Semáforos en negro y decenas de atrapados en ascensores colapsan a los servicios de emergencia en Vigo

Bomberos y policías vivieron una jornada maratoniana para rescatar a los encerrados y para auxiliar a personas mayores o con discapacidad que no podían acceder a sus casas

La ciudad moviliza 32 patrullas policiales para garantizar la seguridad por la noche

Marta Fontán

Marta Fontán

El inédito e histórico apagón vivido provocó en toda Galicia una gran movilización de los servicios de emergencias. El corte de suministro sorprendió a decenas y decenas de personas en ascensores, de los que tuvieron que ser rescatados, y la falta de red semafórica creó momentos de caos en las carreteras, sobre todo en los primeros momentos, cuando todo se apagó por sorpresa. 

Con el plan territorial de emergencia activado en Galicia, en Vigo la gestión de la ya llamada crisis de electricidad la capitaneó el comité de emergencia local de Vigo, de cuyos avances fue dando cuenta el alcalde, Abel Caballero, a lo largo de la jornada. En cuestión de seguridad ciudadana, indicó el regidor, se puso en marcha una «movilización masiva» de efectivos: se «multiplicaron por tres» los de la Policía Local, los agentes de la Policía Nacional también se «incrementaron al máximo» y se «duplicaron» los «activos» de los bomberos. Eso de día. Porque según avanzó el regidor a las 20.00 horas, y ante la circunstancia de «no tener la seguridad» de recuperar el fluido eléctrico antes de que se hiciese de noche, de cara a la madrugada se iban a movilizar por «todo» Vigo 19 patrullas de la Policía Nacional, otras 13 de la Policía Local, dos camiones de bomberos al margen de los que estarían en los dos parques, y dos vehículos de Protección Civil junto a 12 efectivos de este servicio. 

«Lo normal es que a lo largo de la noche recuperemos el fluido eléctrico», indicó, señalando en todo caso que la seguridad estaría garantizada con la movilización policial preparada y que también se mantendrá el servicio del recogida de basuras y el de barrenderos. 

Emergencias

A lo largo de la jornada de ayer en la ciudad olívica hubo una treintena de llamadas de alerta por personas atrapadas en ascensores y otras decenas de intervenciones para auxiliar a personas con discapacidad o con algún tipo de problema de movilidad a subir a sus viviendas. A media tarde se realizó el último rescate en un ascensor tras unas horas sumamente ajetreadas para los bomberos, que en los primeros momentos pedían refuerzos al no ser suficientes para las incidencias que había activas. Hasta las 19.00 horas de este lunes habían recibido unas 50 llamadas. Estos efectivos también sufrieron los problemas de comunicación que se repitieron a lo largo de la jornada. 

Agentes de la Policía Local, que también recibieron decenas de llamadas por personas encerradas en ascensores o con dificultades, se movilizaron para regular el tráfico dadas las evidentes complicaciones existentes en los principales viales vigueses al estar apagados los semáforos. El túnel de Beiramar tenía suministro eléctrico y se podía circular con seguridad, pero poco antes de las seis de la tarde se decidió cerrarlo al tráfico ya que, según explicaron fuentes municipales, el conductor de líquidos existente, al no haber bombeo, se estaba empezando a «saturar».

En todo caso tanto desde la DGT y el Gobierno central, como desde diferentes ámbitos la recomendación era no utilizar vehículos privados salvo que fuese «imprescindible», como también remarcó Abel Caballero, que pidió que, en caso de tener que coger el coche, se hiciese con la máxima «precaución». «Lo mejor, en la medida de lo posible, es permanecer en casa», insistieron en un comunicado emitido por el Concello olívico.

Junto al alcalde, en la reunión participaron otros responsables de distintas áreas municipales, así como el jefe de la Policía Local, el comisario de la Policía Nacional y el responsable del servicio de bomberos. Con las dotaciones «preavisadad y movilizadas» para lo que pudiese suceder, se hizo además “acopio” de combustible para garantizar que cualquier vehículo público pudiese salir a la calle en cuanto fuese necesario.

Entre otras medidas, en Vigo se realizaron visitas a “lugares sensibles”, como centros de mayores o de atención primaria, sobre todo pensando en las personas que puedan estar en situaciones “más complejas”, por su elevada edad, problemas de movilidad, etc

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