La Reconquista y el orgullo de Vigo como lugar de convivencia

El historiador Luis Domínguez y el periodista Manuel Gago analizan la celebración viguesa y la Romería Vikinga de Catoira

Desde la izq. Lourenzo Fernández, Manuel Gago, Luis Domínguez y Ramón Villares. |  A. Irago

Desde la izq. Lourenzo Fernández, Manuel Gago, Luis Domínguez y Ramón Villares. | A. Irago

Cuenta el historiador Luis Domínguez que la Reconquista de Vigo comenzó a celebrarse solo doce meses después de ese 28 de marzo de 1809 en el que el pueblo vigués se levantó en armas contra las tropas napoleónicas y logró ser el primer en España en liberarse. Esos acontecimientos justificaron que la villa pasase a considerarse ciudad y sus habitantes lo conmemoraron desde 1810. El catedrático de la Universidad de Vigo analizó ayer el origen y las transformaciones que vivió esta celebración en una mesa redonda en la Casa Galega da Cultura, en el marco de las jornadas «A invención da tradición», que organiza la Real Academia Galega.

El historiador defiende que «a historia sempre é unha lexitimación da comunidade» y, en el caso de la Reconquista, «hai unha pegada de orgullo de Vigo como lugar de convivencia».

Explicó que, inicialmente, la Festa do Cristo y la Reconquista eran la mismo. Hasta que en 1866 se decidió mover la primera para el verano «para garantir un mellor tempo, no primeiro domingo de xuño». En 1883, se pasó al primer domingo de agosto para que coincidiera con las fiestas patronales. La Reconquista en mazo se perdió durante años, aunque en el primer centenario, «seguindo a moda liberal, en Vigo se acordou erguer unha estatua conmemorativa», aunque en vez de Reconquista, se denominaba Independencia. Contrapuso esta escultura protagonizada por el general Morillo e inaugurada en 1947, con la del bicentenario. «En vez de conmemorar a elite militar, en 2009 conmemórase o pobo, representado nunha oliveira na que cada póla é unha parroquia da cidade”.

En la mesa redonda también participó el periodista y divulgador Manuel Gago, que reflexionó sobre la Romería Vikinga de Catoira y cómo el cine influyó en su aparición.

Las jornadas son una iniciativa de la sección de Historia de la Real Academia Galega. El moderador fue Lourenzo Fernández, vicesecretario de la misma.

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