El Chuvi garantiza la atención urgente y prioritaria regresando al papel

El complejo activó un plan de crisis permanente y aplicó un plan de ahorro de energía

Puso en marcha en los diferentes servicios planes de contingencia depurados con otros incidentes menores

Pasillos de Radiología del Álvaro Cunqueiro.

Pasillos de Radiología del Álvaro Cunqueiro. / A. B.

Vigo

Con las luces bajas -por el plan de ahorro energético activado- y el sonido de una vibración constante -la de los grupos electrógenos en funcionamiento-, en el Hospital Álvaro Cunqueiro trabajaban ayer con planes de contingencia para dar respuesta a toda la demanda urgente y prioritaria.

Los sistemas de alimentación ininterrumpida del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) permitieron que todos los puntos críticos y delicados en la atención -UCI, quirófanos, máquinas de diálisis…- siguieran funcionando cuando se produjo el apagón, sobre las 12.30 horas. Los grupos electrógenos del Cunqueiro -tres-, alimentados a gasóleo, se activaron al poco tiempo. Desde el Sergas explican que el centro no puede aprovechar la energía de los paneles solares porque necesita electricidad para hacerlo.

Al comprobar que el suministro tardaba en reactivarse, en las dependencias de Gerencia de Beade se creó un gabinete de crisis permanente, con el objetivo de garantizar los servicios esenciales, entre los que citan la UCI, Urgencias, quirófanos urgentes, hospital de día o servicio de diálisis. Se suspendió el resto de la actividad. Consultas, pruebas y operaciones no prioritarias. Con la llegada de la normalidad se reprogramarán.

En un entorno completamente informatizado, la complicación fue volver a los procesos analógicos, aunque otras caídas de red recientes ya les habían servido de entrenamiento. Se cortaron las comunicaciones y no funcionaba la historia clínica electrónica, así que no se podía acceder a un historial ni, por ejemplo, solicitar pruebas. Pasaron a pedir al laboratorio los análisis urgentes a mano y llevar los resultados del mismo modo; a imprimir las medicaciones de los ingresados y anotar las modificaciones; a entregar a los conductores de ambulancia las direcciones de los pacientes de diálisis que suelen llevar en el ordenador de a bordo; a localizar a los especialistas de guardia en teléfonos internos y repartir en papel estas extensiones a todos los que las pudieran necesitar…

Se trabajó en poner en marcha megafonía para dar avisos. Contactar a trabajadores para cubrir vacantes o reforzar personal fue imposible por momentos. A los profesionales en guardia localizada se les pidió que no abandonaran el hospital.

La cafetería del Cunqueiro, con toda la zona de platos calientes, cerrada.

La cafetería del Cunqueiro, con toda la zona de platos calientes, cerrada. / A. B.

Las barreras del aparcamiento permanecían levantadas y, en la cafetería, solo se dispensaba comida fría, cobrando en efectivo. Hubo valientes que usaron los ascensores.

Pruebas de rayos

Radiología fue uno de los servicios en los que más se notó. Sus equipos consumen mucho, por lo que, en un primer momento, se decidió dejar activo solo un TAC para urgencias en el Cunqueiro , pero a las 18 horas ya había un segundo. También había un ecógrafo, máquina de rayos y una resonancia. En el Meixoeiro funcionó todo. Solo se apagó el TAC para ahorrar energía porque solo se usa para pacientes ambulantes.

Los centros de salud también suspendieron toda su actividad y en Urgencias hospitalarias, donde ya tienen depurados los planes de contingencia por experiencias anteriores, piden a la población que acuda solo en casos imprescindibles.

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