El Chuvi coloca por primera vez en España una prótesis especial para reparar un aneurisma sin abrir el pecho del paciente

Reduce las posibles complicaciones y acelera la recuperación

Desde la izq., los doctores Encisa de Sá, López Arquillo, Vidal Rey y Legarra,  en el quirófano híbrido.

Desde la izq., los doctores Encisa de Sá, López Arquillo, Vidal Rey y Legarra, en el quirófano híbrido. / Pablo Hernández Gamarra

Vigo

Cuando las paredes de las arterias se debilitan en un punto, se puede producir un abombamiento. Se llama aneurisma. Si no se le pone remedio y sigue creciendo, puede llegar a estallar, «como el globo de un chicle». En el Hospital Álvaro Cunqueiro intervinieron recientemente uno que estaba en un punto muy delicado, justo a la salida del corazón, en el arco aórtico, donde se distribuye la sangre a los brazos y al cerebro. Un lugar donde poco se podría hacer por su vida si reventaba. Los servicios de Circugía Vascular y Cirugía Cardíaca del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) la repararon colocando una prótesis especial sin necesidad de abrir el pecho. Es la primera en España de estas características.

Este tipo de problemas se suelen detectar de forma accidental con una prueba de imagen por otro motivo y, hasta hace algunos años, solo se operaban a pecho abierto. Se cortaba el esternón, se paraba el corazón, se mantenía la circulación de la sangre conectándola a una máquina externa y se reducía la temperatura del cuerpo en 4 o 6 grados para ralentizar el metabolismo, mientras se sustituía el fragmento de la arteria enferma con una prótesis cosida. Es un agresión que se tolera, pero que conlleva unos ingresos posteriores de entre 7 y 10 días y más complicaciones. 

Colocar la prótesis

Para evitar una intervención tan agresiva y reducir los tiempos de recuperación de los pacientes, ha ido ganando terreno el abordaje endovascular: acceder a las lesiones a través de los propios vasos sanguíneos. Reparan los aneurismas colocando una prótesis —un pequeño tubo de malla metálica— que refuerza las paredes de la arteria. La conducen hasta allí por catéteres que introducen con punciones en las ingles.

imagen de la prótesis especial colocada en el arco aórtico

imagen de la prótesis especial colocada en el arco aórtico / FdV

En esta ocasión, necesitaban una prótesis especial, «diseñada y fabricada específicamente» para la paciente. El aneurisma afectaba a la parte alta del arco aórtico, de donde parte la arteria subclavia izquierda, la que irriga este brazo. Si se coloca una prótesis tradicional en este punto, se tapona el paso de la sangre. La solución, antes, pasaba por abrir al paciente en la zona del cuello y hacerle un baipás —puente— desde una de las carótidas a la subclavia.

También evitaron esto con la prótesis especial que le colocaron a esta paciente. El dispositivo recubre la zona debilitada del arco aórtico con una «rama» hacia la subclavia. Además, dejaba un agujero o ventana al nivel de las carótidas que, en esta mujer, partían juntas por una anomalía genética. Es decir, era una prótesis que se ajustaba a la perfección a su anatomía.

El equipo

La medicina está en pleno auge en cuanto al desarrollo de este tipo de dispositivos, pero a las casas comerciales no les vale cualquier complejo para los primeros casos. Confiaron en el Cunqueiro, por un lado, por la extensa experiencia de sus profesionales.

Cirugía Vascular y Cirugía Cardíaca han creado una unidad de aorta avanzada, con gran experiencia y excelentes resultados en tratamiento endovascular de aorta compleja. En la operación intervinieron el jefe del Servicio de Cirugía Vascular, el doctor José Manuel Encisa de Sá y los cirujanos de su departamento Jorge Vidal Rey e Irene López Arquillo, y el jefe de servicio de Cirugía Cardíaca, Juan José Legarra.

Equipo médico que llevó a cabo la novedosa cirugía vascular en el Cunqueiro

Equipo médico que llevó a cabo la novedosa cirugía vascular en el Cunqueiro / Pablo Hernández Gamarra

La otra clave es que el Cunqueiro cuenta con el quirófano más avanzado en la actualidad: el híbrido. Los cirujanos introducen la prótesis con punciones por las ingles y «navegan» por las arterias hasta la aorta guiados por la imagen de un TAC previo hecho al paciente fusionada o superpuesta con la imagen radiológica en tiempo real, que ven en dos grandes pantallas. Con un marcapasos aceleran el corazón —de los 60 latidos por minuto habituales pasan a 180 o 200— para que la sangre salga con menos fuerza y, de este modo, poder encajar las piezas de la prótesis sin que se interrumpa la circulación. Realizaron una detallada planificación de la prótesis y de la intervención y la entrenaron mucho con antelación.

Advierten los doctores que no es una cirugía que se pueda aplicar a todos los pacientes. Pero abre una nueva vía para casos que, de otra manera, se tendrían que someter a cirugías más agresivas.

La importancia del número

Este es un ejemplo de la importancia del tamaño del área de referencia para los casos complejos. Cuanta más población al cargo, más experiencia se ganará en problemas de todo tipo. Es esencial en los poco habituales. En este sentido, Cirugía Cardíaca del Chuvi es referencia para el sur de Galicia salvo el área de Pontevedra, que fue derivada en 2012 a Santiago y nunca fue repuesta, pese a la reclamación de los profesionales del área.

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