Alegría por León XIV, «un segundo papa Francisco»

Robert Prevost, ahora León XIV, llegó a su cargo entre elogios de la comunidad cristiana de Vigo. También de los peruanos que emigraron, pues pese a ser estadounidense con raíces españolas, el país andino lo siente como suyo, por todos los años que pasó allí como misionero.

A todo el que se le pregunta lo define como una persona sencilla e intelectual. En sus primeras 24 horas como pontífice marcó dos líneas de pensamiento que es probable que caractericen su mandato: la importancia de las misiones para transmitir los evangelios y la necesidad de abrazar el pacifismo.

El de Chicago llega en tiempos convulsos para su país, como una némesis de Donald Trump. Mientras uno trabaja en la deportación de migrantes y emite políticas para las clases más favorecidas, el otro pasó gran parte de su vida en las misiones, junto a aquellos que tenían hambre. «Es uno de nosotros, un hijo de dos padres extranjeros», dice Luisi Motta, presidenta de la Asociación Madres Latinas y representante de la Hermandad Peruana en Galicia. La comunidad residente en Vigo celebró la noticia con mucha emoción: uno de los suyos fue nombrado Papa. Porque Robert Prevost nació en Illinois, pero era alpino en espíritu.

Algunos de los compatriotas de Motta lo conocieron y lo definen como «una persona con la que sentirte a salvo». Su tío fue obispo en Perú y tuvo contacto con León XIV, «un hombre muy cercano y servicial», afirmaba.

Julio Martín Frontado es de Chiclayo, la ciudad en la que León XIV pasó años y dejó una huella imborrable. Su madre lo conoce, asistió a simposios con él: «Ella estuvo en charlas cristianas en el Seminario que hacía para personas mayores. También fue quien dio la comunión y la confirmación a mis sobrinos. Nos sentimos privilegiados de haber tenido tanta cercanía con el papa», relata.

Cuando ayer su progenitora supo que León XIV había sido elegido, se echó a llorar. La emoción le desbordaba. «Fue y es una estupenda persona, que priorizó el hambre y la creación de escuelas en los Andes. Es un motivo de celebración poder tener un segundo papa Francisco», concluye Frontado.

Sus fuertes

José Juan Sobrino, el párroco de Vincios (Gondomar), también estuvo de misiones en Perú a lo largo de su trayectoria y cuenta que es una sociedad muy creyente, entregada a la fe. «Hay mucha diferencia entre lo que vivimos aquí y allí. Hacen verdaderos sacrificios para asistir a las oraciones», explica. «El nombramiento de León XIV es magnífico. Su gente cercana no solo lo define como un hombre sencillo y humilde, sino también brillante», dice. El pontífice tiene una licenciatura en Matemáticas y una especialidad en Filosofía.

El que en su día fue jefe de Urología en el Chuvi, Antonio Ojea, coincidió en tiempos con Sobrino en las misiones. Se iba algunas temporadas a dar asistencia sanitaria junto a su mujer, también facultativa. Tras conocer de cerca Perú, celebra que sea León XIV el elegido, sobre todo por su intelectualidad y «saber estar». Le entusiasma por las similitudes con un antecesor: «Francisco no me gustaba, pero espero que este siga la estela de León XIII, que sentó la base social de la Iglesia Católica», opina.

Guillermo Juan Morado, director del Instituto Teológico San José de Vigo, también ve con buenos ojos al estadounidense. «Esperemos que su nacionalidad tenga una significación importante para su país, que tiene pendiente trabajar por los derechos humanos», opina.

Los retos

Para Sobrino los desafíos a los que se atiene el jefe de la Iglesia Católica son de carácter humano, algo que Prevost tendrá que reforzar: «Sufrimos de falta de principios morales y de fidelidad a la palabra»

Por su parte, Morado cree que «la misión», una de sus bases, es el reto al que se enfrenta. «Necesitamos que pueda llegar a todo el mundo, sería la mejor contribución a la humanidad», afirma. «También hay que poner el acento en la paz», concluye.

El obispo sobre León XIV: «É o pastor que precisa a Igrexa»

Antonio José Valín, el obispo de la diócesis de Tui-Vigo, quiso tener unas palabras sobre el nuevo pontífice, al que recibe ilusionado tras «o sentimento de orfandade que deixou a morte de Francisco», expresó en un comunicado. Mira esperanzado y sin miedo al futuro: «Ábrese un tempo novo, de Igrexa compartida e sinodal, que busca a paz e quere seguir sendo nai acolledora para todos, especialmente para os que máis sofren», afirma. Para él, León XIV «é o pastor co cheiro a ovella que precisa a Igrexa neste momento».Tras conocer su nombramiento, quiso proponer un rezo y expresar su cariño y acompañamiento durante el resto de su trayectoria: «A nosa oración é o noso compromiso de proclamar sen medo o Evanxeo do Señor Xesús; xuntos na caridade, na tarefa, na esperanza e na paz», concluyó.

Suscríbete para seguir leyendo