una posterior sesión grupal, en las que citaban a diez personas, ofrecían información sobre la propia enfermedad, por qué se produce y qué hábitos de vida saludables son los más importantes para estos pacientes. Al final, repasaban la técnica de administración del tratamiento. «Se corregían entre ellos mismos y reforzaban lo aprendido en la consulta individual», explica Silvia Fernández Cendón.

En una última consulta individual, volvieron a medir los mismos parámetros para comprobar cómo les ayudó su intervención y los resultados fueron muy buenos. El 69,5% no habían recibido información previa suficiente sobre la EPOC o el inhalador prescrito. «Había una baja conciencia de la propia enfermedad que padecían», destacan las autoras. Y el inhalador «No lo ven como medicación sino como herramienta de rescate», añaden.

Más de la mitad de los participantes en el estudio —entre el 50 y el 70%— cometían errores a la hora de usarlos. Tras la intervención, bajó prácticamente al 0%. Antes de esta actividad, una cuarta parte de los pacientes tenían una adherencia terapéutica «media baja», que subió a «buena» tras las sesiones. Al final, se constató un aumento de la calidad de vida de los participantes.

Las autoras destacan el papel fundamental que pueden desempeñar las enfermeras especialistas en Familiar y Comunitaria en actividades como esta, que dan más seguridad al paciente y lo empoderan en su cuidado. Contribuyen así a una mejor eficiencia y ahorro de recursos del sistema.

Investigación de premio

Con este trabajo han ganado el segundo premio de investigación para residentes convocado por la Unidad Docente del Área Sanitaria de Vigo y por el Grupo de Investigación en Servicios de Salud (I-Saúde) del Instituto de Investigación Biomédica Galicia Sur.

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