Los argentinos pioneros del arte reciclado que llevan 20 años afincados en Vigo

Gustavo Suasnabar y Cristina Pino son un colectivo que lleva toda su vida haciendo esculturas en compañía. Además de crear sus propias instalaciones, también trabajan como escenógrafos para Troula teatro desde hace una década.

Vigo

Vigo no es una gran ciudad, pero alberga en sus calles talentos inmensos. Es el caso del matrimonio compuesto por Gustavo Suasnabar y Cristina Pino que, además de ser pareja sentimental, juntos conforman un proyecto artístico. Crean esculturas comunes desde que eran jóvenes y acababan de salir de la Universidad Nacional de La Plata, en Argentina. Hoy, casi treinta años después, todavía hacen arte mano a mano.

Su talento distintivo es la creación de obras con basura, con materiales que reciclan. «Aquí en España (y en Europa) fueron más receptivos que en nuestro país, allí solo se reutiliza por necesidad», indica Pino. Llegaron a Vigo hace 23 años, directos aquí porque les gustó su tamaño, parecido al de La Plata, había movimiento cultural y cierta lejanía del mundanal ruido de una gran urbe como Barcelona, a donde se trasladó la mayoría de su grupo de amigos artistas.

Pese a ser migrantes, tuvieron suerte a la hora de encontrar empleo. No dependían de una tediosa convalidación de un título, con mostrar su talento bastaba. Se unieron a Artesanos de Galicia donde aprendieron a usar nuevos materiales y lograron iniciar una carrera mientras se ocupaban de proyectos artísticos más personales. También salieron de gira con Drap-Art, una asociación catalana a la que se ligaron y con la que pudieron exponer en todo el mundo.

Gracias a ello pudieron forjarse un nombre y llegaron a representar a España con el Instituto Cervantes. «Somos un colectivo formado por nosotros dos, CG Reciclado Artístico. Llegamos a sitios como Estados Unidos o Japón», dice Cristina Pino.

Necesitan trabajar juntos porque así es como funcionan, pero también porque realizan instalaciones de grandes dimensiones y emplean nuevos materiales.

No solo es arte por el arte

«No hacemos figuras con basura porque sí, entendemos que hay que decir algo. Por lo general siempre que trabajamos queremos que haya un contenido, alejado del arte abstracto», cuenta Pino. Si bien emplear los mencionados materiales en sí una declaración de intenciones, todavía buscan dar una vuelta de tuerca más. «Por ejemplo, una de nuestras mayores obras, que tardamos dos años en terminar, fueron tres salas enteras de un museo para concienciar sobre la contaminación de los mares y las tierras donde se acumulan montañas de basura. Hay pueblos, gente y chabolas sumidas en la contaminación. Es un deber mostrarlo. Tenemos que reivindicar algo sí o sí», dice Pino sobre sus obras.

«Somos inquietos. Tuvimos una formación artística clásica, pero quisimos enfrentarnos a retos. No había un sitio en el que nos enseñasen cómo modelar el plástico o cómo tratar el papel. Tuvimos que desarrollar nuestras propias técnicas», añade Gustavo.

De la innovación y de ser pioneros surgió su nombre. «En los 2000 comenzó a haber una corriente de reciclado. Aunque muchos artistas pretendían que se notase que era basura. Nosotros no, intentamos que cada escultura fuese lo más perfecto en sus terminaciones posible. Como si estuviésemos utilizando materiales nobles», reflexiona el argentino. Creen que no causa la misma sensación en el espectador, que no embauca de la misma forma.

Escenógrafos teatrales

Tras una década trabajando por su cuenta, la empresa de animación y espectáculos Troula los fichó para crear sus escenografías. También sus cabezones y otros elementos que emplean en sus espectáculos.

Ayer, el matrimonio trabajaba en el taller a destajo: ya se están preparando para las obras y los espectáculos navideños. Son los únicos que se adelantan al lucerío vigués.

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