La UVigo reconstruye la travesía vital de los «menas» en Galicia

Un estudio recoge los testimonios de extutelados para conocer su transición a la vida adulta tras dejar los centros de menores

Aboga por más recursos y medidas contra su exclusión

Centro Príncipe Felipe de Pontevedra en el que estuvieron casi todos los entrevistados.

Centro Príncipe Felipe de Pontevedra en el que estuvieron casi todos los entrevistados. / Gustavo Santos

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Dejan atrás hogares extremadamente pobres, alentados por sus propias familias, que venden tierras o animales para sufragar un viaje lleno de peligros, y llegan a un país cuya realidad desconocen con la única intención de trabajar y enviar dinero cuanto antes a los suyos. Los centros de protección los acogen y tratan de prepararles para el futuro, pero, ¿qué ocurre cuando alcanzan la mayoría de edad? Una tesis de la Universidad de Vigo reconstruye la travesía vital de los menores extranjeros no acompañados en Galicia para conocer cómo es esa transición a la vida adulta.

Sus «valiosísimos» e «impresionantes» testimonios permiten conocer las duras situaciones que afrontan y ayudan a combatir los prejuicios y sesgos, cuando no ataques xenófobos y racistas, que están creciendo en la sociedad española y europea. «Su proyecto de vida es conseguir trabajo como sea y enviar dinero a sus familias. Abandonan sus países por la extrema pobreza, se alejan de sus padres y vienen aquí para vivir solos buscando un futuro mejor. Para mí ha sido una experiencia espectacular acercarme a sus historias», destaca José Miguel Covelo, autor de la investigación.

La UVigo reconstruye la travesía vital de los «menas» en Galicia

El autor de la tesis, José Miguel Covelo. / Cedida

Gracias a la colaboración del Centro de Menores Príncipe Felipe de Pontevedra y a la asociación Boa Vila, consiguió entrevistar a una decena de extutelados, con edades entre los 19 y los 30 años, para conocer cómo había sido su viaje a España y su experiencia en los centros, así como su posterior emancipación mediante cuestiones relacionadas con el acceso a la vivienda, formación, trabajo y ocio y los recursos disponibles.

La mayoría de ellos llegaron desde Marruecos a nuestro país con 16 o 17 años y eludiendo la frontera en cayucos o incluso a bordo de una moto acuática. Y excepto uno, que procedía de Madrid, todos habían pasado por centros de protección gallegos donde fueron escolarizados. En el momento de las entrevistas, realizadas entre 2020 y 2022, ninguno de ellos superaba los 30 años y casi todos trabajaban, estudiaban o compatibilizaban ambas cosas.

Podían mantenerse y pagar su vivienda, además de enviar dinero a sus familias, a pesar de que en el inicio de la transición muchos de ellos sobrevivieron con ayudas de la trabajadora social de Pontevedra o acogidos por compañeros que habían salido del centro antes que ellos, alguno incluso se vio obligado a vivir «al raso».

«Han encontrado trabajo o se han ido por estudios a otras provincias, incluso uno se había marchado a Cádiz. Me dejó impresionado uno de los entrevistados que estaba estudiando en la Universidad de Santiago», reconoce.

Los extutelados mostraron una buena opinión de los centros de menores gallegos y todos seguían manteniendo el contacto por considerar que allí tenían una «segunda familia». «Comentan que se sintieron cómodos y amparados, no como en otros centros españoles en los que estuvieron antes de llegar a Galicia»., destaca.

Clases de español para inmigrantes impartidas en el Centro Príncipe Felipe de la Diputación en Pontevedra.

Clases de español para inmigrantes impartidas en el Centro Príncipe Felipe de la Diputación en Pontevedra. / DUVI

Para reconstruir la realidad diaria de los centros, Covelo también entrevistó a trabajadores y pudo constatar que tienen una carga excesiva. «A pesar del déficit de recursos, tanto humanos como materiales, inherente a todas las administraciones, en nuestra comunidad los menores extranjeros son acogidos en condiciones aceptables. Pero los recursos son limitados, ya que los fondos de la Xunta para la protección integral de menores incluyen a los gallegos y a los extranjeros y se tienen que repartir en toda la comunidad», plantea.

De ahí que en su tesis, que estuvo dirigida por Carmen Verde Diego e Iria Vázquez Silva, recomiende dotar a los centros de más plazas y medios, así como establecer ayudas económicas para los extutelados y políticas sociales que prevengan la exclusión social.

Y es que los empleos que consiguen son poco cualificados y los entrevistados que trabajaban dijeron recibir salarios muy bajos que dificultaban sus proyectos de vida y de formar una familia, algo que desean muchos de ellos.

En su trabajo, Covelo también demanda un inicio de la transición a edades tempranas (16), más plazas para las iniciativas de acompañamiento que buscan favorecer el tránsito a la vida adulta. En Galicia, funciona el programa Mentor, que financia el Fondo Social Europeo y la Xunta y que lleva a cabo la ONG Igaxes.

Otro de los problemas apremiantes es el de la documentación necesaria para poder regularizar su situación en España. Los trámites son «engorrosos y difíciles». y todos los extutelados entrevistados abandonaron los centros sin disponer de ella y tuvieron que desplazarse al consulado marroquí de Bilbao por su cuenta.

«Sin permiso de residencia no pueden conseguir un trabajo. No era problema de la administración, sino de cómo estaba configurada la ley. . El Real Decreto 903/2021 ha reducido el plazo de 9 meses a 90 días y puede ayudar a que los menores consigan los papeles antes de salir y así poder vivir y trabajar dignamente», demanda.

En este sentido, también plantea la creación de una figura en la Administración autonómica que se ocupe de estos temas, por ejemplo, el tutor que ya existe en Italia.

El seguimiento de la aplicación del decreto, así como la salud metal de los «menas» , ya que la investigación detectó que la mayoría sufren el síndrome de Ulises (estrés postraumático), son algunas futuras líneas de trabajo futuras que plantea la tesis.

«El reparto es lógico, pero la UE debería intervenir»

Más de cuatro mil menores no acompañados de Canarias y Ceuta están pendientes de que el Gobierno central y las comunidades decidan su reparto. «Todavía no hay información sobre cuántos vendrán a Galicia y los centros ya tenían poca capacidad, pero supongo que la Xunta y el Gobierno central tendrán que hacer un esfuerzo para seguir atendiéndolos en buenas condiciones como hasta ahora», plantea José Miguel Covelo.

«Lo lógico es que la carga esté repartida por todo el territorio y creo que tmbién tendría que intervenir la UE , dotando más recursos económicos. Los menores llegan a España porque es su entrada a Europa. De hecho, muchos quieren ir a otros países pero son localizados por la Policía y enviados a los centros de menores», opina.

En este sentido, entre las recomendaciones de su tesis incluye convenios de colaboración entre España y los países de procedencia de los menores para que conozcan realmente la realidad que les espera aquí. Los propios extutelados entrevistados citan como recomendaciones para otros jovenes que se informen bien, así como aprender idiomas, estudiar lo máximo posible y alejarse de las drogas.

Aunque en sus tesis utiliza el acrónimo «menas», Covelo reconoce que es un término que los cosifica, además de anteponer la palabra extranjero a su situación de menores y no acompañados, y lamenta las connotaciones peyorativas que tienen en este momento por parte de ciertos sectores sociales que buscan «réditos electorales o políticos» o tienen «intereses superfluos».

Por eso , su tesis reivindica que ellos solo piden «dignidad y respeto» y que no se les discrimine para poder «progresar en la vida».

Tracking Pixel Contents