Entrevista | José María Da Rocha Nuevo decano de la Facultad de Comercio de la UVigo

«Tener competencia de la universidad privada es bueno, nos estimula»

El catedrático de Fundamentos de Análisis Económico es el nuevo decano de la histórica Facultad de Comercio, que suma 400 alumnos matriculados en su grado y sus dos másteres. Sustituye en el cargo a Consuelo Currás, que dirigía el centro desde 2016, con un equipo que completan Mª del Pilar Muñoz, M ª del Rocío Rodríguez, Ricardo Luaces y María Jesús Barsanti, que repite como secretaria.

José María Da Rocha, nuevo decano de la Facultad de Comercio, a la entrada del centro.

José María Da Rocha, nuevo decano de la Facultad de Comercio, a la entrada del centro. / Marta G. Brea

Sandra Penelas

Sandra Penelas

-La junta de facultad le otorgó el 100% de los votos emitidos, ¿se siente respaldado?

-Lo que me siento es sobre hombros de gigantes. Camino sobre la facultad que heredo de las direcciones anteriores. Aquí nos dedicamos a trabajar, no estamos metidos en pequeños conflictos. Es un voto de confianza, pero sobre todo un legado. Y espero que el que venga después también sea respaldado. Sería el mejor fruto, dejar una facultad unida como la que yo encuentro.

-La LOSU establece mandatos únicos de seis años. ¿Cuáles serán sus objetivos?

-Lo que evita esto es que la gente está pendiente de la reelección, pero se necesita tiempo para madurar los proyectos y seis años pasan rápido. Nosotros vamos cien años por delante de la universidad española, que está muy anclada en el siglo XIX. Y por muchos motivos. La facultad, en su día, Escuela de Comercio, responde más a la tradición de los city college. El Vigo pujante reclamó estos estudios para que sus empresas fuesen mejores y tenemos en nuestro ADN este espíritu. Uno de los retos que marca la LOSU es la internacionalización y ya tenemos mucho camino avanzado. Contamos con dobles titulaciones en el extranjero y cada año enviamos 50 alumnos fuera. Y el objetivo ahora es captar más estudiantes de más países y que los nuestros salgan más, hagan mejores prácticas y consigan mejores puestos des trabajo.

José María da Rocha, decano de la Facultad de Comercio.

José María da Rocha, decano de la Facultad de Comercio. / Marta G. Brea

-Atraer a más alumnos extranjeros es una alternativa frente a la caída demográfica.

-No hay que ir a buscarlos porque no los tengamos aquí, sino porque el mundo funciona así, con gente diversa. Y hay que crear esos ambientes. En nuestras aulas ya hay gente que viene de muchos lugares. Por eso no entiendo la preocupación desmedida por mantener los procesos de selectividad y restringir la entrada con notas altas, como si esto fuese síntoma de calidad, cuando como servicio público lo que tendríamos que hacer justamente es dar oportunidades. A veces, parece que nos penalizan porque nuestra nota es un 5. Pero estamos llenos de investigadores fantásticos que no tenían buenas notas en el Bachillerato.

-¿Le preocupa la inminente ola de jubilaciones?

-Las decisiones de contratación las marca el Rectorado. Lo que me ocupa es de qué forma o con qué figuras podríamos atraer a más profesores extranjeros y que impartan clases en distintos idiomas. La idea sería incorporar a profesores que ya imparten clase en nuestro máster de Comercio Internacional, el más demandado de la UVigo. Lo que queremos es que nuestros graduados tiren de las empresas de aquí y también sean ciudadanos del mundo.

-En menos de dos semanas empieza la ABAU, ¿qué previsiones de matrícula tienen?

-Mantenemos la misma oferta de cien plazas que hemos llenado siempre. Pero si en mi mano estuviese ofertaríamos más. Pensando también en que el 50% de los trabajos que existirán en el futuro ni siquiera sabemos en qué van a consistir. Ni siquiera el MIT lo sabe. En estos momentos tenemos un único grado con una especialización clara que es la orientación internacional. Pero hay que pensar en otras posibilidades y generar un crisol de distintos perfiles. A nuestros alumnos les gustan los idiomas y tienen curiosidad por tener la oportunidad de irse a estudiar al extranjero. Y la idea es que mucha gente con formaciones diferentes, desde el diseño a las relaciones internacionales, venga a estudiar a un centro que sería único en Galicia por su nivel de internacionalización, especialización y mezcla.

-¿Se plantean nuevos títulos?

-No. Vamos a poco a poco. La reflexión que hago es que me cuesta mucho entender la hiperregulación de los grados, esta rigidez para poder adaptarnos que a ver si superamos con la LOSU. La universidad está muy burocratizada y ya buscaremos fórmulas para tener una oferta mejor. Además tenemos una ventaja muy grande y que convierte a Vigo en el epicentro de la formación empresarial. Es una suerte tener la competencia de la universidad privada.

-Los rectores gallegos son muy críticos porque imparten titulaciones que ya existen.

-Es lo mejor que nos puede ocurrir. De hecho, he pensado en hacer una competición de regatas cada año en la Ría (risas). Tener competencia es bueno, nos estimula. Nos obliga a medirnos y a ganarles a la hora de emplear a nuestros titulados. Tener dos centros educativos superiores con vocación de escuela de negocios solo ocurre en grandes ciudades. Ahí están la NYU y Columbia o el University College y el Imperial.

José María da Rocha, en su despacho.

José María da Rocha, en su despacho. / Marta G. Brea

-¿Su ubicación en Torrecedeira es un atractivo añadido?

-Estamos en la ciudad y además en un edificio singular. Estamos muy orgullosos y agradecidos al Concello por cederlo. Es uno de nuestros iconos y queremos trabajar en ponerlo más en valor y, como centro muy volcado en el mundo empresarial, abrirlo más a la ciudad. Queremos hablar con el alcalde y ver si conseguimos algún tipo de patronato. Algo que nos obligue a rendir cuentas. Las familias nos dan mucho dinero, 10.000 euros por alumno en Galicia, y tenemos que acostumbrarnos a preguntarnos qué les damos nosotros.

«Perdemos mucho tiempo en organizar la selectividad en lugar de orientar a los alumnos»

-Ya tiene experiencia en cargos de responsabilidad, fue vicerrector de Planificación en la etapa de Docampo. ¿Cómo ve la Universidad?

-Muy burocratizada. Creo que a veces se confunde el servicio público con convertirnos en una administración burocrática. Y tengo dudas de que así se pueda prestar el servicio público que se nos reclama. Y ese tiempo y recursos los deberíamos utilizar en orientar mejor a los alumnos sobre cuáles son las titulaciones que, dentro de sus intereses deberían poder elegir. En lugar de perder mucho tiempo en organizar un examen de selectividad que tiene que ser entre que finalizan el Bachillerato y los matriculamos. Pero siendo positivos, la Universidad está llena de gente que hace cosas muy interesantes . Hay muy buenos investigadores y muy buenos docentes. Además la universidad pública tiene una apuesta muy grande por una educación universal, es decir, que haya cada vez más personas que son más diversas. Y esto es un avance muy grande que se ha producido en los últimos 40 años. Esta universidad es mejor que la que conocieron nuestros padres y espero que peor que la que conozcan nuestros hijos.

-En un año habrá elecciones al Rectorado.

-Creo que no es un momento de hablar de candidatos, sino de modelos. La LOSU nos ha dado la oportunidad de ser diversos también en la organización. Por ejemplo, ¿debemos de seguir teniendo departamentos o no?, ¿o podríamos tener centros que contraten profesores? Hay muchos problemas para que nuestros alumnos hagan prácticas y tendríamos que buscar formas más imaginativas para conseguir que eso fuese más fácil. Y tenemos un conflicto entre querer atraer a más alumnos extranjeros y contar con una red limitada para hacer las pruebas de acceso. Quizá habría que recurrir a la infraestructura del Instituto Cervantes o diseñar algún tipo de examen electrónico.

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