La falta de ayudas aboca al cierre a la primera cafetería inclusiva de Vigo

En el 35 de la calle Venezuela abrió hace tres años el primer negocio de Vigo gestionado íntegramente por personas con algún tipo de discapacidad física o intelectual. Se trata de Diversum, una iniciativa promovida por dos madres (María José Giganto y Rita Blanco) con hijos con síndrome de Down. Fueron ellas las que financiaron esta cafetería, que el pasado martes se vio obligada a cerrar sus puertas por la falta de apoyo económico de las administraciones.

«Si fuéramos una ONG o una fundación, sí que recibiríamos ayudas, pero al ser un centro especial de empleo con iniciativa social nos quedamos fuera, y la línea de subvenciones a la que podemos aspirar va con retraso, no hemos recibido nada desde diciembre y la siguiente no llegaría hasta finales de este año», lamenta Rita Blanco.

Hay que tener en cuenta que esta cafetería no tenía ánimo de lucro en ningún caso. Los meses en los que daba beneficio, éste se destinaba a la mejora del local, además de obviamente al pago de las nóminas de los nueve trabajadores con discapacidad física o intelectual que trabajaban allí. Al ser una iniciativa privada, sus promotoras tuvieron que aportar durante todo este tiempo dinero de su propio bolsillo para mantener el local a flote.

Ahora, sus nueve empleados se van al paro. «Probablemente no encuentren trabajo nunca más, para personas con discapacidad intelectual la inserción laboral es muy complicada, especialmente a partir de cierta edad», asegura Blanco. Ese es principalmente el gran drama de este cierre. «Cuando se lo contamos, fue un golpe muy duro para ellos», lamenta María José Giganto.

En Diversum ofrecían un servicio de enorme calidad, como desayunos y menús saludables.

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