El Casco Vello, Reconquista de Vigo del siglo XXI

Hace dos décadas, el corazón de la ciudad de Vigo apenas latía. Destrozado y abandonado por los cuatro costados, urgía un plan de choque para sacar de la UCI al Casco Vello. En 2005, las administraciones unieron esfuerzos para escribir un punto y aparte y demostraron que, dándose la mano, sí era posible darle la vuelta a la situación del barrio histórico. Con la ayuda de los vecinos y el tejido asociativo, 20 años después se puede decir que el esfuerzo, aún con varias tareas pendientes, ha merecido la pena.

Antes y después en O Berbés y en la rúa Ferrería.

Antes y después en O Berbés y en la rúa Ferrería. / FDV

Vigo

Cansados de promesas y proyectos que se desinflan, vecinos del Casco Vello solo esbozan sonrisas sarcásticas cuando se les menciona el plan de las administraciones de invertir 30 millones en la rehabilitación de edificios de la zona. Así arrancaba hace 20 años una crónica de FARO que buscaba reflejar las reacciones del vecindario de la zona histórica a la decisión de Xunta, Concello y Zona Franca de impulsar a través del Consorcio Casco Vello (CCV) un ambicioso programa de recuperación para el corazón de la ciudad, en aquel momento prácticamente sin latido y en la UCI. Como ejemplo, un informe presentado por el organismo al poco de arrancar su andadura que señalaba como «inhabitables» una »cuarta parte» de las viviendas y cifraba en un 40% el porcentaje de locales comerciales sin uso.

Urgía por tanto, dos siglos después de la Reconquista de la villa de Vigo, poner en marcha una nueva adaptada al siglo XXI, sin fusiles ni ballestas pero sí con grúas, obras y dinero. El resultado está a la vista de todos, el panorama ha cambiado radicalmente y aquel escepticismo (lógico) del vecindario ha desaparecido tras un ejemplo de cooperación institucional que ha permitido movilizar, solo a través del CCV (entidad participada en un 90% por la Xunta y un 10% por el Concello) desde su nacimiento en 2005, más de 51 millones de euros.

Las cifras son inapelables. Es una de las grandes noticias para la ciudad

Ana Oriz

— Presidenta del CCV y delegada de la Xunta en Vigo

«La recuperación del Casco Vello es una de las grandes noticias de las dos últimas décadas para la ciudad. No solo hemos recuperado la zona histórica y las raíces de la ciudad, sino que también hemos puesto a disposición de los vigueses vivienda de promoción pública. Los números son inapelables», destaca la presidenta del CCV y también delegada de la Xunta en Vigo, Ana Ortiz.

Las cifras que maneja el organismo hablan por sí solas de la actividad de estas dos décadas. Se adquirieron 91 inmuebles en hasta 17 calles distintas de la zona histórica viguesa. Según los datos manejados por el CCV, 72 de estos edificios ya están rehabilitados, la gran mayoría de ellos para poner a disposición de vecinos hasta 130 viviendas (además, hay en estos momentos en ejecución trabajos en siete edificios para conseguir nueve pisos).y una treintena de negocios como editoriales, tiendas de alimentación, academias, estudios de arquitectura o coworking, entre otros.

El consorcio ha entablado también acuerdos para la transmisión de una docena de inmuebles a administraciones públicas para que se fijen en el Casco Vello sedes como la de la Diputación, la Oficina de Notificaciones, los Registros de la Propiedad, el Registro Civil o la Universidad de Vigo. Esta última, por ejemplo, protagonizó la recuperación de una zona degradada como la praza de O Berbés, donde también la Xunta decidió construir un albergue para los peregrinos del Camino de Santiago. En clave social, destaca la próxima mudanza de Down Vigo al edificio de la rúa Real rehabilitado por Zona Franca.

La intensa actividad en materia de recuperación de edificios se ha visto complementada con la apuesta desde el Concello por el Casco Vello. Por un lado, el consistorio ha canalizado las subvenciones de las áreas de rehabilitación y mejora de eficiencia energética para particulares, cuya tercera convocatoria se publicó el pasado 4 de junio. En clave urbanística, el gobierno local también acaba de aprobar el segundo programa de edificación forzosa, con el desafío de consolidar la estructura urbana mediante la edificación de solares vacíos y desarrollar así nuevos usos comerciales o residenciales. Están inscritos 24 inmuebles, cifra similar a la que ya se rehabilitó o está en proceso tras la primera edición.

Desde el consistorio, ponen en valor también las humanizaciones realizadas en una gran mayoría de calles y plazas del barrio histórico —tanto en la parte alta como en la baja—, los elementos del Vigo Vertical en Segunda República o Carral, la peatonalización de Porta do Sol y Elduayen, parques infantiles como el de O Berbés o las aportaciones económicas a asociaciones para fiestas y eventos. A eso suman dotaciones culturales como la Pinacoteca Fernández del Riego o la reforma de la Casa Galega da Cultura.

Era un lugar marginal y peligroso, ahora es por donde pasean las familias

Abel Caballero

— Alcalde de Vigo

«Cuando llegamos a la Alcaldía, el Casco Vello era un lugar marginal y peligroso. Ahora es el corazón de la ciudad por el que pasean las familias», subraya el alcalde de Vigo, Abel Caballero.

Otra vida era posible

«Calles enteras lucen ahora como nunca antes habíamos visto», destaca Ana Ortiz sobre la parte alta del Casco Vello, un ámbito conocido hasta hace no muchos años por aspectos nada positivos.

Prostitución —se contabilizaron hasta cerca de medio centenar de clubs de alterne que no desaparecieron en su totalidad hasta hace escasos años—, vandalismo o problemas con drogas copaban las noticias, con la consiguiente estigmatización. Para darle la vuelta a la situación, era imprescindible el papel de las administraciones pero también un paso adelante de los vecinos y darle vida a la zona.

«Quixemos facer barrio e conseguímolo, a día de hoxe estamos encantados», destaca el presidente de la Asociación Casco Vello Alto, Daniel Iglesias, que llegó a Vigo hace más de 20 años procedente de A Illa de Arousa y que reconoce que en los primeros años en la ciudad «só coñecía esta zona polos yonkis e os problemas». Llegado un punto, sin embargo, le llevaron de ruta y tuvo claro que quería vivir allí. «Como viña da Illa, gustábame ese ambiente e podo dicir que estou encantado, teño un neno de nove anos e coñecémonos todos, non o cambiamos por nada», expone Iglesias.

La revolución que ha vivido el Casco Vello deja también diferencias entre las dos zonas divididas por Elduayen y la Porta do Sol, con una idiosincrasia diferente. Mientras la parte alta es más tranquila y menos transitada, la zona baja es un punto clave del ocio vigués. «Esto ha sido siempre vinos, lo que pasa es que lo que hay ahora y lo que había hace 15-20 años no tiene nada que ver. El ambiente, la seguridad, lo que se ha hecho para que el Casco Vello sea transitable y bonito es fundamental, porque estamos hablando también de que por aquí pasa todo el turismo. Es un mérito colectivo, afirma el presidente de la Asociación de Comercio y Hostelería del Casco Vello, Juanjo Figueroa.

Avanzouse, claro, pero durante moito tempo faltaba barrio e agora comeza a habelo

Fiz Axietos

— Miembro de la junta directiva de la Asociación Vecinal y Cultural del Casco Vello

Otra voz autorizada del barrio es Fiz Axeitos, miembro de la junta directiva de la Asociación Vecinal y Cultural del Casco Vello y residente de la zona desde que nació. El balance para él es claramente positivo, aunque ve todavía asignaturas pendientes que abordar. «Avanzouse, claro, porque nos 2.000 había decenas e decenas de vivendas en ruínas, pero durante moito tempo faltaba ter barrio e agora comeza a habelo outra vez, pero falta moito», señala Axeitos, poniendo como ejemplo la recuperación de O Berbés.

«Houbo anos nos que non nos coñecíamos entre os veciños pero agora a xente que empezou a asentarse neses edificios rehabilitados teñen xa fillos e xúntanse a xogar, volve haber ese ambiente que se perdera», dice el directivo, poniendo en valor también el trabajo de la asociación para potenciar la identidad con fiestas como la Reconquista, que no ha dejado de crecer en paralelo a la transformación urbanística, o las actividades programadas para Samaín, Entroido, San Xoán o los maios.

Necesidades y miedos

La necesaria regeneración hace temer a los vecinos por la gentrificación del barrio. Tanto en la parte alta como en la baja alzan la voz para evitarlo. «Queremos que isto se siga dinamizando, pero de forma sostible, non cambiemos isto», avisa Daniel Iglesias.

Más contundente se muestra Fiz Axeitos, citando el problema de los pisos turísticos. «É un grave problema porque nos resta personalidade. Todo o que se avanzou podería ir abaixo por esa circunstancia, o que necesitamos é fixar poboación. Xa se expulsou á veciñanza no seu momento e ten que regularse», señala el representante de la asociación del barrio, pidiendo también incentivos para diversificar el tipo de negocio en la zona histórica más concurrida por vigueses y visitantes.

«Á hostelería si que se lle premia, pero penso que as administracións deberían facer políticas activas para promocionar outras cousas. Hai moitas zonas nas que non hai nin un negocio a partir de determinada hora», añade Axeitos. Él, como pieza clave de la Festa da Reconquista, puede presumir de haber vivido otra en pleno siglo XXI. La batalla, con todo, aún no ha acabado.

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