Viguesas represaliadas, un relato oculto de dolor
Procesadas por «mala conducta moral pública» y condenadas a 30 años de prisión. Rapadas, violadas, ingresadas en psiquiátricos, silenciadas y borradas. La investigación particular de Giovanna y Montse Moreda permite registrar a más de una veintena de viguesas brutalmente represaliadas por el franquismo

Encarnación Vázquez / Archivo familia Moreda.

En Lavadores, a 8 de octubre de 1936, y con el mismo argumentario que mecanografiaron para justificar la detención de Rosa Rosendo: «Referente a la actuación política y social de Emilia Gómez Ramos (23 años), vecina de Riomau, de esta villa; tengo el honor de informar a la superior autoridad, que dicha individua es de ideología extremista y propagandista».
Prosigue la causa en Lavadores, a 14 de octubre de 1936, replicando idéntico alegato para la retención de Aurita Álvarez Silva, Carmen Bargiela Tilver y Ángela Martínez Bahillo en prisión viguesa: «Tengo el honor de informar que las vecinas del Pombal (Riomao), Herminia y Araceli Rey Acevedo (de 21 y 17 años de edad, respectivamente), han observado hasta la fecha mala conducta moral pública y se ignora su conducta privada. Ambas son marxistas en concepto de propagandistas y hasta la fecha no se sabe si tomaron parte o no en los actuales sucesos, de una manera activa».
Y otra acusación: «Tengo el honor de informar que Antonia Moscoso Frades (24 años), vecina de Triunfo (Calvario), de esta demarcación, está conceptuada como comunista de acción [...] y por conocimiento propio de la Fuerza se sabe que en tal sentido de propagandista y ayuda moral a los revolucionarios, se manifestó».
Entre cientos de páginas en muy mal estado de conservación, custodiadas en el Archivo Militar de Ferrol, seguían el rastro de su apellido y también el de la verdad de lo sucedido aquel 10 de diciembre de 1936 en O Castro, cuando por sentencia de tribunal franquista una ráfaga de disparos selectiva segó la vida de doce hombres, figurando entre ellos varios Moreda.
Sin embargo, tras lograr comprobar que en aquella causa judicial apenas se tomaba a un testigo como referencia y que no se habían podido constatar todos los hechos por los que eran acusados los vigueses que finalmente fueron ejecutados, en nuevas lecturas, Giovanna Moreda se percató de que en aquellas mismas páginas de la denominada Causa 539/36 se revelaba además un llamativo reguero de personas de la ciudad que habían sido detenidas, procesadas y condenadas a cadena perpetua. Todas ellas se pronunciaban con nombre de mujer y, esta semana, el nuevo colectivo vigués «Memoria, Verdade e Xustiza» les rendirá un homenaje en un acto que también recordará a los últimos vigueses asesinados por el franquismo: Reboiras, Sánchez Bravo y Baena.
Una violencia desgarradora
Tras descubrir lo sucedido con su familia, el nuevo hallazgo llevó a la propia Giovanna y a su hermana Montse Moreda a desarrollar una línea de investigación centrando su mirada en aquellas viguesas que fueron borradas oficialmente de la historia, una invisibilización premeditada que daba continuidad al «castigo» y «escarnio público» al que fueron sometidas en vida, en lo que constituyó una represión silenciada, ocultada por miedo o vergüenza, si bien en la gran mayoría tan solo se ha podido documentar a través de la memoria oral, al haber sido considerada toda la violencia del régimen franquista contra las mujeres una «violencia menor».

Huellas dactilares de las viguesas detenidas y procesadas en 1936, en una página de la causa militar a la que tuvo acceso la familia Moreda en Ferrol. / Archivo familia Moreda.
Rosa Rosendo Rodríguez, Emilia Gómez Ramos, Araceli Rey Acevedo, Herminia Rey Acevedo, Carmen Oliva, Bernarda Oliva Val, Aurita Álvarez Silva, Carmen Bargiela Tilver, Angelita Martínez Bahillo, Antonia Moscoso Frades, Urania Mella y Dolores Vieitez Moreda. Es la relación de mujeres juzgadas y condenadas en la Causa 539/36, todas ellas viguesas que fueron detenidas y encarceladas por los franquistas el 21 de agosto de 1936, hasta que en octubre fueron procesadas.
A estos nombres olvidados hay que sumar los de Asunción Acuña Rodríguez, Marina Torres Carrera, Josefa Rivero Vila, Asunción Francés Carpintero, Elvira Chimeno, Esperanza de la Gloria Dacuña o Flora de Dios Rodríguez, vecinas de Vigo y otras de O Porriño que se sitúan en Lavadores cuando los golpistas se alzan y que acabarían siendo procesadas por «rebelión militar».

Carmen Agra / Nomes e Voces
Pese a desconocer su participación en los hechos por las que estaban siendo juzgadas, tomando como verdad el relato de un delator que las había señalado, o por motivos como «vender sellos del Socorro Rojo Internacional en la panadería», entre otros, absolutamente todas estas mujeres fueron represaliadas por el régimen con condenas de prisión que oscilaron entre los 15 años y la cadena perpetua (30 años), iniciando muchas un periplo por las distintas cárceles franquistas de España hasta acabar en la prisión central de Saturrarán e incluso en Palma de Mallorca. En muchas se hace firme esta pena, sin embargo otras quedan bajo tutela militar al haber sido fusilados todos los hombres de la familia, como Dolores Vieitez Moreda a sus 19 años; y mientras algunas son liberadas y se exilian, otras no sobreviven, como Herminia Rey, que fallece de tuberculosis pulmonar a los pocos años de ser recluida. De todo el grupo, tan solo Elvira Chimeno logró escapar y fue declarada «en rebeldía».
Frente al horror de las prisiones, Giovanna Moreda hace especial hincapié en la necesidad de rescatar también la memoria histórica de aquellas mujeres que se quedaron fuera de los muros de las cárceles franquistas como Peregrina Comesaña Costas, rapada; como Evangelina Jaso, ejecutada en Tui; como Carmen Miguel Agra, la única mujer escondida en el Bou Eva y que se suicidó antes que entregarse a los falangistas, o Encarnación Vázquez, a quien los franquistas raparon y, no contentos, le cortaron el pelo a su hija y la hicieron bailar en una mesa para después violarla delante de su hermano menor. Todas ellas se pronunciaban con nombre de mujer y todas ellas son el rostro del relato oculto de la atrocidad.
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