Colapso total en la atención sanitaria en salud mental en Vigo
Psiquiatras privados ya no pueden aceptar a nuevos pacientes y solo atienden casos de extrema urgencia | La lista de espera en un especialista en la pública supera los tres meses

Una psiquiatra atiende a una paciente en su consulta. / FdV
Hace unos meses, el gerente del área sanitaria de Vigo, Javier Puente, avisó de la «pandemia de la salud mental» que llegó tras la epidemia del COVID y que ha llevado al área sanitaria de Vigo a contratar más psiquiatras y a abrir tres nuevas unidades especializadas en la materia, una de ellas para niños y jóvenes. Aún así, el área de psiquiatría es uno de los servicios con una mayor espera en Vigo para una consulta con el especialista: casi 100 días, habiendo además cerca de 3.000 pacientes que están aguardando para una cita con un psiquiatra del Sergas, según los últimos datos oficiales.
Para evitar esas esperas, y porque obviamente hay vigueses que no pueden estar tanto tiempo sin un tratamiento en una materia tan sensible como la salud mental, se ha producido un trasvase masivo de pacientes a la sanidad privada, que no estaba preparada para un volumen tan grande consultas.
El colapso por tanto en la atención sanitaria en salud mental en la ciudad es total. Una persona que necesite una primera consulta con un psiquiatra lo tiene imposible. Ni siquiera pagando. La demanda es tal que la mayoría de clínicas y profesionales con consultorio privado no están aceptando a nuevos pacientes. Los que quieren una cita, se les ponen en una lista de espera por si queda algún hueco libre gracias a una cancelación.
«Ahora mismo no tengo ningún hueco, no puedo aceptar más pacientes. Se les da preferencia a los que ya están en tratamiento conmigo desde hace tiempo, y al resto se les toma sus datos y se les llama cuando se pueda», explica la psiquiatra María del Mar Martínez, que pasa consulta en el barrio de Coia. Su caso es precisamente paradigmático del colapso que está sufriendo la atención sanitaria en salud mental. Ayer, solo pudo atender a FARO entre consulta y consulta, es decir, en el espacio de tiempo en que un paciente salía y otro entraba.
La mayoría de psiquiatras privados de Vigo tienen las agendas llenas. En la clínica Sastre &Rojo tampoco tienen citas disponibles a corto plazo. Ahora mismo, a los nuevos pacientes se les está remitiendo ya para octubre, es decir, para dentro de cinco meses. Solo atienden de forma inmediata urgencias que no pueden esperar. El personal administrativo de este centro traslada que hay muchísima demanda de personas de todas las edades. En niños, las consultas más comunes son las relacionadas con el Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDH), pero también están especializados en psiquiatría de la tercera edad y por eso les llegan muchos pacientes mayores con alteraciones de conducta derivados del alzhéimer. Además, los profesionales de salud mental de la ciudad continúan viendo numerosos casos relacionados con trastornos de ansiedad y depresiones.
En la consulta de la doctora María Ariza, la psiquiatra con mayor demanda en Vigo por la eficacia que tiene a la hora de tratar diferentes problemas relacionados con la salud mental, tampoco pueden aceptar nuevos pacientes, solo se da cita a los que ya tuvieron alguna consulta previa. Cuando queda algún hueco libre, se va llamando a cada paciente de esa lista de espera y se cita al primero que coja el teléfono y que le venga bien esa hora.
La gran mayoría de profesionales de salud mental en Vigo han detectado en los últimos tiempos que cada vez son más los adolescentes que requieren ayuda. Las consultas se están llenando de jóvenes que lo están pasando mal por diferentes motivos: por la presión a la que se ven sometidos a nivel social y que les provoca un nivel de ansiedad fuera de lo normal, depresiones derivados de problemas en casa... También muchos niños requieren atención psicológica y psiquiátrica porque están sufriendo acoso escolar en su centro educativo o incluso a través de Internet y las diferentes redes sociales.
La situación de saturación en las clínicas con más pacientes de la ciudad ha llegado a tal punto que en algunas de ellas ya se están derivando pacientes a otros centros especializados en salud mental. Es decir, cuando alguien les llama para concertar una cita, les recomiendan a otro psiquiatra al no tener ningún hueco disponible para los próximos meses.
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