El conselleiro de Sanidade no cierra la puerta a una facultad de Medicina en A Coruña

Gómez Caamaño se muestra «optimista» por «la intención de todo el mundo para colaborar»

Vigo

«No sé, no soy adivino». Así respondió este miércoles el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, a la pregunta de si es posible que la Universidad de A Coruña implante su propia titulación de Medicina.

En una vista al Hospital Álvaro Cunqueiro, indicó que desconoce si la Xunta «tiene capacidad o no» para bloquear la pretensión de la universidad herculina porque está fuera de las «atribuciones» de su departamento, aunque cree que sí. «Me imagino que sí [puede bloquearla], no sé», señaló.

El titular de Sanidade, tras la constitución ayer de un nuevo grupo de trabajo para progresar en la descentralización del grado, se mostró «optimista». «Creo que fue una reunión en la cual quedó claro la intención de todo el mundo para colaborar, para desatascar este problema; se reconoció que el convenio del año 2015 no se desarrolló de manera suficiente y que la intención es desarrollarlo hasta el máximo y conseguir que, insisto, tanto en infraestructuras, como en tecnología, como en profesionales sanitarios, pues que estén todos a disposición de la formación de alumnos que estudien medicina en nuestra comunidad autónoma», resaltó.

Povisa

Con respecto a las dificultades por déficit de profesionales que atraviesa Ribera Povisa -el hospital privado con el que el Sergas tiene subcontratada la atención especializada de 113.000 usuarios del área sanitaria de Vigo- en algunos servicios y, en particular, en Cardiología, Gómez Caamaño señaló que no conoce «exactamente la situación» de este departamento ahora, pero aseguró no estar «preocupado».

Rehabilitación cardíaca

El conselleiro hizo estas declaraciones en una visita al Álvaro Cunqueiro para visitar las obras de ampliación de la unidad de rehabilitación cardíaca, que van a permitir ampliar su capacidad en un 50% más hasta los 300 o 400 pacientes al año.

La actuación cuenta con una inversión de 700.000 euros y se destinan otros 68.000 a mobiliario y dispositivos. La idea es que empiece a funcionar tras el verano.

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