AFAN, al borde del cierre

La asociación, que atiende a más de seiscientas familias en Vigo, está abocada a su final por la falta de ayudas europeas y el retraso en las subvenciones de la Xunta. Las neveras y las estanterías están vacías. Tensi, su fundadora, está resignada: «Así no se puede hacer nada. Cierro la puerta y para casa»

Víctor Pérez, voluntario de AFAN, junto a las estanterías vacías del almacén de la asociación.

Víctor Pérez, voluntario de AFAN, junto a las estanterías vacías del almacén de la asociación. / Pablo Hernández Gamarra

Vigo

La Asociación de Freixeiro de Ayuda al Necesitado (AFAN) lleva más de cuatro décadas siendo uno de los apoyos clave para las familias más vulnerables de Vigo. A lo largo de todo este tiempo ha vivido épocas difíciles, pero lo cierto es que ahora está al borde del cierre. «Debemos dinero al banco y estamos sin alimentos, no me va a quedar otra que cerrar la puerta», lamenta Tensi González, la mujer detrás de este escudo social de Vigo. Su final sería un auténtico drama para las más de seiscientas familias que atiende AFAN en la ciudad.

Las estanterías y los congeladores están vacíos. Hay dos motivos principales. Uno de ellos, explica Tensi, es que la Xunta no ha enviado todavía parte de la subvención del año pasado, lo que provoca que no puedan comprar los alimentos necesarios. «Estamos en mayo y esperando por el dinero del año pasado», lamenta.

La segunda razón de la brutal crisis que puede abocar al cierra a AFAN es que todos los recursos que llegaban de la Unión Europea y que permitía la compra de alimentos básicos como pasta, tomate, atún, garbanzos o sardinas se gestionan ahora a través de Cruz Roja, que da a las familias una tarjeta para gastar en supermercados. «Estamos sin alimentos de la Unión Europea y la gente nos dice que ya no les dan esas tarjetas, imagínate la situación», clama Tensi.

Es decir, la burocracia frena la ayuda de AFAN a los vigueses que más lo necesitan. Entrar en su sede de la calle Freijeiro es impactante. Apenas queda algún producto de higiene básica y el poco producto fresco con el que cuentan y que se da a las familias es aportado de forma desinteresada por distintas empresas del sector pesquero de Vigo y donaciones de particulares, además de gracias a la ayuda del Concello. Pero la imagen es desalentadora: estanterías que antes estaban llenas ahora están desangeladas. «A mí no me importa venir aquí todos los días y atender a las familias que nos necesitan. Pero sin alimentos poco podemos hacer», lamenta Tensi, que añade que ella no gana nada con AFAN, ya que no tiene sueldo, por lo que es un trabajo desinteresado. «Yo vivo de mi pensión», asegura.

Además del reparto diario de alimentos, la ONG hace posible que muchos usuarios puedan afrontar el pago de los gastos de vivienda, luz y agua, y siguen haciéndolo pese a contar con recursos mínimos. AFAN atiende a todas las personas que piden ayuda. «Recibimos a todo el mundo, pero sin comida que darles ni recursos económicos poco podemos hacer», insiste Tensi.

Su extraordinaria labor y la del resto de comedores sociales durante la pandemia fue reconocida en el año 2021 con el premio Vigués Distinguido, distinción que la ONG ya había recibido anteriormente, y que en esta ocasión incluyó una mención especial para Tensi González por su loable trayectoria en la sombra ayudando durante cuarenta años sin descanso a los vigueses que más lo necesitan.

Ahora, a sus 84 años, está resignada y es conscientes de que no podrá mantener abierto AFAN mucho tiempo más. «Si esto sigue así, cierro la puerta y me voy para casa, y muchas familias lo van a pasar muy mal», lamenta.

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