La ETAP de O Casal ya potabiliza a pleno rendimiento tras casi cuatro años de obras

La potabilizadora, renovada y ampliada por Aqualia en colaboración con el Concello, filtra partículas presentes en el agua con un tamaño mínimo: un grosor hasta 5.000 veces menor que el del pelo humano

Visitamos las instalaciones de Aqualia en Vigo

Pedro Fernández

Vigo presume con mucho orgullo desde hace menos de dos semanas de disponer de la mejor planta potabilizadora de Europa y la segunda del mundo, la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de O Casal. Y, desde hace unos días, con más motivo: está operativa al 100% tras más de tres años y medio de obras de ampliación y renovación de la anterior. La colaboración de la empresa concesionaria de la gestión del saneamiento y abastecimiento de agua, Aqualia, y el Concello ha permitido dar vida a una infraestructura hídrica tan revolucionaria como respetuosa con el medioambiente y el entorno.

Basta con hacer un recorrido por sus instalaciones para comprobar la precisión con la que se ha llevado al terreno el proyecto, repleto de innovación y automatización para asegurarse en todo momento que la calidad del agua que llega a los vecinos es la mejor posible. Y llama todavía más la atención el reducido espacio en el que se ha generado tal infraestructura, así como su carácter sostenible. A modo de ejemplo: el agua llega desde el embalse de Eiras, entre los municipios pontevedreses de Fornelos de Montes y Ponte Caldelas, por gravedad, lo que supone un gran ahorro energético.

La planta potabilizadora de O Casal, ubicada en el entorno de la calle Cantabria, representa un hito en su gremio. Su diseño y ejecución han superado dos grandes desafíos: ampliar la capacidad de tratamiento sin interrumpir el suministro de agua potable a los ciudadanos de Vigo y cumplir con los estándares europeos más exigentes, especialmente, en lo relativo a la turbidez del agua. Para lograrlo, se ha apostado por una solución tecnológica pionera, la ultrafiltración, «innovación en estado puro», como anotan desde Aqualia.

La ETAP incorpora tecnología de membranas de ultrafiltración, «una técnica poco común en España y en gran parte del mundo para el tratamiento de agua potable». Este mecanismo posibilita filtrar partículas de hasta 0,02 micras, entre 2.500 y 5.000 veces menos gruesas que un cabello humano, lo que permite garantizar una calidad excepcional del agua: no pasan ni virus ni bacterias. «Además, su reducida huella física ha sido clave para mantener el servicio durante las obras de ampliación», destacan fuentes de la empresa concesionaria.

Precisamente, la eficiencia espacial, necesaria por la falta de espacio, es uno de los elementos más distintivos del complejo, con un diseño singular. Esto se percibe en el edificio principal, coronado por una cúpula: es circular, tiene tres plantas y se construyó sobre el antiguo decantador, un factor determinante. En la parte inferior, se ubican las cámaras de floculación y remineralización, mientras que, en la superior, se encuentran los sistemas de ultrafiltración presurizada y, en una intermedia, la microfiltración previa a las membranas de ultrafiltración.

«Esta configuración no solo optimiza el espacio disponible, sino que convierte a la planta en un ejemplo único de integración funcional y estética», apuntan desde la empresa antes de poner en valor el «compromiso con el medioambiente y la comunidad» del proyecto, en el que se invirtieron en torno a 25 millones de euros. «La ETAP de O Casal ha sido diseñada para minimizar el impacto visual y ambiental, integrándose armoniosamente en su entorno. Además, cumple las normativas europeas más avanzadas, asegurando un suministro de agua seguro, sostenible y de alta calidad para los próximos 50 años», destacan.

Este logro ha sido posible gracias a la colaboración entre Aqualia y el Ayuntamiento, que han sido capaces de demostrar «que la cooperación público-privada puede generar soluciones innovadoras al servicio de la ciudadanía», como aseguran desde la concesionaria, que ensalza la complejidad técnica y las soluciones innovadoras para dar a luz un proyecto de tal magnitud y excelencia. La instalación de la calle Cantabria abastece con agua potable de altísima calidad a cerca de 500.000 ciudadanos tanto en la ciudad como en el área.

Ya con el proceso de potabilización de agua operativo al 100%, solo están pendientes actuaciones de finalización que no tienen que ver con este proceso: son aspectos paralelos o complementarios de jardinería, control de accesos, deshidratación de fangos o sala de control. En el proceso de obras, la estación de O Casal no ha dejado de tratar agua en ningún momento, lo que da fe del éxito del proyecto al tratarse de un reto mayúsculo. Es uno de los logros más destacados por parte de Aqualia, cuya concesión está recogida en un contrato que entró en vigor el 1 de enero de 1991. Fue otorgado por 25 años con posibilidad de prórrogas de cinco años hasta un máximo de otros 25 — a finales de año, termina la última prórroga, firmada en 2020—.

La planta presume de tecnología «top» de ultrafiltración y automatización

Durante los trabajos de configuración de la nueva planta, se fueron incorporando diferentes procesos una vez completadas las actuaciones correspondientes. En septiembre de 2023, se pusieron en marcha la oxidación, remineralización, desinfección y microfiltración. En marzo de 2024, la ultrafiltración. En mayo de 2024, la conducción de agua tratada (línea 1; consistente en una tubería de fundición DN1200). En noviembre del año pasado, el tratamiento de cloraminación, la desinfección con dióxido de cloro y la conducción de agua tratada (línea 2; consistente también en una tubería de fundición DN1200). Hace unos días, comenzó a operar al 100% y así se le notificó al departamento de Sanidade de la Xunta de Galicia.

La planta ya potabiliza a pleno rendimiento

Intalación de microfiltración. / Marta G. Brea

La nueva estación es capaz de potabilizar unos 2.200 litros por segundo, lejos de los 900 de la infraestructura previa. En un mundo cada vez más condicionado por la escasez de recursos y la presión sobre los ecosistemas, la gestión eficiente del agua se ha convertido en un reto estratégico de primer orden. Los operadores del ciclo integral del agua, conscientes de ello, llevan años apostando por la búsqueda de soluciones para todos sus usos —ya sea urbano, industrial o agrícola— y la adaptación a las circunstancias de cada región.

La compañía de gestión del agua Aqualia es uno de esos actores que impulsan soluciones tecnológicas de vanguardia adaptadas a las necesidades específicas de cada territorio. En reconocimiento de ello, dos de sus proyectos más emblemáticos han sido valorados recientemente en los Global Water Awards 2025, los conocidos como «Óscar del Agua», como referentes mundiales en innovación, sostenibilidad y eficiencia: la desaladora Mar de Alborán, en Almería, y la ETAP de O Casal.

Ambas plantas se han convertido en ejemplos paradigmáticos de cómo la tecnología puede y debe adaptarse a las realidades locales. En Almería, la prioridad es garantizar agua para la agricultura en un entorno semiárido; en Vigo, se trata de asegurar agua potable de calidad en un contexto urbano con desafíos climáticos. En ambos casos, Aqualia ha demostrado que es posible diseñar infraestructuras inteligentes, resilientes y sostenibles capaces de responder a los retos del presente y anticiparse a los de un futuro no tan lejano.

Embalses y manantiales

El servicio de aguas de Vigo suma cuatro zonas de abastecimiento y seis captaciones: cuatro pequeños manantiales y los embalses de Zamáns y Eiras. En la ETAP de O Casal, se trata el 88% del caudal total suministrado; en la ETAP de Valladares, el 12%. La ciudad también cuenta con la EDAR (estación depuradora de aguas residuales) del Lagares, en la que se limpia el agua usada o sucia (aguas residuales) proveniente de viviendas, comercios o industrias. Se eliminan residuos orgánicos, contaminantes, lodos y microorganismos antes de ser devuelta al medio natural o reutilizarse —no apta para consumo humano ni para la ETAP—.

Premio internacional del más alto nivel que reconoce la excelencia y la sostenibilidad

La estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de O Casal, recién renovada, fue reconocida el mes pasado con el prestigioso premio Water Project of the Year 2025 en los Global Water Awards, considerados los «Óscar del agua». Este galardón celebra la innovación, la sostenibilidad y el impacto positivo de los proyectos más destacados en el sector hídrico a nivel mundial, como es el caso de la planta gestionada por Aqualia en la urbe.

«El reconocimiento posiciona a O Casal como un referente internacional en eficiencia operativa, sostenibilidad ambiental y excelencia técnica. El proyecto ha demostrado una capacidad ejemplar para optimizar su huella física y ecológica, integrando tecnologías avanzadas y prácticas responsables que marcan un antes y un después en el tratamiento de agua potable en Europa», subrayan desde Aqualia.

Los Global Water Awards son otorgados anualmente por Global Water Intelligence (GWI), una de las entidades más influyentes en el sector del agua a nivel global. Desde 2006, concede premios a las iniciativas más innovadoras en agua, aguas residuales y desalación, reconociendo a empresas, tecnologías y proyectos que están transformando el futuro del agua.

Estos galardones se entregan en el marco del Global Water Summit, el principal encuentro internacional de líderes del sector, donde se comparten soluciones, estrategias y avances que definen el rumbo de la industria hídrica. «Ser galardonado por GWI significa formar parte de una élite global que impulsa el cambio hacia una gestión más inteligente, sostenible y resiliente del agua. Para O Casal, este premio no solo valida su excelencia técnica, sino que también refuerza el compromiso de sus responsables con el desarrollo sostenible y la innovación en el ámbito del agua», apunta la firma concesionaria.

Aqualia también fue protagonista de estos premios gracias a la desaladora Mar de Alborán. Ubicada en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar (Almería), esta planta fue elegida entre las cuatro mejores del mundo en la categoría de «Mejor Desaladora del Año». Está preparada para producir hasta 20 hectómetros cúbicos de agua desalinizada cada año, destinados principalmente al riego agrícola. Esta capacidad permite abastecer más de 3.500 hectáreas de invernaderos en el Campo de Níjar, una zona clave para el suministro de frutas y hortalizas a toda Europa.

La tecnología empleada es de última generación: membranas de ósmosis inversa con nanotecnología que eliminan hasta el 99,85% de la sal y otros elementos como el boro, garantizando una calidad de agua óptima para los cultivos.

Las cifras clave

  1. 0,02 micras

    Filtra partículas de hasta 0,02 micras gracias a las membranas de ultrafiltración.

  2. 500.000 personas

    Abastece con agua de calidad altísima a casi 500.000 personas en la ciudad y el área.

  3. 2.200 litros por segundo

    Potabiliza unos 2.200 litros por segundo, lejos de los 900 de la infraestructura anterior.

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