Los ingeniosos refugios de los pulpos juveniles de Cíes
Un trabajo IIM-CSIC revela su alta adaptabilidad para sobrevivir: utilizan conchas vacías de bivalvos para protegerse de los depredadores y vigilar el entorno

Conchas de almeja o navajas, los escondites favoritos de los pulpos juveniles de Cíes / Jorge H. Urcera

Décadas de experiencia en el estudio de cefalópodos y un ojo especialmente entrenado han permitido a los investigadores del grupo Ecobiomar (IIM-CSIC) documentar en los fondos Cíes el ingenioso uso que los diminutos pulpos juveniles hacen de las conchas vacías de almejas o navajas para protegerse de los depredadores. Buscan aquellas que se adaptan a su tamaño, apenas unos centímetros, para convertirlas en su refugio, las posicionan para poder vigilar el entorno desde su interior e incluso las modifican con otras conchas para ocultarse mejor. Además son capaces de mimetizarse con los fondos arenosos y despliegan una curiosa técnica de huida desplazándose sobre dos brazos.
El trabajo, publicado Ecology and Evolution, se realizó en el marco del proyecto nacional Ecosuma, que finalizó el año pasado tras cuatro años de investigación en aguas de Galicia y Portugal y que reveló aspectos desconocidos sobre el Octopus vulgaris en sus fases paralarvaria y juvenil.
Los investigadores de Ecobiomar, que ya documentaron en un proyecto anterior las guaridas de pulpos adultos en el ámbito del parque Illas Atlánticas, pudieron estudiar en esta ocasión el comportamiento de nueve juveniles de entre 3 y 4 centímetros, durante varias expediciones entre los 5 y los 10 metros de profundidad.
«Es muy complicado poder observar ejemplares juveniles. Esto ya tiene su valor, y además la particularidad es que viven en un ecosistema de arena, en el que no es sencillo esconderse de los depredadores. Entonces aprovechan esas zonas de conchas para poder mimetizarse y alimentarse. Desde esa atalaya pueden visualizar a sus presas y a sus depredadores y pasar inadvertidos durante buena parte del día», destaca Ángel González, responsable del grupo Ecobiomar e investigador principal del proyecto Ecobiomar.
Los ejemplares exhibieron una notable flexibilidad adaptativa para poder sobrevivir en un hábitat con un riesgo alto de depredación. En sus encuentros con los buzos, los pequeños pulpos permanecían dentro de las conchas y, si los intrusos se acercaban demasiado, las cerraban.
Dos de los ejemplares exhibieron un llamativo comportamiento al utilizar navajas como refugio. Colocaban las conchas vacías verticalmente mientras sujetaban las valvas y además utilizaban otras conchas de caracoles de menor tamaño para camuflarse y protegerse bajo ellas, de forma que solo mostraban uno de sus ojos. Los más expuestos adoptaban además una coloración similar a todos estos elementos para ocultarse.
Enigmática táctica de distracción
Otro de los «asombrosos» comportamientos documentados se produjo cuando los pulpos abandonaron sus refugios en dos ocasiones. Antes de alejarse nadando se desplazaron sobre dos de sus brazos mientras levantaban otros dos por encima de la cabeza a modo de enigmática táctica de distracción.
Conocer estos comportamientos hasta ahora inéditos aumenta el conocimiento sobre la especie en sus etapas iniciales. El artículo científico, que junto con González firman los investigadores de su grupo Jorge Hernández Urcera y Samuel Soule, además de Miguel Cabanellas Reboredo, del Oceanográfico de Baleares, puede contribuir además a mejorar la conservación de las poblaciones.
«En Ecobiomar llevamos más de treinta años estudiando las larvas de pulpo y ya conocemos muy bien su ciclo. Sabemos que las larvas están en la columna de agua de Cíes, que es como una hatchery, mientras tienen tres ventosas y que después salen a aguas más profundas y van bajando en esos fondos mientras crecen. También conocemos la influencia de los factores oceanográficos. Hemos ido completando las piezas del puzle hasta tener un conocimiento más profundo. Por eso el proyecto Ecosuma ha tenido una aceptación tan grande desde el punto de vista científico y ha dado muchas pistas para estudios posteriores», destaca González.
«El pulpo es un recurso socioeconómico muy importante para Galicia y ampliar el conocimiento ecológico sobre la especie ayudará a conservarlo durante las próximas décadas. Galicia ya es puntera en medidas de ordenación y nuestro objetivo siempre es resolver los retos que la sociedad nos plantea y mantener los recursos de forma sostenible. El conocimiento es bueno para los científicos, la administración y los pescadores y las medias consensuadas siempre son positivas», concluye.
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