El Fantasma, entre bastidores en Vigo

Tras un espectáculo de las dimensiones de «El Fantasma de la Ópera» hay un enorme equipo que lo hace posible. Y, en gira, además lucha contra el reloj para hacerse con cada nueva plaza a tiempo. Y a veces, hay pequeños retrasos. El ‘show’ desplazó al Mar de Vigo una troupe de 90 personas

Entramos entre bambalinas de 'El Fantasma de la Ópera'

Pedro Fernández

Vigo

Mover un espectáculo de las dimensiones de El Fantasma de la Ópera supone desplazar seis trailers y un camión de ocho metros y un equipo de 90 personas entre técnicos y artistas. Al Mar de Vigo llegaron el lunes de noche, tras desmontar en Burgos, y desde primera hora del martes trabajaron para ponerlo a punto para el estreno de ayer, a las ocho de la tarde. Sesenta horas frenéticas para hacerse con una nueva plaza. Poco margen para imprevistos. Problemas técnicos obligaron a retrasar ayer en dos ocasiones el arranque del musical. En total, 35 minutos en los que el enmascarado se hizo de rogar.

Un ejemplo de la gran coordinación de profesionales que requiere poner en escena una gran producción de estas dimensiones sucede a escasos minutos de comenzar la función. Carlota Giudicelli, la prima donna de El Fantasma de la Ópera y uno de sus personajes más exhuberantes, cambia de look. Uno de los miembros del equipo de sastrería le quita el vestido que lleva puesto, mientras otra espera con el siguiente traje abierto en el suelo para que, de un salto, se meta dentro. Se lo suben y, mientras se lo cierran, caracteriazación le cambia la peluca y sonido le ajusta el micrófono y le da la nota de entrada. Lo hacen en «quince segundos pelados».

La parte más compleja

Lo más complejo del montaje es la enorme carra central, una caja giratoria sobre la que pivota escenografía y permite las múltiples sorpresas del espectáculo. Completa el decorado unos telones pintados a mano por Reinaldo Rinaldi. Tras dos días de intenso montaje, los ensayos con los artistas se sucedieron a lo largo del día de ayer y hasta pocas horas antes de la función.

La música la ponen en directo sobre el escenario 14 músicos con su director y 29 actores —25 sobre el escenario en cada función— se encargan de de dar vida a los personajes. Ayer, fue Laura Enrech la que dio vida a la protagonista Christine Daaé. Le acompañaron el trío amoroso Manu Pilas, como Erick, El Fantasma, y Guido Balzetti, como el vizconde Raoul de Chagny.

Marta G. Brea

Aitor, con la capa del fantasma, y Paloma, con la bata de Christine, las piezas más icónicas del musical / Marta G. Brea

El vestuario refleja la personalidad

Aitor Cortés y Paloma Durán, de sastrería, cuentan que el vestuario viene de Italia, diseñado por Chiara Donato y que fue candidato al Premio del Público Broadway World Spain en su última edición. Ellos se encargan de que todo esté apunto.

Los vestidos son de la segunda mitad del siglo XIX, pero con estilos diferentes para reflejar la personalidad de sus personajes. Contrastan los de Carlota, la cantante veterana y la principal de la compañía gasta el momento, con sus atuendos pomposos y accesorios que buscan notoriedad, como una boa de pelo, paraguas y recargados sombreros. Los de Christine, la chica que la sustituye, son más joviales y sensuales.

Aitor, con la capa del
fantasma, y Paloma, con 
la bata de Christine, las
piezas más icónicas.

Parte del equipo de caracterización muestra las pelucas / Marta G. Brea

En caracterización, Cándida Gómez, Clara Guijarro y Naroa Vadillo peinan cada día 40 pelucas. Se utilizan la mitad en cada función, además de barbas, patillas y bigotes.

Cuentan entre bastidores que el día del estreno es el de mayor locura y nervios por ver cómo encajar el complejo engranaje en una plaza nueva. Hasta el domingo, se sucederán otras cinco funciones más.

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