La calle más pintoresca de Vigo no siempre se ha llamado así: este fue su "amargo" pasado

Una historia con cambios curiosos

La calle más pintoresca de Vigo no siempre se ha llamado así: este fue su "amargo" pasado.

La calle más pintoresca de Vigo no siempre se ha llamado así: este fue su "amargo" pasado. / Alba Villar

El Casco Vello de Vigo es el corazón de la ciudad olívica. Sus calles son las que más historia han presenciado y han sido recorridas por cientos de miles de personas. De hecho, en ellas se esconde la construcción más antigua de todo Vigo, la Casa de Ceta, también conocida como Casa de Arines, "un palacete del siglo XV perteneciente al gótico tardío", como apunta la página de Turismo del Concello vigués.

La Casa de Arines es en la actualidad la sede de la Fundación Camões y se ubica en la Plaza de Almeida, antes denominada Plaza de las Cebollas. Este histórico edificio no es la única reliquia de este rincón del Casco Vello: una estrecha calle desemboca aquí y, a pesar de sus limitadas dimensiones, es una de las más especiales de la ciudad.

Nos referimos a la rúa dos Cesteiros, la callejuela más pintoresca del casco histórico vigués y posiblemente, de toda la urbe. Una calle que no se prolonga más de 70 metros pero es una de las más visitadas por los turistas que llegan a Vigo y, aunque todo el mundo la conoce por este nombre pese a la progresiva desaparición del oficio de los cesteros, no siempre ha recibido esta denominación.

La historia antes de los 'cesteiros'

Así lucía la rúa dos Cesteiros en el año 2009.

Así lucía la rúa dos Cesteiros en el año 2009. / Jesus de Arcos

Efectivamente, la calle dos Cesteiros se llama de esta forma debido a que allí se concentraban diversos comercios dedicados al oficio de la cestería. En su momento más álgido, la zona contaba con 20 artesanos y sus creaciones adornaban la calle, convirtiendo este "pasadizo" entre la Plaza de la Constitución y la Plaza de Almeida en un punto imprescindible a la hora de descubrir Vigo.

Sin embargo, el oficio ha decaído con el paso del tiempo y ya solo queda un artesano que continúe ejerciendo esta actividad desde su tienda del Casco Vello, David Suárez Dávila. ¿Quién sabe si en el futuro esta calle vuelve a cambiar el nombre o recupera alguno de los que lució en su pasado? Y es que el nombre de Cesteiros no se hizo oficial en el callejero vigués hasta el año 1981.

La denominación que más se mantuvo en el tiempo, en realidad, fue la de "rúa da Amargura". El origen no está del todo claro y seguramente fuese "anecdótico", como apunta Daniel Antomil Pérez en su libro 'Odonimia de la provincia de Pontevedra: Vigo'. Su teoría es que cruzar la calle era desagradable o que había ocurrido algo malo en la calle, provocando el nacimiento de este nombre tan "oscuro".

La calle de Emilio Rubín

Rúa de Cesteiros, en Vigo.

Rúa de Cesteiros, en Vigo. / Alba Villar

La rúa da Amargura se conoció de tal forma hasta el año 1898, cuando pasó a ser "rúa de Emilio Rubín". Parece ser que este hombre, Emilio Rubín Vázquez, nació en Vigo en 1827, era soltero y emigró a Madrid, donde murió en 1893 dejando una importante fortuna.

En su testamento, Rubín ordenaba que sus bienes, derechos y acciones fuesen divididos en cinco partes iguales entre sus herederos, los nietos de su difunto hermano Indalecio Rubín. Como los nietos de su hermano también habían fallecido, el Banco de España terminó cediendo 2.000 pesetas del patrimonio de Rubín a la ciudad de Vigo, para invertir en obras caritativas.

De este modo, se repartió el dinero entre la Casa de Caridad, las Siervas de Jesús y diferentes escuelas, entre otras entidades. "El cuerpo municipal hizo constar su voto de gratitud a dicho filántropo y, a propuesta del edil B. España Peñaranda, se tuviese en cuenta su nombre para cualquier calle de la ciudad", apunta Juan Miguel González Fernández en un artículo publicado en FARO en el año 2018. Así acabó llamándose rúa de Emilio Rubín esa angosta calle del Casco Vello de Vigo.

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