Primera década del hospital Álvaro Cunqueiro con el reto de no morir de éxito
La apertura del Cunqueiro permitió al Chuvi crecer hasta consolidarse como referente nacional
La incertidumbre sobre Povisa y la necesidad de más espacios y personal marcan su futuro

El hospital Álvaro Cunqueiro, en primer término, con el Meixoeiro al fondo, en lo alto. / Pablo Hernández Gamarra
La sanidad pública viguesa, atomizada en edificios con graves déficits estructurales, llevaba demasiado tiempo aguardando por un hospital llamado a resolver estos problemas y, con ello, derribar los límites que asfixiaban el crecimiento del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). El 29 de junio de 2015, el Álvaro Cunqueiro abrió sus puertas para atender a los primeros pacientes. Se cumple este mes su primera década de vida y alcanza el ecuador de la polémica concesión mediante la que fue construido.
Los inicios fueron duros. La fuerte contestación ciudadana contra el modelo público-privado elegido para su construcción —el Consello de Contas cifró en 470 millones el sobrecoste de esta decisión y no se repitió en ninguna otra inversión del Sergas—, se sumó a los problemas en el traslado, el retraso en la llegada de equipamiento y las diferencias entre profesionales y la Administración en el diseño de algunos espacios. Todo ello, le costó el puesto de conselleira, Rocío Mosquera, tal y como ella reconoció. También se tradujo en una desconfianza entre la población y más tres mil personas decidieron cambiarse a Povisa.
Modernidad y vanguardia
Aunque muchos consideraron que se podría haber hecho mejor, nadie puso en duda las grandes mejoras que traía el estreno de «unas infraestructuras modernas y de altas prestaciones, significativamente mejor dimensionadas que nuestro querido pero obsoleto Xeral», tal y como describe la jefa de servicio de Pediatría, la doctora Ana Concheiro. «Fue un cambio radical pasar del Xeral al Cunqueiro», destaca su homólogo de Cirugía Vascular, el doctor José Manuel Encisa de Sá. «Ha sido una bendición», apoya el de Salud Mental, José Manuel Olivares, que plantea qué habría pasado si la pandemia de COVID les hubiera pillado aún en el Xeral. «Es un gran hospital, moderno y funcional», agrega.
Unidos, más fuertes
Uno de los mayores avances que trajo la apertura del Cunqueiro fue la reordenación hospitalaria que propició. «Ha servido para transformar la atención sanitaria de toda el área, destacándose por su tecnología avanzada, atención humanizada, eficiencia y confort de sus instalaciones. Ha mejorado significativamente el acceso a servicios y fortalecido la formación médica», subraya el de Urología, el doctor Enrique Cespón.
Sirvió para unir al Xeral y el Meixoeiro. No fue fácil poner de acuerdo a dos plantillas que tenían distintas culturas de trabajo, pero tener más personal les permitió, entre otras cosas, subespecializarse. «Estos 10 años fueron muy provechosos en ese sentido», subraya el doctor Martín Rubianes, jefe de Medicina Interna. También aunar esfuerzos entre diferentes servicios. «Es un magnífico edificio que centraliza la medicina y permite el trabajo interdisciplinar», señala el de Cirugía Cardíaca, Juan José Legarra.
Aglutinar a una población tan grande, les brinda la oportunidad de atesorar una experiencia que tienen muy pocos centros en España. Y, con ella, pueden implantar nuevas técnicas; que la industria les seleccione para probar dispositivos o ensayar fármacos; que otros centros investigadores busquen su colaboración; que profesionales quieran formarse con ellos... De ahí que siga doliendo, por ejemplo, que no se restaure a Cirugía Cardíaca los pacientes del área de Pontevedra que se desviaron en 2012 a Santiago —ahora atiende las áreas de Vigo y Ourense—. «Demandamos ser referencia en Galicia para esta patología. El trabajo que realizamos es envidiable», reclama el doctor Legarra.
Referentes nacionales
«Hay otros hospitales que se fijan en nosotros y en nuestras técnicas», resalta el doctor Encisa de Sá. «Nos felicitan por las instalaciones y circuitos que disponemos», coincide el jefe de Urgencias, el doctor Ángel Pichel. «Se ha consolidado como un referente sanitario no solo en Galicia, también en el ámbito nacional», respalda el de Oncología, el doctor Martín Lázaro. Y si ha alcanzado ese nivel, que las instituciones lo reconozcan. «Es un complejo con excelentes profesionales, buena tecnología y gran población de referencia lo que lo sitúa en la mejor de las posiciones para recibir certificaciones y referencias a nivel autonómico y, por qué no, también nacional o transfronterizo», sostiene la doctora Concheiro. Y es que el Chuvi está por detrás del Chus o el Chuac en estos reconocimientos —acompañados de presupuesto— que otorga Sanidade.
Confianza de la población
Lo que ya han recuperado es la confianza de la población. Casi veinte mil personas se han pasado al Chuvi desde Povisa en este tiempo y el porcentaje de rechazo cuando el Sergas propone a los pacientes operarse en la privada para recortar la espera es muy alto. «A lo largo de los años, su gran potencial humano ha transformado la visión que sobre el hospital tiene la población de referencia. Ha desarrollado un fuerte compromiso con la innovación, ha ampliado y diversificado su oferta asistencial», destaca la jefa de Hematología, la doctora Carmen Albo.
¿Y ahora qué?
El aumento de la demanda va a ser constante por el envejecimiento de la población y la aparición de más tratamientos. En algunos servicios, como Oncología, está siendo «exponencial». A ello se suma la incertidumbre de qué pasará con la población que atiende Ribera Povisa. Se ve con intranquilidad por si tiene que absorberla toda, como muchos vaticinan. Recuerdan cómo el privado era pionero en tecnología en la ciudad y, ahora, va por detrás del Chuvi. «Es normal que la gente busque el hospital con más dotación», opinan. Ya se han dado pasos para depender menos de este centro, como la reciente creación de la Unidad de Maxilofacial, y Cirugía Plástica tiene voluntad de incrementar su cartera con el quemado adulto. En la Junta de Personal hay preocupación por cómo el complejo público atenderá la carga que deja de asumir la calle Salamanca con el nuevo contrato.
¿Se ha quedado pequeño?
Muchos coinciden en que, con el actual poder de atracción del Cunqueiro y los recursos disponibles, está en riesgo de «morir de éxito». Y no pocos opinan que ya se ha quedado pequeño. «Es una tortura encontrar espacios para despachos y consultas», señala el doctor Olivares. «Los espacios se quedan pequeños y, en especial, las consultas externas para intentar evitar ingresos de pacientes en estudio», señala el doctor Rubianes. Nadie cree que con su actual estructura pueda absorber a toda la población de Povisa. «A capacidade de crecemento é limitada en espazos físicos», sostiene Pilar Rodríguez, presidenta de la Junta de Personal, que cree que el complejo está en un «punto «de inflexión» y hay que diseñar una nueva planificación de futuro.
Más personal
Pero de nada sirve construir más o reorganizar para ganar espacio si no se amplían plantillas. El jefe de Plástica, el doctor Bruno Gago, entiende que las bases para continuar creciendo son « la creación y adaptación de nuevos espacios, redimensionar plantillas debido al aumento de actividad y potenciar la docencia e investigación». También en Pediatría necesitan más profesionales para consolidar y avanzar en las especialidades que lograron desarrollar con el Cunqueiro.
Equipamiento
En el Chuvi ven fundamental que se siga a la vanguardia. Por ejemplo, incorporando más equipos de cirugía robótica. El Da Vinci de Beade es el de mayor rendimiento de Galicia y ya ve cómo crece de forma preocupante su lista de espera. Ahora deberá operar también a la población de Povisa. Y servicios como Cirugía Pediátrica, también quieren acceder a la robótica. En el laboratorio de Análisis Clínicos, que se ha aupado al top 10 de los españoles al fusionase el complejo —informó casi 15 millones de pruebas en 2024—, el trabajo es «enormemente dinámico». Cuenta su jefe, el doctor Arturo Fernández, que «cada mes» aparecen nuevas herramientas «fundamentales» para el diagnóstico y seguimiento. Pide a la Administración que ayude a que el acceso sea ágil. La jefa de Radiodiagnóstico, la doctora Milagros Otero, cuenta que «hay que acabar de modernizar la tecnología» de imagen.
Nuevos retos de atención
La atención se tiene que adaptar a las nuevas realidades, como los argos supervivientes oncohematológicos, la vejez y la cronicidad. Por ello, los profesionales abogan por incorporar las innovaciones terapéuticas e implantar modelos más eficientes para no perder de vista la sostenibilidad del sistema. Apuestan por plataformas que permitan seguir y dar tratamiento al paciente en su domicilio, con una mejor coordinación con Primaria y servicios sociales.
Docencia e investigación
«Todo ello siendo ambiciosos también en el desarrollo profesional de los trabajadores, la formación sanitaria de grado y especializada, la investigación de calidad y la innovación, permitiendo conciliarlo todo en su jornada laboral», opina el doctor Alberto Fernández Villar, jefe de Neumología La doctora Concheiro llama la atención sobre el importante reto de asumir «de forma completa la docencia clínica de Medicina, tanto práctica como teórica».
Promesas pendientes
Paciencia inmensa, pero no infinita, es la que tienen en servicios y unidades que están viendo cómo su desarrollo no va parejo al que está viviendo el resto del complejo y que las promesas que un día les hicieron no acaban por hacerse realidad.
Uno de ellos es el Servicio de Rehabilitación y Medicina Física. Es la única pieza de la reorganización sanitaria diseñada para la apertura del Álvaro Cunqueiro que aún no se ha ejecutado.
En el plan inicial, se preveía que se instalara en el Álvaro Cunqueiro. La Administración cambió de idea y les prometió ampliar y modernizar sus instalaciones en el Meixoeiro en el espacio que iba a dejar libre la Escuela de Enfermería. Diez años después, no se ha movido nada. Aunque sí hay avances para la creación de la Facultad de Enfermería y su traspaso a la UVigo, no hay ninguna noticia de que se le vaya a crear un nuevo espacio y vaya a abandonar el Meixoeiro pronto.
Su jefe de servicio, el doctor Francisco Javier Juan García, lamenta que es «un servicio obsoleto», creado hace 30 años, con los espacios repartidos entre el Meixoeiro, el Nicolás Peña, el centro integral de Taboada Leal y el Álvaro Cunqueiro —población infantil y agudos—, con los problemas que eso ocasiona para la coordinación de un equipo.
«El servicio se ha ido adaptando, pero estamos en situación crítica», cuenta y añade: «No podemos esperar otros 10 años, habrá que desarrollar plan B o C». Además, prevé la próxima llegada de aparatología robótica, «que necesita instalaciones adecuadas», y que la demanda siga creciendo.
En «situación límite» está también la Unidad de Reproducción Asistida. Hace tiempo que el espacio que ocupa en el centro de Taboada Leal se ha quedado ridículo para sus consultas, laboratorio, quirófano, sala de reanimación y zona de espera. Se prometió su traslado hace años y en 2023 se anunció que iría al Meixoeiro.
La falta de espacio está comprometiendo el aumento de su actividad prometido en el Plan galego de reproducción humana, por el que este año se aumentó la edad hasta los 41 y se prevé alcanzar los 45 en 2028, así como iniciar la congelación de óvulos sin indicación médica a partir del próximo año.
Una de las promesas que sí está a punto de ver la luz es la ampliación de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca. Al poco de abrir el Cunqueiro se reveló completamente insuficiente y la Xunta la prometió en 2021. En ese mismo año, anunció un nuevo hospital de día en el Cunqueiro, cuyas obras comenzaron a principios de este año y se ansía para descongestionar al oncológico, ya saturado.
Sanidade también prometió crear en Beade una zona de hospitalización de psiquiatría de transición entre la edad pediátrica y la adulta. Y tiene el compromiso de integrar la atención a las adicciones, que están dando ahora las entidades locales.
Y el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur hace tiempo que ha advertido de que necesita más espacio.
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