El vigués que apuñaló a su exmujer ya mató al hermano hace dos décadas

José Manuel de Jesús Pereira, «Lalo», permanece desde el martes en la prisión pontevedresa de A Lama por acuchillar supuestamente a su exesposa hasta dejarla moribunda. La cárcel no es sin embargo un medio extraño para este vigués de 56 años de edad que antes de ser detenido no dudó en dirigir también las puñaladas hacia el policía nacional que lo interceptó, quien logró salvar su vida gracias a su pericia y al chaleco que portaba. Con un extenso historial delictivo a sus espaldas, este hombre tiene entre esos antecedentes dos homicidios consumados: un crimen a golpes y navajazos cometido hace 40 años cuando todavía era un adolescente y otro que se remonta a hace algo más de dos décadas, a 2002, cuando, portando una escopeta de cañones recortados, disparó al que era su cuñado, al hermano de la mujer de 66 años con la que compartió parte de su vida y a la que acaba de intentar matar.

El intento de homicidio ocurrió a última hora de la tarde de este pasado domingo en Camiño Eixón, en una zona de chabolas pegada a la carretera de Clara Campoamor. Allí, en ese lugar también próximo a la avenida de Castrelos, fue el homicidio que cometió el 22 de febrero de 2002, cuando, tras coincidir con su cuñado Miguel S.B., «Micky», en un asador de Beade en el que tuvieron un fuerte altercado, lo sorprendió en un camino con una escopeta de cañones recortados con la que, de un certero disparo, acabó con su vida. Esos hechos dieron lugar a un juicio con jurado popular en el que «Lalo» fue sentenciado a 11 años de prisión, pena que quedó extinguida hace algo más de una década, en 2014.

No fue el único crimen por el que fue condenado. Bastante antes, en 1986, cuando José Manuel solo tenía 16 años, se le impusieron 6 años y un día de prisión por matar a Tomás R.C., un hombre de 51 años al que conocían como «Viejo Tomás». El homicidio sucedió el 6 de junio de 1985 cuando, tras haber estado bebiendo y fumando porros durante horas, y estando también bajo los efectos de pastillas para dormir, acabó con la vida de dicho varón cuando volvían a sus casas por un atajo del monte. Ocurrió en las proximidades de un riachuelo y un molino. Además de golpes y patadas, apuñaló a la víctima en repetidas ocasiones con una navaja.

De personalidad antisocial e impulsiva

«Fue un homicidio en defensa propia porque un homosexual quería abusar de mí», declararía años después sobre la muerte del «Viejo Tomás». En relación con el crimen posterior de su cuñado lo que alegó fue que «Micky» lo había insultado y golpeado en el enfrentamiento previo del bar y que su única intención al coger la escopeta fue intimidar al joven. Su versión fue que el arma se disparó por accidente, alegato que no se creyeron los jueces, que concluyeron que actuó con «ánimo» de acabar con la vida de la víctima. Los psicólogos forenses que declararon en aquel juicio describieron a José Manuel como «antisocial» e «impulsivo», rasgos forjados en parte debido al «ambiente de precariedad y conflicto» en el que se crió, con un consumo además de drogas y alcohol constatado desde que era niño.

A esos dos crímenes y a otros arrestos por una variada tipología delictiva se une ahora el intento de homicidio de su exmujer del domingo, una causa que se está empezando a instruir y de la que se ha hecho cargo el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo.

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