Particulares y comunidades de vecinos de Vigo ya alquilan sus jardines para fiestas este verano
El objetivo es conseguir ingresos extra para aliviar sus cuentas

Uno de los jardines con piscina que se alquilan en el área de Vigo este verano. / FdV
Particulares y comunidades de vecinos están buscando alternativas para sanear sus cuentas y consideran que la llegada del verano es una oportunidad para hacerlo. En el área de Vigo, ahora con el calor, han encontrado una nueva fuente de ingresos: el alquiler de jardines y otros espacios exteriores para la celebración de fiestas y otras celebraciones. Tanto en la ciudad olívica como en municipios del entorno, como Mos y Salvaterra, han puesto esos espacios en la plataforma Cocopool, una especie de Airbnb para piscinas y jardines. Se dirigen a ciudadanos de Vigo que buscan espacios diferentes para sus celebraciones, pero también a turistas.
En Mos, por ejemplo, una comunidad de vecinos ha puesto en este nuevo mercado una enorme zona exterior que está completamente adaptada a los visitantes, con una terraza denominada Bali, totalmente exterior con un cuidado diseño minimalista y ajardinada con palmeras y otras especies tropicales. Es decir, como si fueran zonas exteriores de hoteles pero en edificios de viviendas.
Aunque depende de la propiedad y siempre de la decisión de los dueños o las comunidades de vecinos, por lo general se parte de un precio de cuarenta euros la hora, aunque siempre en función del número de personas. A más gente, más caro. Hay espacios que se llegan a ofrecer a más de cien visitantes. En la mayoría de casos, además, se cobran extras como el uso de barbacoas o hamacas.
Según apuntan desde Cocopool, la mayoría de los usuarios que alquilan piscinas lo hacen para celebrar momentos íntimos: cumpleaños, reuniones familiares, baby showers, eventos tranquilos con amigos o incluso actividades en grupo de empresas.
El funcionamiento es ágil: el propietario publica su piscina, fija el precio y establece su propio reglamento. Por ejemplo, debe especificar si se permiten mascotas, bebidas alcohólicas o música. La plataforma se encarga de gestionar los pagos, facilitar contratos y ofrecer asistencia ante cualquier imprevisto.
Eso sí, todos los que alquilan estos espacios avisan de que se deben devolver de la misma forma que se pone a disposición de los clientes: «impolutos». Es decir, tienen que ser los huéspedes los que limpien y dejen todo ordenado antes de irse y, en caso de no hacerlo, podrán ser penalizados económicamente.
Este modelo de negocio está alineado con una tendencia creciente: el ocio de cercanía, privado y exclusivo, frente a los espacios más concurridos como playas, parques y restaurantes. Y , sobre todo, responde a una nueva mentalidad: compartir lo que no se utiliza todo el tiempo, generar ingresos y mejorar la vida de otros con algo que ya se tiene. De fondo, un verano que, según los pronósticos, volverá a ser calurosos y donde miles de personas buscarán un rincón de sombra y agua. Algunas lo encontrarán a pocos metros de casa, mientras que otros, los turistas, lo harán en las ciudades a las que se van de vacaciones, en este caso a Vigo.
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